Neumonía en el embarazo

Numerosas son las enfermedades, trastornos y patologías que la mujer puede sufrir durante el embarazo y que no son síntomas del mismo. No obstante, ahora queremos centrarnos en una que, hasta cierto punto, puede ser frecuente como es la neumonía.

¿Quieres saber qué es, qué síntomas presenta o cómo puede tratarse en pro de que ni la gestante ni el feto sufran daños? Si es así, sigue leyendo. A continuación, te damos a conocer toda esa información.

¿Qué es la neumonía?

Lo primero que hay que saber es de qué se trata. En este caso podemos decir que se trata de una enfermedad de tipo respiratorio que trae consigo una inflamación de los pulmones como consecuencia de una infección. Esta puede ser provocada por un germen, una bacteria e incluso un virus.

Un cuadro gripal anterior o incluso un simple catarro pueden ser, por ejemplo, dos de las causantes de esta patología.

Síntomas

De la misma manera, también es necesario conocer qué síntomas pueden venir a indicar que una mujer embarazada tiene la enfermedad. En concreto, presenta los mismos que cualquier otra persona con esa patología como son los siguientes:

• Fiebre alta.
• Puede llegar a sentir lo que son escalofríos.
• Congestión.
• Dolor en las costillas como consecuencia de la constante tos.
• Dificultad para poder respirar, lo que se conoce como disnea.
• Dolores en la zona del tórax.

Consecuencias que puede traer consigo la neumonía

Por supuesto, además de toda la información que te hemos dado, es importante que sepas qué consecuencias puede traer consigo la neumonía durante el embarazo. Se trata de consecuencias que no son, afortunadamente, frecuentes porque los avances de la ciencia permiten que esa patología pueda tener lugar sin generar problemas de salud ni para la madre ni para el bebé.

No obstante, hay que saber qué efectos puede traer consigo en algunas ocasiones esta infección de la zona pulmonar:

• Se incrementan las probabilidades de que se produzca un parto prematuro.
• Aumentan las posibilidades de que el bebé en cuestión nazca con bajo peso.
• En el caso de que la fiebre sea muy alta y no esté controlada a tiempo se corre el riesgo de que eso provoque consecuencias en el feto. Exactamente puede propiciar que genere en este malformaciones de distinto tipo.

Tratamiento

Si se tiene la sospecha de que la embarazada puede sufrir neumonía, hay que acudir al médico. Este realizará un examen a la paciente que incluirá una auscultación de lo que es su tórax. Eso sí, no se optará por lo que es la radiografía ya que esta podría provocar consecuencias en el feto.

En base a los resultados que obtenga de su exploración y de la gravedad de la enfermedad, el doctor determinará cuál será el tratamiento a seguir. No obstante, por regla general, lo que se hace es recomendar reposo absoluto a la paciente. Y es que esta es la manera de garantizar que no va a empeorar el cuadro.

De la misma manera, si lo considera necesario y oportuno recetará a la gestante antibióticos. Eso sí, teniendo en cuenta su estado de gestación, le recetará unos que no sean perjudiciales para el bebé que viene en camino.

Otros datos de interés

Además de todo lo expuesto sobre la neumonía en el embarazo tenemos que resaltar otra serie de aspectos de interés sobre esta enfermedad, tales como los siguientes:

• Las gestantes que tienen más riesgo de padecerla son las que cuentan con diabetes, con asma, con problemas de hipertensión e incluso las que fuman.
• Se hace hincapié también en que es más probable que la enfermedad aparezca en los meses de invierno y en el tercer trimestre de la gestación.
• Dentro del conjunto de particularidades que rodean a la patología que nos ocupa está el que se recomienda que las mujeres se vacunen de la gripe una vez que ha pasado el primer trimestre de la gestación. ¿Por qué? Porque una simple gripe se puede complicar mucho con la citada neumonía.
• Varias son las medidas de prevención que hay que tener en cuenta para evitar sufrir neumonía durante la gestación. En concreto, además de la de vacunarse contra la gripe, está la de tener un buen control de las enfermedades que se tengan (asma, diabetes, hipertensión…). De la misma manera, se recomienda llevar adelante una dieta sana, completa y equilibrada y, por supuesto, dejar de fumar.

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