Diccionario para primerizos. La L
Cada vez se acerca más el momento del parto, de tener a tu primer hijo en brazos, y por eso te continúas “preparando”. Así, no sólo has comenzado a informarte de cómo hacerle frente al alumbramiento sino también a los cuidados básicos que necesitará el bebé. Y todo eso sin olvidar que también estás leyendo multitud de libros y publicaciones especiales acerca de cuestiones fundamentales sobre cada etapa del embarazo.
Pues bien, en ese caso tampoco te olvides de tener en cuenta nuestra serie de artículos titulada “Diccionario para primerizos”, donde encontrarás los términos más importantes que necesitas saber para afrontar el presente y el futuro que se te presenta. En concreto, ahora tienes a continuación, algunos importantes que empiezan por la letra L:
Leucorrea
Un elevado número de mujeres experimenta durante el embarazo lo que se llama leucorrea, que viene a ser la existencia de flujo de color blanquecino que emana de sus vaginas y que, por regla general, viene a indicar que pueden estar sufriendo una infección. No obstante, en esos casos lo mejor que se puede hacer es consultar al médico porque puede ser que esté dentro de los parámetros de lo que se considera normal. Y es que el flujo es necesario para que esas zonas genitales citadas no sólo estén húmedas sino también sanas y libres de cualquier tipo de bacterias.
No obstante, cuando se trata de una leucorrea que indica infección la mencionada segregación suele tener un olor fétido, su apariencia es más densa y su aspecto es blanquecino. No obstante, también son señales de la misma que exista picor genital, irritación e incluso pesadez notable en la zona del abdomen.
Líquido amniótico
Uno de los elementos más importantes de todo el periodo de gestación, en cuanto que es vital para el crecimiento saludable del feto, es el líquido amniótico. Y es que se trata del fluido que rodea al bebé en el interior de la madre, el que le protege, el que le alimenta y el que permite que pueda desarrollarse de la manera correcta.
En ocasiones, ese elemento se hace imprescindible que se analice, pues se sospecha que algo no va bien en el embarazo. Por eso, se recurre a someter a la mujer a pruebas tales como la amniocentesis que consiste en extraer una muestra del mismo. De esta manera, en función del examen exhaustivo que se realice de ese e incluso del color que presente, se puede establecer si hay un problema o no. De esta manera, se pueden diagnosticar, por ejemplo, desde el llamado sufrimiento fetal hasta anomalías congénitas, entre otras cosas.
Líquido meconial
Con este nombre se conoce de manera más “médica” al llamado popularmente como meconio. Este viene a ser la sustancia viscosa, pegajosa y de color negro que se encarga de revestir lo que es el intestino del recién nacido y que se convierte en sus primeras heces.
Durante dos días aproximadamente después de haber venido al mundo, el pequeño estará defecando esa sustancia, para luego tener cacas mucho más “normales”.
Es importante conocer que, en algunos casos, las embarazadas al romper aguas descubren que también han expulsado meconio en lo que es el líquido amniótico. Una circunstancia de la que deben informar rápidamente al doctor cuando lleguen al hospital y es que eso lo que viene a indicar es que el niño presenta algún problema. En concreto, deja constancia de que el bebé va a tener dificultades para nacer, por lo que se deberán tomar las medidas necesarias al respecto.
Loquios
Los padres primerizos posiblemente nunca habían oído hablar de los loquios, pero a raíz del embarazo y del parto los descubrirán. Se trata de unas secreciones vaginales que tienen las mujeres que acaban de dar a luz y que están conformadas no sólo por sangre sino también por moco e incluso por lo que es tejido procedente de la placenta.
Durante unos quince días suelen durar los citados loquios, no obstante, eso depende en cada mujer, que tendrá que hacerle frente a los tres tipos que existen: los sanguinolientos, que tienen sangre y son rosas; los rojos, que se asemejan a lo que es la menstruación, y los alba, que adquieren un tono blanco.
No obstante, es importante que la recién estrenada mamá vigile muy bien esas secreciones. ¿Por qué? Porque si las mismas van acompañadas de coágulos o huelen de manera fétida indicarán que algo no va bien, por lo que deberán acudir rápidamente al hospital para que el doctor las examine y pueda diagnosticar lo que sucede, tomando después, por tanto, las medidas oportunas.
Llevar a cabo una higiene íntima adecuada, siguiendo las indicaciones del ginecólogo, así como hacer uso de compresas que únicamente tengan algodón son algunos de los consejos que deben tener en cuenta las embarazadas para llevar lo mejor posible la fase de los loquios.