mallorca sin jesuitas

El Silencio de Nuestra Señora de Montesión

Comunicado de Felio Bauzá, presidente de la cofradía ligada hasta ahora a la Compañía de Jesús

"Lamentamos profundamente la decisión de extinguir la comunidad de jesuitas en Mallorca"

"Después de 98 años, El Silencio dejará de estar vinculado a la Compañía de Jesús"

El Silencio de Nuestra Señora de Montesión
Concentración celebrada el pasado mes de junio junto a la iglesia de Montesión.

Con ocasión de la última salida escalonada de jesuitas y cierre definitivo de la Comunidad de Montesión, la Cofradía de El Silencio de Nuestra Señora de Montesión expresa ante todo su gratitud personal a todos los jesuitas, sacerdotes y hermanos coadjutores, que han servido en Montesión y que han contribuido al apostolado de la Compañía de Jesús con sus iniciativas y pedagogía, todo ello con fortaleza de ánimo y sacrificio personal: gracias a todos los que hemos tenido la suerte de conocer y gracias a todos aquellos que les han precedido.

Creada en 1927 y con sede inicialmente en la Congregación Mariana (hoy convertido el edificio en un hotel boutique) y posteriormente en la Iglesia de Montesión, El Silencio encara el futuro más inmediato, plagado de incógnitas, con serenidad y el compromiso de siempre con el carisma ignaciano.

En el momento presente desconocemos si podremos mantener la sede en Montesión, si podremos conservar el Cristo de El Silencio en la Iglesia de Montesión, si podremos celebrar nuestros actos (religiosos y de intendencia) en Montesión, si vamos a formar parte de la plataforma apostólica regional de Valencia de la Compañía de Jesús, ni dónde vamos a celebrar el centenario de la Cofradía dentro de dos años.

No abandonaremos Montesión por iniciativa propia. En los últimos meses hemos recibido ofrecimientos para todo lo anterior de otras órdenes religiosas. Expresamos nuestra gratitud por ello, expresiva de la confianza que merece El Silencio, si bien nuestro deseo es seguir vinculados a Montesión. Nos consideramos parte de Montesión y sólo cambiaremos de sede cuando se nos pida.

El Silencio sin jesuitas

Sí sabemos, porque lo hemos preguntado al gobierno de la Compañía de Jesús en España, que no tendremos un consiliario jesuita. Después de noventa y ocho años, El Silencio dejará de estar vinculado a la Compañía de Jesús. En el mes de junio pasado habíamos entendido de las declaraciones de su portavoz que la Compañía no renunciaría a su apostolado en Mallorca y que se iba a dirigir desde la Plataforma Apostólica de Valencia, con visitas periódicas. Sin un consiliario jesuita, poco sentido tiene pertenecer a una plataforma de organizaciones laicas nacidas bajo la influencia espiritual de la Compañía de Jesús.

Lamentamos profundamente la decisión de extinguir la Comunidad de jesuitas; eliminar la docencia del colegio jesuita más antiguo del mundo;  abandonar el santuario de San Alonso Rodríguez y ceder el inmueble por un período de setenta años, después del cual toda la historia de Montesión -en sus distintas dimensiones, apostólica, educativa y de patrimonio histórico- habrá quedado desnaturalizada.

Consideramos que ninguna de estas decisiones alberga una justificación objetiva. Agradecemos las innumerables muestras de apoyo que hemos recibido por la expresión de nuestra valoración no sólo de Mallorca, sino de muchos lugares de España y hasta del extranjero; al tiempo que lamentamos las descalificaciones vertidas por parte del portavoz de la Compañía: los cofrades de El Silencio sencillamente no lo merecemos.

El Silencio de Nuestra Señora de Montesión ha actuado siempre guiado por el espíritu de amor y servicio, y desde el más desinteresado y auténtico compromiso con la Compañía en general, que no es infalible, y con Montesión en particular. Hubiera sido deseable que las críticas que hemos vertido -fruto de la incomprensión de sus decisiones- se hubieran admitido desde ese compromiso y no en el contexto de confrontación al que se han llevado.

«Demasiados intereses personales»

También hubiera sido deseable que algunos laicos con nombres y apellidos, partícipes de este proceso desde su génesis, hubieran advertido a la dirección de la Compañía de la reacción social venidera y hubieran tendido puentes conciliadores. Nada de esto ha sucedido y nos duele. En este proceso han aparecido demasiados intereses personales de los que el gobierno de la Compañía posiblemente ni sea consciente. Si se hubiera apoyado en sus compañeros jesuitas de Montesión antes que en determinados laicos, todo hubiera sido más edificante.

Este clima de confrontación provocó que se nos excluyera de los actos de celebración de San Ignacio en Montesión, que servían para despedir a la comunidad; la exclusión fue reafirmada. Esta decisión, situada extramuros del amor y servicio ignacianos, provocó que El Silencio organizara un pequeño acto de agradecimiento y despedida a los jesuitas que han sido consiliarios. Por lo excepcional de la iniciativa, el acto fue muy emotivo para todos.

Discrepamos de la forma en que se ha realizado este proceso. Sin discutir la titularidad del inmueble y la soberanía de la Compañía en la toma de decisiones respecto de sus miembros y de su patrimonio, la importancia de esta decisión bien merecía adoptarla y explicarla de otra manera, con mayor confianza hacia las organizaciones comprometidas; no tanto con la intención de influir en la decisión, sino para tratar de aportar solución al problema. Desde que se hizo pública la decisión de eliminar la docencia en Montesión, El Silencio se ofreció con todos sus medios personales, directos e indirectos, con el fin de evitar una decisión tan drástica. El ofrecimiento fue en vano.

Montesión sin jesuitas

El Silencio cuenta con más de un centenar de cofrades, que son casi en su totalidad alumnos y antiguos alumnos; en algunos años han desfilado cerca de otro centenar de monaguillos, prácticamente todos ellos alumnos de Montesión, y hasta ha llegado a presidir nuestros actos algún Provincial de Europa de la Compañía.

En estos tiempos de incertidumbre seguiremos siendo la cofradía del Colegio de Montesión y volveremos a ofrecernos -esperemos que esta vez con mayor fortuna- para ser un instrumento de la pastoral del Colegio. No es casualidad que algunos cofrades sean o hayan sido catequistas en el Colegio, otros en la Asociación Padre Montalvo y otros sean voluntarios en la Fundació Montisión Solidària.

Al margen de cualquier instrumento de coordinación como la PAL -de utilidad relativa con el solo paréntesis de la intervención del P. Elías López-, El Silencio ya coordinaba sus actuaciones por iniciativa propia con otras organizaciones laicas de inspiración ignaciana. En cualquier caso y pase lo que pase, seguiremos llevando el escudo de Montesión con el orgullo infinito que sentimos por ello.

Manifestamos nuestro temor, fundado, a un Montesión sin jesuitas. En los últimos diez años ningún jesuita ha estado en la dirección del Colegio. Es comprensible por la falta de vocaciones, si bien el balance de la misión compartida en Mallorca es desafortunado. Pese a la valía del profesorado, la calidad docente ha disminuido sensiblemente, fruto de la implantación de un sistema metodológico muy deficiente. La pastoral también es manifiestamente mejorable, sin que este sea el medio para entrar en detalles.

El Silencio ha insistido todos estos años en la necesidad de que los jesuitas de Montesión se implicaran en la actividad pastoral del Colegio, sin éxito. Nos preocupa el futuro inmediato en el nuevo contexto, aunque tenemos esperanzas fundadas en el nuevo director general, de solvencia contrastada.
Somos conscientes de las dificultades que atraviesa la Compañía de Jesús, principalmente en Europa, y en cualquier caso seguiremos fieles a nuestro compromiso de amor y servicio con ella. Pedimos a Dios que oriente sus decisiones hacia el acierto y le agradecemos la oportunidad de habernos formado con y entre jesuitas. También le pedimos que nos ayude a entender las motivaciones de esta decisión.

Se hará difícil orientar nuestras actuaciones sin el contacto jesuita. Afortunadamente el Obispado nos ha ofrecido un consiliario, que servirá de guía en nuestra formación espiritual. Aprovechamos para agradecer al Sr. Obispo su sensibilidad y buena intención en todo este proceso. También hay que agradecer al periódico Última Hora, que ya en 2022, en manifiesta soledad e incomprensión generalizada, fuera el único medio que advirtió la realidad anunciada por parte de El Silencio. En 2024 se han sumado la COPE, IB3, Diario de Mallorca, así como medios nacionales como ABC, El Mundo, El País y Ok Diario.

Nos sentimos profundamente agradecidos. La Compañía de Jesús es una obra inmensísima de Ignacio de Loyola, que no se puede ver empañada por decisiones puntuales, por muy incomprensibles que nos parezcan. En cualquier caso, nuestro compromiso con la Compañía de Jesús sigue intacto, como también la orientación de nuestros actos: «en todo, amar y servir».

En Palma (Mallorca), a 12 de septiembre de 2024, festividad del Dulce Nombre de María.

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