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Educación emocional en la primera infancia: consejos para ayudar a los niños con sus emociones

A veces los niños pequeños no saben lidiar con sus emociones o reconocerlas

Pautas para que sepan identificarlas correctamente y gestionarlas

¿Sabes gestionar tus emociones tras un enfado? Te aconsejamos cómo debes hacerlo

La educación emocional es una parte fundamental del desarrollo infantil. A menudo se pasa por alto en comparación con otros aspectos del crecimiento, como la educación académica o el desarrollo físico, pero entender y gestionar las emociones es crucial para el bienestar general de los niños. Este verano, muchos de nosotros hemos llevado a nuestros hijos al cine para ver ‘Del Revés 2’, la última película de Pixar. Al igual que en la primera entrega, esta película coloca las emociones en el centro de la historia, en esta ocasión más centrada en la adolescencia, pero, ayudando igualmente a los niños a comprender mejor sus propios sentimientos. Sin embargo, aunque películas como estas pueden ser herramientas valiosas, la gestión emocional en la vida real puede ser más desafiante.

En las dos películas, las emociones toman vida, permitiendo a los niños visualizar y entender conceptos abstractos de manera más concreta. Alegría, Tristeza, Miedo, Asco e Ira son personajes que interactúan y muestran cómo nuestras emociones afectan nuestras decisiones y comportamientos. A través de estas representaciones, los niños pueden aprender sobre la variedad de emociones que todos experimentamos. Sin embargo, en la vida cotidiana, es común que los niños pequeños tengan dificultades para identificar y manejar sus emociones. Esta incapacidad puede llevar a comportamientos desafiantes, frustración y dificultades en las relaciones sociales. Por lo tanto, es vital que los padres y educadores encuentren formas efectivas de enseñar a los niños sobre sus emociones desde una edad temprana. Pautas de educación emocional a seguir que podemos aplicar de forma sencilla y que pueden ser de gran ayuda tanto en la primera infancia como en etapas posteriores de su desarrollo.

Educación emocional en la primera infancia

La primera infancia es un periodo crucial para la educación emocional. Durante estos años, los niños están desarrollando su comprensión del mundo y de sí mismos. Las experiencias y enseñanzas que reciben en esta etapa pueden tener un impacto duradero en su capacidad para manejar sus emociones en el futuro. Películas como ‘Del Revés’ pueden servir como un punto de partida para conversaciones sobre las emociones, pero es importante complementar esto con estrategias y prácticas diarias.

Identificación de las emociones

Una de las primeras habilidades que los niños deben desarrollar es la capacidad de identificar sus emociones. Para muchos niños pequeños, las emociones pueden ser confusas e intensas, y pueden no tener el vocabulario necesario para expresarlas. Aquí es donde los padres y cuidadores juegan un papel crucial. Usar un lenguaje claro y sencillo para describir emociones puede ayudar a los niños a reconocer lo que están sintiendo. Por ejemplo, en lugar de simplemente decir «Estás enfadado», se puede decir «Veo que estás enfadado porque tu juguete se rompió». Esta especificidad ayuda a los niños a conectar sus sentimientos con situaciones concretas.

Modelando la gestión emocional

Los niños aprenden observando el comportamiento de los adultos a su alrededor. Modelar una gestión emocional saludable es una de las formas más efectivas de enseñar a los niños cómo manejar sus propias emociones. Esto significa mostrarles cómo manejar situaciones estresantes de manera calmada y constructiva. Si un adulto se siente frustrado, puede verbalizar sus sentimientos y mostrar formas de afrontarlos: «Me siento frustrado porque no encuentro mis llaves. Voy a tomarme un momento para calmarme y luego seguir buscando». Este tipo de comportamiento no sólo  enseña a los niños sobre las emociones, sino que también les muestra estrategias prácticas para manejarlas.

Juegos y actividades emocionales

Incorporar juegos y actividades que se centren en las emociones puede ser una forma divertida y efectiva de enseñar a los niños sobre sus sentimientos. Juegos como el «Memory de Emociones», donde los niños emparejan caras que muestran diferentes emociones, pueden ayudar a mejorar el reconocimiento emocional. Actividades como dibujar sus sentimientos o usar títeres para representar diferentes situaciones emocionales también pueden ser útiles. Estas actividades no solo hacen que el aprendizaje sea divertido, sino que también proporcionan a los niños herramientas para expresar y entender mejor sus emociones.

Estrategias de educación emocional para niños mayores

A medida que los niños crecen, es importante enseñarles habilidades de resolución de problemas para manejar sus emociones. Esto incluye aprender a identificar el problema, considerar posibles soluciones, evaluar las consecuencias de cada solución y elegir la mejor opción. Por ejemplo, si un niño está molesto porque no puede jugar con un amigo, se le puede guiar a pensar en alternativas: «No puedes jugar con Juan hoy, pero ¿qué te parecería invitar a Pedro o jugar con tu juego favorito?». Este proceso ayuda a los niños a sentirse más en control de sus emociones y menos abrumados por ellas.

Fomentando la empatía

La empatía es una habilidad crucial para la gestión emocional y las relaciones interpersonales. Enseñar a los niños a entender y valorar los sentimientos de los demás puede ayudarlos a manejar mejor sus propias emociones. Esto puede lograrse a través de conversaciones sobre cómo se sienten los demás en diferentes situaciones y cómo nuestras acciones pueden afectar a los demás. Leer historias y discutir los sentimientos de los personajes es otra excelente manera de desarrollar la empatía en los niños.

Técnicas de relajación y mindfulness

Incorporar técnicas de relajación y mindfulness puede ser muy beneficioso para los niños mayores. Estas técnicas les enseñan a calmarse y a centrarse, lo que puede ser especialmente útil en momentos de estrés o ansiedad. Actividades como la respiración profunda, la meditación guiada y el yoga para niños pueden ayudar a desarrollar estas habilidades. Practicar estas técnicas regularmente puede ayudar a los niños a aprender a manejar sus emociones de manera más efectiva.

En conclusión, la educación emocional es un aspecto fundamental del desarrollo infantil que tiene un impacto duradero en el bienestar y las relaciones futuras de los niños. A través de estrategias como la identificación de emociones, el modelado de la gestión emocional, los juegos y actividades centradas en las emociones, y la enseñanza de habilidades de resolución de problemas y empatía, los padres y educadores pueden proporcionar a los niños las herramientas que necesitan para entender y gestionar sus emociones de manera efectiva. Aunque películas como ‘Del Revés’ y ‘Del Revés 2’ pueden ser un buen punto de partida, es el esfuerzo continuo y consciente en la educación emocional lo que realmente hará la diferencia en el desarrollo de un niño.