Atención: el embarazo cambia el ¡cerebro de las madres!

Atención: el embarazo cambia el ¡cerebro de las madres!
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De manera periódica, nos van llegando resultados de análisis y estudios sobre el embarazo que resultan tan interesantes como sorprendentes. Así, por ejemplo, hace unos días nos contaron que la cerveza sin alcohol aportaba más ácido fólico que la leche entera. Y hoy nos enteramos de una nueva revelación: el periodo de gestación cambia la forma del cerebro de las mujeres.

Sí, lo has leído bien. Embarazo es igual a modificaciones en el cerebro de las mamás.

Sigue leyendo y conoce todo lo que necesitas saber al respecto.

La autoría del trabajo

Miembros del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) son los responsables del estudio que nos ocupa.

Se trata de un trabajo que no ha dejado indiferente a nadie y que se ha dado a conocer a partir de su publicación en la revista especializada “Nature Neuroscience”.

El estudio

Poder descubrir las transformaciones que el cerebro experimenta durante el embarazo, debido a los cambios hormonales y a las adaptaciones biológicas de la mujer, era lo que se pretendía con este análisis. De ahí que quienes lo han llevado a cabo han procedido a estudiar a fondo, durante un periodo de cinco años y cuatro meses, a un total de 25 mujeres en estado.

En concreto, las han analizado a fondo tanto durante el periodo de gestación como después del mismo a través de distintas pruebas como resonancias magnéticas. Pero no únicamente a esas féminas sino también a varias que no se encontraban esperando un bebé y a parejas hombres de unas y otras.

El embarazo, cambios cerebrales

El esfuerzo, el trabajo y la constancia de estos investigadores les ha llevado a toparse con un claro resultado. En concreto, han conseguido averiguar que el embarazo supone cambios en la estructura del cerebro de las mujeres. Pero esos no se hacen palpables únicamente durante los citados nueve meses sino que incluso pueden alargarse hasta dos años después de haber dado a luz.

Una conclusión final que se ha sustentado en los distintos descubrimientos puntuales que fueron percibiendo al estudiar las resonancias magnéticas de las mencionadas colaboradoras:

  • Las féminas que le hacen frente a lo que es su primer embarazo se encuentran con el hecho de que se reduce el volumen del cerebro referente a lo que son las áreas relativas a relaciones sociales. Unas zonas que se vuelven a “reactivar” cuando ya tienen en brazos a su bebé y lo ven por primera vez. Nos estamos refiriendo a las que se hallan situadas en la línea media cortical posterior y anterior o en puntos concretos de la corteza prefrontal y temporal.
  • El hecho de haber analizado tanto a gestantes como a sus parejas e incluso a féminas que no estaban embarazadas y a sus maridos o novios ha dejado patente algo. ¿El qué? Que esos cambios en la morfología del cerebro están asociados únicamente al periodo de gestación.
  • Varios de los investigadores que han participado en este trabajo han venido a reconocer que quizás esas modificaciones vienen a ser fruto de la adaptación que necesita acometer toda mujer que va a ser madre. Y es que se podrían explicar cómo la necesidad que tiene esa fémina de incrementar su sensibilidad para proteger a su hijo. Sí, porque esa circunstancia puede hacer que le pueda ayudar a reconocer en el rostro del pequeño que no está bien o que hay alguna amenaza en el entorno, entre otras cosas.

Otros datos de interés

Además de toda la información dada hasta el momento sobre este singular trabajo científico y de investigación, merece la pena conocer otros datos al respecto, tales como estos:

  • En el mismo se ha contado con la participación del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI).
  • Los cambios en la morfología cerebral de la mujer se producen en todas las embarazadas en la misma proporción, independientemente de si se han quedado en estado de manera natural o a través de un tratamiento de fertilidad.
  • Entre los resultados que se han conseguido no hay ninguno que venga a certificar que la gestante, como consecuencia de su estado, pierda capacidad de memoria.
  • De la misma manera, se ha indicado que con las pruebas que se ha trabajado tampoco se ha podido demostrar que el embarazo provoque cambios en otras funciones de tipo intelectual.
  • La reducción de la materia gris que se ha podido detectar es cosa únicamente de las gestantes. Es decir, que tienen que ver con los cambios que experimentan por el embarazo y no son cosa del nacimiento del bebé, ya que en este caso también podrían aparecer en los padres.

¿Qué te han parecido los resultados a los que ha llegado este trabajo científico? ¿Te han sorprendido en algo concreto?

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