5 consejos para visitar un museo de arte con niños

5 consejos para visitar un museo de arte con niños
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Igual que es importante que desde temprana edad empiecen a relacionarse con la literatura, para así desarrollar el beneficioso hobby de la lectura, también es aconsejable que desde pequeños comiencen a conocer el arte. De esta forma, no sólo ampliarán su cultura sino que irán despertando su interés por una disciplina enriquecedora, emotiva y que forma parte fundamental de nuestra sociedad.

Por ese motivo, pronto hay que comenzar a llevarlos a visitar museos donde puedan conocer qué es la pintura, la escultura o los grabados. Pero eso sí, es necesario hacerlo teniendo en cuenta una serie importante de consejos:

1-Tener en cuenta su edad

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La primera recomendación que hay que tener en cuenta es la edad de los niños. Y es que en función de la misma se puede esperar unas cosas y otras de esta actividad en familia. Así, por ejemplo, si los pequeños están cursando Preescolar sólo se podrá lograr que valoren los colores, las formas o las figuras que aparecen representadas en las obras. Sin embargo, cuando ya son más mayores se les pueden plantear numerosas preguntas y juegos para que el museo les encante y quieran volver a recorrerlo.

2-Preparar la visita

Otro de los aspectos más importantes que se deben tener en consideración antes de acudir a un centro expositivo con niños es el de conocer previamente el mismo. Con esto nos referimos a que hay que preparar la visita, para que así se pueda tener claro a qué zona hay que dirigirse porque la misma les resultará más divertida, entretenida o “asequible”, culturalmente hablando, a su edad.

De la misma manera, se recomienda navegar por la propia página web del museo, para así conocer si hay alguna propuesta concreta que ofrezca al público infantil, como pueden ser recorridos guiados, talleres o juegos.

Todo eso sin pasar por alto que otra interesante medida que se aconseja llevar a cabo antes de acudir a ese centro expositivo es ir descubriendo en casa algunas obras de arte de las que se vaya a disfrutar. Así, mediante fotocopias, libros o incluso la tablet o el ordenador se puede tener acceso a las mismas, comentarlas, enseñarles cosas curiosas de esas…

Ni que decir tiene que también es fundamental que los días previos e incluso el mismo de la visita se le explique a los hijos que hay unas normas que seguir en el museo. Eso supone que se les diga que está prohibido correr y gritar, que hay que comportarse adecuadamente, y que, por supuesto, bajo ningún concepto se pueden tocar las obras expuestas porque son muy antiguas y pueden estropearse.

3-Plantear un juego

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Tanto para que aprendan sus primeras palabras en otros idiomas como para que adquieran ciertos hábitos saludables, se apuesta por canciones y actividades divertidas. Y eso es precisamente lo que también se debe hacer para que les encante visitar museos.

En concreto, los expertos en educación infantil recomiendan plantear la visión de las obras expuestas como si de un juego se tratase. Así, por ejemplo, se puede apostar por las siguientes propuestas:

  • Preguntarles qué ven en el cuadro o qué se imaginan que representa.

  • Pedirles que descubran dónde se encuentran ciertos elementos significativos.

  • Jugar al “veo, veo” con las pinturas que estén expuestas.

  • Contarles, de forma amena y entretenida, la historia que se esconde detrás de las obras expuestas.

  • Despertar su imaginación haciendo que les pongan títulos diferentes a las esculturas o cuadros.

  • Llevar un cuaderno y unos lápices y hacer que dibujen su propia versión de la obra que tienen delante.

Mediante estos planteamientos lo que se conseguirá es que cualquier niño vea la visita a un museo como una actividad divertida. De ahí que se aficione a acudir a este tipo de centros culturales y que incluso sea quien demande a sus padres que le lleven.

4-Visitas cortas

Por supuesto, no menos importante es que en todo momento los padres sean conscientes de que sus hijos son pequeños y su capacidad de concentración y de “aguante” no es demasiada. Esto lo que supone es que las visitas a los museos de arte deben ser breves, para que así no acaben aburriéndose.

De esta manera, se puede comenzar haciendo unos recorridos cortos y luego, conforme vayan habituándose a esa actividad, ir aumentando de manera progresiva el tiempo que se pasa disfrutando de la misma.

5-Un recuerdo

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De la misma forma, hay que tener en consideración que una buena manera de “redondear” la visita al museo y que los niños queden con buen recuerdo de la misma es comprar algún pequeño objeto en la tienda del centro. Así, se puede optar por regalarle algún presente, como una libreta o un lápiz, que tenga representado el cuadro que más les haya gustado.

Con estos consejos seguro que la visita al museo con tus hijos será inolvidable y la primera de muchas más.

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