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Seis años del cierre y liquidación por la izquierda del mercado de Corea en Palma que Vox exige recuperar

Reclama al alcalde Martínez que el Ayuntamiento asuma la reforma y gestión directa

Propone convertirlo en un espacio de participación para entidades sociales y vecinales

Palma mercado Corea
Imagen de la fachada del clausurado Mercado municipal de Camp Redó en el barrio de Corea de Palma.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Ya han pasado seis años del cierre y liquidación por parte de la izquierda en 2019 del mercado municipal de abastos del barrio conflictivo de Corea, en Palma, que Vox exige recuperar porque era uno de los centros neurálgicos de la zona durante décadas.

Desde su inauguración en 1972 hasta su cierre, fue un importante complemento de activación social para los habitantes de estas viviendas de protección oficia en la capital balear.

En sus inicios, el mercado se consolidó como un centro de actividad esencial para los residentes del barrio de Camp Redó, ofreciendo productos frescos y de primera necesidad. Sin embargo, en los años previos a su cierre, el mercado experimentó una progresiva decadencia, con cada vez menos puestos operativos. A pesar de los esfuerzos por revitalizarlo, como por ejemplo con la aprobación en época más reciente de una nueva concesión por 30 años, la situación no mejoró.

Finalmente, el mercado municipal cerró sus puertas de manera definitiva el 26 de julio de 2019 bajo el gobierno del socialista José Hila, incapaz de gestionar su revitalización, ni siquiera dándole un uso social distinto al original.

Desde entonces el Mercado de Camp Redó, después de permanecer sin uso durante años, no sólo ha visto su declive definitivo desde 2019, sino su conversión para funciones muy diversas. Entre otras, ser destinado para servicios municipales como el de Bienestar Social, sede de la Oficina del Distrito Norte y el de la Policía Local porque, de hecho, los vecinos siempre han señalado que lejos de otorgarle un uso que lo dignifique, el edificio ha llegado a perder su significado de centro representativo de la barriada.

Vox considera que no puede seguir siendo un espacio desaprovechado y vacío de contenido, porque es un lugar con historia, en el corazón del barrio, que hoy necesita ser recuperado para la ciudadanía.

En esta línea, asociaciones culturales, sociales y del tercer sector llevan tiempo reclamando espacios dignos donde organizar mercadillos, ferias solidarias y actividades comunitarias, y este espacio sería el sitio idóneo. Más que nada porque es un espacio amplio, accesible y con un enorme potencial para convertirse en motor de participación y cohesión social.

Por eso, reclaman al gobierno municipal en minoría del PP, que preside el alcalde Jaime Martínez, que el Ayuntamiento asuma la rehabilitación y gestión directa del mismo, garantizando un uso ordenado y transparente.

Para ello sería esencial que se abra a las entidades del barrio y se convierta en un punto de encuentro vivo y que, en definitiva, deje de ser un edificio abandonado para transformarse en un símbolo de la dinamización cultural y social que reclaman desde hace años los vecinos de la zona.

Para el edil Fulgencio Coll, su recuperación permitiría la revalorización de un edificio que es histórico y evitar su deterioro, ofreciendo un espacio de participación para asociaciones culturales, sociales y vecinales, generando así oportunidades para pequeños productores y artesanos mediante mercadillos de segunda mano, productos locales y actividades de sensibilización y en definitiva, convertir a este emblemático edificio en un punto de encuentro estable y gestionado por el Ayuntamiento.

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