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Traspaso ‘fake’ de Sánchez de las competencias de Costas a Baleares: ni dinero para pagar al personal

Sánchez Baleares
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez y la ex presidenta del Govern, Francina Armengol.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El traspaso por el Gobierno central de las competencias de Costas a Baleares materializado el pasado 1 de julio tras un acuerdo catalogado como histórico por la ex presidenta del Govern, Francina Armengol, se ha convertido en un engaño de la hoy presidenta del Congreso, y en otro anuncio fake más, dado que Pedro Sánchez no ha transferido tan siquiera el dinero suficiente ni para pagar al personal destinado a este servicio.

En concreto el Ejecutivo de Marga Prohens con el conseller del Mar, José Manuel Lafuente a la cabeza, cifra en más de medio millón de euros, el agujero económico que tendrá que asumir para hacer frente a este apartado de las competencias en la gestión del litoral balear.

Si el Gobierno de Sánchez dotó esta transferencia con un total de 1,3 millones de euros, el desembolso de los sueldos a los empleados públicos asignados a este servicio asciende a 1,9 millones de euros, lo que pone en evidencia el regalo envenenado que Sánchez hizo a las Islas, y que Armengol aceptó y vendió como un logro.

Si en 2012 el Govern balear entonces encabezado por el ex dirigente del PP, y hoy eurodiputado de Ciudadanos, José Ramón Bauzá, rechazó precisamente por su baja dotación presupuestaria el traspaso de esta competencia, Armengol la aceptó una década después, y en unas condiciones que son aún peores que entonces.

En primer lugar por la falta de personal. Aunque se suponía que Baleares iba a contar con un equipo de 38 personas, actualmente sólo trabajan 18, y el resto de plazas están vacantes y  pendientes de ser cubiertas. En Ibiza y Formentera, por ejemplo, no hay vigilantes y en el caso de Menorca solo hay uno.

Pero más sangrante aún es el hecho de que el Gobierno de Sánchez sólo transfiere lo accesorio, aquello que genera mayor gasto a las arcas autonómicas, y se reserva lo primordial. Por ejemplo la fijación y cobro de cánones para todas las concesiones, empezando por los chiringuitos de playa y cualquier otra actividad económica que tenga como sede la zona litoral balear.

Tendrá también la última palabra en estas concesiones, así como la planificación de proyectos y obras de interés general, pudiendo vetar las decisiones que adopte la comunidad autónoma.

Un nuevo menosprecio a Baleares de Sánchez en este caso en connivencia con Armengol. Como manifestó esta semana en sede parlamentaria el diputado de Vox en la Cámara balear, Francisco José Cardona, dirigiéndose al nuevo conseller del Mar y Ciclo del Agua del PP, «menudo negocio hemos hecho». «Más que un traspaso de competencias, parece un entierro de tercera».

Lafuente, por su parte, no tuvo más remedio que reconocer que «la situación es complicada y difícil», porque «lo que era un traspaso histórico se ha convertido en una decepción histórica para esta comunidad». «Desde el Govern nos comprometemos a dotar todas las plazas existentes a ponerlas en funcionamiento de forma efectiva, y aportar, porque tendremos que destinar recursos propios, para poder ejercer estas competencias».

El primer objetivo de Lafuente es la tramitación del proyecto de ley del litoral para su gestión y ordenación integral con el fin de hacer compatible  usos con protección y preservación además de establecer la protección de construcciones históricas, como los escars o las cases de vorera.

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