Vecinos de Corea, el barrio más degradado de Palma, pasan a la acción y ponen vallas contra el vandalismo

Los vecinos del degradado barrio de Corea en Palma vallan los patios interiores de los vetustos edificios de la zona, con un total de 568 pisos sociales, para evitar el vandalismo y la acumulación de basuras, residuos y toda clase de desechos que son arrojados por desaprensivos en estos espacios comunes privados que nunca han sido recepcionados por el Ayuntamiento de Palma.

Ni el Consistorio palmesano, ni el Govern balear, ni el Consell de Mallorca han hecho nada y han tenido que ser las propias comunidades de vecinos de la zona las que se han puesto manos a la obra para hacer frente al incivismo que azota el barrio hace décadas.

Desde hace unas semanas, los residentes en la zona han iniciado el vallado de estos espacios privados comunes, cuya degradación rutinaria aumentaba la mala imagen que ya de por sí tienen múltiples rincones de esta barriada, una de las más vulnerables de la capital balear.

A ello ha contribuido la dejadez del anterior gobierno municipal presidido por el ex alcalde socialista José Hila, que no sólo se cruzó de brazos ante esta situación, sino que contribuyó al abandono y deterioro de Corea, cerrando el mercado municipal de abastos y la oficina de la Policía Local de Palma, ante la desesperación de los vecinos.

A ello hay que añadir el incremento de la okupación de pisos sociales propiedad del Instituto Balear de la Vivienda (Ibavi), convertidos en narcopisos, la presencia de mafias dedicadas a la venta de droga y de pandillas de menores que son una amenaza constante para la seguridad ciudadana de un barrio de en torno a 2.000 vecinos, gran parte de ellos, personas mayores residentes toda la vida en la zona, en pisos de apenas 40 metros cuadrados.

Hay que recordar que las viviendas de Corea fueron construidas por iniciativa de la Obra Sindical del Hogar y formaban parte del Plan Sindical de la Vivienda de los años 1954-55.

Precisamente, en las zonas comunes que ahora los vecinos están vallando es donde la empresa municipal Emaya monta operativos de limpieza cada tres meses, cuando la acumulación de residuos llega al extremo de poner en riesgo la salubridad, fomentando la presencia de ratas, cucarachas y toda clase de insectos.

Se retiraron cuatro toneladas de desechos voluminosos

En la última actuación de limpieza realizada el pasado mes de agosto, se retiraron cuatro toneladas de desechos voluminosos, otra más de aparatos eléctricos y 500 kilos de residuos sólidos. De hecho, el operativo tuvo que ser reforzado con seis operarios y varios vehículos especiales, como un camión grúa para los escombros y otro para residuos voluminosos.

La limpieza extraordinaria, centrada en los espacios privados de uso público que hay entre los edificios, se realiza cada dos o tres meses, según las necesidades, y responde a una petición de la asociación de vecinos.

El presidente de Emaya y concejal de Medio Ambiente, Llorenç Bauzá, apeló por ello, una vez concluido el operativo, «a la responsabilidad de los vecinos para mantener el barrio limpio porque su ayuda es indispensable para hacer de Palma una ciudad mejor». Las comunidades de vecinos han respondido tomando la iniciativa y vallando los patios interiores, si bien aún quedan bloques de edificios que aún no lo han hecho.

Pero más allá de esta loable actuación vecinal, dar una solución urbanística al barrio de Corea es una asignatura pendiente de los diferentes gobiernos municipales que vienen sucediéndose en el Ayuntamiento de Palma, desde hace más de 20 años.

La promesa de una reurbanización completa de las dos hectáreas que ocupa el barrio fue ya planeada en la legislatura 2003-2007, siendo alcaldesa la actual consellera de Asuntos Sociales del Govern del PP, Catalina Cirer, pero no se materializó después.

El actual equipo de gobierno, con el alcalde del PP Jaime Martínez al frente en el pacto programático suscrito con Vox, también tiene entre sus compromisos llevar a cabo «una regeneración de los barrios más degradados» de la capital balear, entre los que se cita, además de Corea, Verge de Lluc, Son Gotleu o La Soledad.