Educación

Cómo hacer que los niños entiendan el fracaso

El fracaso no tiene porque ser visto como algo malo. Los niños deben entender que las mejores lecciones de vida salen del fracaso y la derrota.

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Cómo hacer que los niños asuman el fracaso y la derrota

Los padres tienen la tarea de educar a sus hijos en los diversos períodos de la vida y explicarles que la existencia se compone de éxitos y fracasos. Muchas veces cometemos el error de hacer creer a los niños que solo merece la pena triunfar, pero también deben saber que a veces en la vida se pierde y que es entonces cuando aprendemos las mejores lecciones. Veamos ahora cómo hacer que los niños entiendan el fracaso.

Cómo hacer que los niños entiendan el fracaso

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Aunque el éxito y las ganas de triunfar en la vida, son valores que cualquier niño debe aprender, es mucho más importante que los padres enseñen a los niños desde pequeños, que la realidad de la vida está hecha de dificultades y que a veces, el esfuerzo y el compromiso no es suficiente, y por esta razón uno puede encontrarse frente a un fracaso.

En la vida no puedes ser perfecto en todo, de modo que los niños deben esforzarse por hacer bien las cosas y no que todo sea perfecto. De hecho, los valores que deben aprender nuestros hijos no es que la perfección sea la clave para ser felices, sino que son la tenacidad y la constancia que ponemos al enfrentar los compromisos y las pruebas de la vida, lo verdaderamente sea importante.

Si, a pesar del esfuerzo, el resultado no es positivo, no tenemos que transmitir al niño que han sufrido una derrota, sino una advertencia para esforzarse un poco más la próxima vez. Los fracasos deben aceptarse porque son fases de la vida, ayudan a crecer y en realidad, nos hacen más fuertes.

También es esencial dar apoyo a los niños con discursos, reflexiones o historias de episodios difíciles experimentados por los padres en el período de la infancia, para que ellos vean que entendemos por lo que están pasando, pero no para entrometernos y hacer lo que debería afrontar el niño y tampoco para reemplazarlo en la relación con los demás o para hacer que destaque más en un entorno como el ámbito escolar o en los deportes. Los niños deben ver que entendemos por lo que están pasando, y que deben asumir su fracaso, para seguir adelante, esforzarse más y triunfar la próxima vez.

Los padres no necesitan buscar al «niño perfecto» y estimular al pequeño para que busque la perfección, porque en este caso, desafortunadamente, no podrá manejar ninguna decepción y experimentará un mayor sufrimiento que un compañero que considera un fracaso como lo que es: una lección de vida que le ayudará a navegar de manera más segura y efectiva en el futuro.

Como ejemplo, no tomemos a las personas que mayores logros han conseguido en la vida, sino a gente común, gente que nos rodea y que han sufrido pero que finalmente se han establecido. Que esos sean parte de sus referentes, ayudará a los niños a estar más cerca de la realidad, y ver que el esfuerzo logra resultados aunque a veces cuesten.

Por último, nunca debemos enfadarnos ante el fracaso de nuestros hijos. No debemos transmitir que nos hemos decepcionado, por mucho que en el fondo pensáramos que iba a hacerlo mejor. Debemos estar a su lado, apoyarle y hacerle ver que del fracaso saldrá reforzado para volver a intentarlo.

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