Cierre de negocios

Toni Gayà: «Hila ha convertido a Palma en una ciudad de comercios vacíos»

"Somos trabajadores, comerciantes y vecinos que queremos que nos dejen opinar. Que queremos una Palma con futuro"

La peatonalización de calles y el cierre de barrios mediante Acire está acabando poco a poco con el corazón de la capital

"Lo mejor es que Cort no haga nada, porque cada vez que hace algo, cierra un comercio en la ciudad"

Los comerciantes, hartos: «Dicen que son el gobierno del pueblo y en realidad ni dialogan ni negocian»

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El cierre del Cortefiel de Jaime III ha puesto de manifiesto que la precaria situación del comercio en Palma afecta incluso a los más grandes. Una realidad provocada por las políticas del Tripartito de Cort y que está acabando poco a poco con el corazón de la capital. Cada vez son más los comercios pequeños, medianos e incluso grandes que deciden marcharse al extrarradio. El motivo, «la poca afluencia de gente que pasea por el centro». Y es que cualquiera que recorra la ciudad, puede atestiguar que esta ha perdido vida.

Para el presidente de la Federación Patronal de Empresarios de Comercio de Baleares (Afedeco), Toni Gayà, el Ayuntamiento es el único culpable de la muerte del comercio en Palma. «Son los mejores sponsors de las grandes superficies», porque no se preocupan de poner en marcha políticas que hagan del centro un lugar atractivo y competitivo. Gayà se refiere a que las políticas de peatonalización sin consenso y cierre de la circulación de barrios mediante Acire sin diálogo están ahuyentando a la gente.

Moverse por Palma es cada vez más complicado, igual que aparcar. Cort ha eliminado hasta el momento unas 3.000 plazas de aparcamiento, ha señalado el presidente, y sólo ha repuesto o repondrá, por el momento, unas 500. Y dejar el coche en uno de los parkings subterráneos, cada vez más saturados, «sale demasiado caro». «En el centro comercial puedes aparcar gratis durante todo el día o durante varias horas, tiempo suficiente como para dar una vuelta y comprar. Le hemos pedido al Ayuntamiento que en los aparcamientos públicos se pueda dejar el coche de forma gratuita durante unas pocas horas si se presenta un tique de compra. No han hecho nada», ha criticado Gayà.

La respuesta de Cort, por descontado, es que hay que potenciar la movilidad sostenible y el transporte público. Lo cierto es que en estos últimos seis años el servicio de la EMT ha ido de mal en peor y se ha encarecido. El carril bici también deja mucho que desear, con bastantes tramos en mal estado y que discurren junto al tráfico rodado. Tampoco hay aparcamientos disuasorios ni se contempla que el coche eléctrico forme parte de la movilidad sostenible de la que habla el Tripartito de izquierdas. «Están matando a la gallina de los huevos de oro».

Gayà ha puesto de manifiesto que hay comercios, como los de Bonaire, en los que se puede encargar el producto desde casa, «para luego ir a recogerlo en coche». Son pequeños negocios que trabajan con los vecinos de la zona y con clientes de fuera, que en muchas ocasiones viven lejos. «Si no pueden entrar, entonces dejarán de comprar y ese comercio tendrá que cerrar. Lo más preocupante es que ese cierre no afecta sólo al propietario y a los trabajadores, sino también a las familias. Todos se van a la calle».

Ciudad desierta, comercios vacíos

«Hacer cosas desde dentro del Ayuntamiento es muy fácil. Lo difícil es hacerlo en la calle, hablando con las personas. Pedimos desde hace tiempo que haya empatía, que se escuche al pequeño comerciante y a la gente. Queremos que Palma sea una ciudad amable para todo el mundo». A tenor de esta actitud poco dialogante del alcalde, José Hila, y de sus socios de izquierdas, se formó la plataforma ‘Palma camina hacia la ruina’. Se trata de un juego de palabras con el proyecto Palma Camina de Cort, que pretende sacar el tráfico del centro de la ciudad sin un plan de movilidad.

Afedeco, Pimeco, CAEB, distribuidores, restaurantes, vecinos y asociaciones de comerciantes de barrio, entre otras entidades, conforman ‘Palma camina hacia la ruina’. Sin embargo, llevan desde mucho antes reclamando que Hila apoye al comercio de Palma. Precisamente, cuando empezó la crisis sanitaria pidieron por activa y por pasiva a Cort que tomara medidas para que el comercio pudiera subsistir. «Pedimos no pagar todos los impuestos municipales porque no facturábamos y los hemos tenido que pagar. Pedimos que no tuviésemos que pagar tasas, lo mismo, a pagar. Pedimos los bonos comerciales en marzo de 2020 y los sacan ahora que estamos saliendo de la pandemia».

En este sentido, Gayà ha dicho que durante la pandemia querían que se impulsase la compra en el comercio tradicional y no por internet. Cabe destacar que en este último año y medio han aumentado exponencialmente las compras en comercio electrónico. Situación que Hila no ha ayudado a cambiar, sino que «ha convertido a Palma en una ciudad medio desierta de comercios vacíos». «Fíjate en cualquier negocio, el que quieras, en hora punta. No hay nadie, cuando antes había mucha afluencia de gente».

Teniendo en cuenta la situación y las políticas que el Tripartito quiere poner en marcha, Gayà lo tiene claro. «Lo mejor para Palma es que no hagan nada, porque cada vez que Hila hace algo, cierra un comercio en la ciudad». Aunque el presidente no se queda en la crítica y pide, de nuevo, diálogo. Pide que no se siga imponiendo el criterio del Ayuntamiento por encima de la opinión de los afectados. Pide que no se siga con obras como la de Nuredduna que ya ha empezado a perjudicar al barrio. «Es un proyecto que está creando ciudadanos de primera y de segunda, y que está arruinando a los comerciantes».

«No imponemos ningún criterio, queremos consensuarlos. Somos trabajadores, comerciantes y vecinos que queremos que nos dejen opinar. Que permitan que entre todos podamos encontrar una manera consensuada de hacer una Palma diferente, con futuro. Una Palma que recupere la vida y en la que los negocios tengan que cerrar por falta de gente, como Cortefiel, e irse al extrarradio».

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