Todo sobre los primeros dibujos de nuestro hijo
Cómo son y cómo interpretar los primeros dibujos del niño
Cómo debes interpretar los dibujos de los niños
Significado de los dibujos de los niños: Guía rápida para saber interpretarlos
Los primeros dibujos de nuestro hijo son mucho más que simples garabatos. Son una forma de expresión, de comunicación y de desarrollo cognitivo y emocional. A través de los dibujos, el niño o la niña muestra cómo ve el mundo que le rodea, qué le interesa, qué le preocupa y qué le hace feliz, por lo que no solo debemos dejar que se exprese, sino además ayudarle para que vaya dibujando cada vez más, por el bien de su desarrollo cognitivo y porque además, no deja de ser una actividad que seguro le divierte.
Todo sobre los primeros dibujos de nuestro hijo
Los dibujos tienen además beneficios para el desarrollo psicomotor, ya que requieren cierta coordinación y destreza manual. Además, favorecen la madurez intelectual y la preparación para el aprendizaje de la lectura y la escritura. Dibujar es también una actividad divertida, relajante y social, que permite al niño o la niña compartir sus creaciones con otros niños o adultos.
Las etapas del dibujo infantil
Los dibujos de nuestro hijo o hija pasan por diferentes etapas, que reflejan su evolución y su crecimiento. Estas son algunas de las más importantes:
- Garabatos (1-3 años): El niño o la niña empieza a hacer trazos sin control sobre el papel, experimentando con los colores y el movimiento. No hay intención representativa, sino pura expresión motriz y sensorial.
- Preesquemática (3-4 años): El niño o la niña empieza a reconocer las formas de los objetos e intenta plasmarlas en el papel. Aparecen los primeros círculos, líneas y óvalos, que simbolizan personas, animales o casas. Los colores se usan de forma arbitraria y sin respetar los límites del espacio.
- Esquemática (4-7 años): El niño o la niña ya tiene un esquema básico para representar la realidad. Usa formas geométricas simples y colores más realistas. Añade detalles y elementos secundarios a sus dibujos. También empieza a mostrar perspectiva y proporción, aunque todavía de forma rudimentaria.
- Realista (7-9 años): El niño o la niña busca mayor precisión y realismo en sus dibujos. Se fija en las sombras, las texturas, los volúmenes y las expresiones. Usa más colores y tonalidades. También muestra mayor dominio del espacio y la profundidad.
El significado de los dibujos
Los dibujos de nuestro hijo o hija no solo nos muestran su nivel de desarrollo, sino también su personalidad, sus emociones y sus necesidades. Podemos observar algunos aspectos como:
- El tamaño: Los dibujos grandes indican seguridad, confianza y extroversión. Los dibujos pequeños sugieren timidez, inseguridad o introversión.
- La posición: Los dibujos centrados denotan equilibrio y armonía. Los dibujos desplazados a un lado pueden reflejar preferencia por uno de los padres o sentimiento de exclusión.
- El color: Los colores vivos expresan alegría, optimismo y energía. Los colores oscuros pueden señalar tristeza, ansiedad o agresividad.
- Los elementos: Cada elemento del dibujo tiene un significado simbólico. Por ejemplo, el sol representa la energía y la madre; la casa, el mundo interior y la familia; el árbol, la fuerza y el entorno; el agua, la feminidad y el nacimiento; la tierra, el apego a la madre; el cielo, las aspiraciones y los sueños.
Cómo fomentar el dibujo infantil
El dibujo es una actividad muy beneficiosa para el desarrollo integral de nuestro hijo o hija. Por eso, es importante que le animemos a dibujar desde pequeño o pequeña, ofreciéndole materiales adecuados para su edad (lápices, ceras, rotuladores, pinturas…), un espacio cómodo y limpio donde pueda crear libremente, y sobre todo, mucho cariño y respeto por sus obras.
Algunas recomendaciones para fomentar el dibujo infantil son:
- No forzar al niño o la niña a dibujar: El dibujo debe ser una actividad voluntaria y placentera, no una obligación o una imposición. Hay que respetar el ritmo y el interés de cada niño o niña, y no presionarle ni compararle con otros.
- No criticar ni corregir sus dibujos: El dibujo es una forma de expresión personal y subjetiva, no hay que juzgarlo ni evaluarlo desde un punto de vista adulto. Hay que valorar el esfuerzo y la creatividad del niño o la niña, y no sus resultados. Tampoco hay que modificar o perfeccionar sus dibujos, sino aceptarlos tal como son.
- No interpretar sus dibujos sin su consentimiento: El dibujo es una manifestación íntima y privada, no hay que invadir su espacio ni su intimidad. Hay que pedirle permiso al niño o la niña para ver sus dibujos, y preguntarle qué ha querido representar y cómo se siente al respecto. No hay que hacer suposiciones ni atribuirle significados sin su conocimiento.
- No dirigir ni condicionar sus dibujos: El dibujo debe ser una actividad libre y espontánea, no hay que imponerle temas, formas o colores al niño o la niña. Hay que dejarle que elija lo que quiere dibujar y cómo quiere hacerlo, sin interferir en su proceso creativo. Tampoco hay que premiarle ni castigarle por sus dibujos, sino respetar su motivación intrínseca.
- Sí acompañar y estimular sus dibujos: El dibujo es una actividad social y comunicativa, hay que compartirlo y disfrutarlo con el niño o la niña. Hay que mostrarle interés y curiosidad por sus dibujos, elogiar sus logros y progresos, y animarle a seguir explorando y experimentando. También se le puede ofrecer modelos e inspiración, como libros, revistas, fotografías o visitas a museos.
Los primeros dibujos de nuestro hijo o hija son una ventana a su mundo interior, a su forma de ver y sentir la realidad. Son también una herramienta para su desarrollo físico, mental y emocional. Por eso, debemos apoyar y fomentar su expresión artística desde la infancia, proporcionándole un ambiente favorable, materiales adecuados y mucho amor y respeto por sus creaciones.
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