Mientras su hijo se muere, se ponen a rezar en lugar de llamar a urgencias
Que hay creencias, religiones e ideas de lo más variado es conocido por todos y, por supuesto, respetable, ya que cada uno tiene la libertad para pensar y creer en lo que desee. Sin embargo, cuando las mismas afectan a un menor y a su salud y se ponen por encima de este, realmente quedan bastante en entredicho. Y esto es precisamente lo que ha sucedido en Canadá, donde unos padres han sido acusados de negligencia y asesinato en primer grado, porque en lugar de llamar a urgencias cuando su hijo se estaba muriendo, optaron por ponerse a rezar.
¿Dónde ha sucedido?
En Canadá, como te hemos dado a conocer antes, es concretamente donde se ha producido el hecho tan trágico que ahora te contamos. Con más exactitud ha tenido lugar en la ciudad de Calgary, que es la urbe más importante de la provincia de Alberta y que se sitúa a unos 80 kilómetros, aproximadamente, de lo que son las famosas Montañas Rocosas.
Los protagonistas
Tres son los protagonistas de esta noticia que ahora ha comenzado a ocupar las portadas de los distintos medios de comunicación a nivel internacional, pues a nadie deja indiferente:
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Emil y Rodico Radita, que son los padres que ahora se enfrentan a una acusación de negligencia y asesinato en primer grado.
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Alexandru, el menor de 15 años que ha fallecido presumiblemente porque sus progenitores no le supieron o no quisieron reaccionar a tiempo ante sus problemas de salud como hubiera sido lógico.
Los hechos
Estos pasados días es cuando se produjo el origen de todo. Parece ser que el matrimonio volvía de misa y al llegar a casa se encontraron con el hecho de que su hijo se encontraba agonizando. En concreto, se considera que estaba dejando de respirar por culpa de una infección bacteriana.
Ante eso, ¿qué hicieron? ¿Llamar a la policía o al servicio de urgencias? No, lo que hicieron estos padres fue ponerse a rezar, esperando que su Dios salvara la vida del pequeño. Únicamente después de realizar sus correspondientes oraciones, después de dos horas de pura agonía del adolescente, fue cuando decidieron solicitar ayuda médica para el pequeño.
El trágico desenlace
Cuando llegó la ambulancia y el joven fue trasladado hasta el hospital más cercano, ya nada se pudo hacer por salvar su vida. Ante lo ocurrido, la policía decidió tomar cartas en el asunto y ahora los progenitores se enfrentan a una grave acusación por los mencionados delitos.
Como no podía ser de otra manera, tanto a Emil como a Rodico Radita se les ha tomado declaración, para conocer su versión de los hechos y para saber porqué no llamaron rápidamente a urgencias. Ante esas preguntas, no han dudado en manifestar que si no avisaron antes fue porque el propio Alexandru les pidió que no lo hicieran, ya que había tenido malas experiencias previas en centros sanitarios.
Sea como sea, parece que la postura de los padres se tambalea. ¿Por qué? Porque el informe de la autopsia realizado por el forense de Calgary ha venido a dejar patente que la situación en la que se encontraba el menor venía de lejos y era realmente dramática.
En concreto, el citado documento expone no sólo que el adolescente únicamente pesaba 17 kilos sino que además contaba con dolorosas úlceras en su cuerpo. Pero aún hay más, se le habían caído todos los dientes. Una situación que, como decimos popularmente, pone “los pelos de punta” y que era fruto de que sufría diabetes y no estaba siendo tratado como debía.
¿Por qué no estaba siguiendo un tratamiento adecuado para esa enfermedad? Todo hace sospechar que porque los padres no querían. Buena muestra de eso es que en la declaración que los agentes policiales le han tomado a la progenitora, esta ha llegado a manifestar que no creía en absoluto que su hijo fuera diabético.
¿Y ahora?
El presente ahora se complica en exceso para los progenitores pues, como hemos mencionado, están a espera de ser juzgados por dos delitos realmente graves, que podrían llevarles de manera clara y directa a cumplir pena de cárcel. Pero habrá que esperar para ver qué sucede.
Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que la polémica ha surgido tanto en su ciudad como a nivel internacional por la actitud de esos padres. Y es que, independientemente de sus ideas y creencias religiosas, por encima de todo debe estar la salud y el bienestar de un hijo, de un menor que no ha elegido tener una fe, que se le ha impuesto en qué creer o qué normas morales deben regir su vida.
¿Es realmente justo? No. No es justo ni normal que unos padres pongan sus oraciones y su religión por encima de la salud de un hijo.
¿Tú qué piensas? ¿Qué habrías hecho en su lugar?