La ruptura de Vox con el PP en el Parlament no afecta a los pactos en Palma ni en el Consell de Mallorca

La ruptura entre PP y Vox en el Parlament balear no afectará a los pactos y acuerdos de gobierno de Palma ni de Mallorca, al menos en este momento, garantizando fuentes del partido de Santiago Abascal, la aprobación de los presupuestos de 2025 en el Consell y Ayuntamiento de la capital balear.

Mientras el PP a nivel autonómico se prepara para gobernar sin Presupuestos y prorrogar los de este ejercicio, en la capital balear donde los populares necesitan el respaldo de Vox para sacarlos adelante al igual que en la institución insular, los consensos políticos y programáticos entre las dos formaciones se mantienen.

En el Ayuntamiento de Palma y en el Consell de Mallorca, los Presupuestos de 2025 han sido ya aprobados inicialmente con el voto a favor de PP y Vox, y este mes de diciembre, se espera que sean refrendados definitivamente.

Llama especial atención lo sucedido en el gobierno insular, donde Vox  gobierna en coalición con el PP y ha dado el visto bueno a que en las cuentas del próximo año al igual que ha sucedido en este ejercicio, se mantengan las subvenciones a entidades independentistas para el fomento del catalán como la Obra Cultura Balear (OCB) o Joves per la Llengua.

De hecho en el apartado referente a la promoción del catalán, en concreto lo que se conoce oficialmente como normalización lingüística, el Consell de Mallorca presidido por el popular, Llorenç Galmés, destinará un total 1.015.108 euros el próximo año.

También en el Ayuntamiento de Palma, donde Vox mantiene su respaldo  desde la oposición al alcalde en minoría del PP, Jaime Martínez, los de Santiago Abascal, no han tensado la cuerda después de que esta semana, sin ir más lejos, la Junta de Gobierno declarase Entidad de Utilidad Pública Municipal (UPM) a la citada OCB. Un reconocimiento oficial que le permitirá además recibir subvenciones con cargo a los Presupuestos del Ayuntamiento de Palma y disfrutar de la cesión de uso de los espacios municipales.

Pero mientras esto sucede a nivel insular y municipal, a nivel autonómico el escenario y planteamiento de Vox es bien distinto en relación al tema lingüístico. De hecho es la exigencia al PP de que el catalán deje de ser lengua vehicular en la enseñanza y un requisito para acceder a un empleo en la Administración, lo que ha dinamitado el acuerdo presupuestario y la relación entre ambos partidos.

Y con ello nada menos que la posibilidad de que el Govern de Marga Prohens pueda aprobar los Presupuestos para 2025, algo que en Baleares sólo ha sucedido una vez en 40 años de autonomía, en concreto, en 2010 con el presidente socialista, Francesc Antich, al frente del gobierno regional.

Con una mayoría parlamentaria reducida de 25 de 59 diputados, el PP necesitaba la abstención al menos de los diputados de Abascal para sacar adelante las cuentas del próximo ejercicio, cosa que si no hay un giro de 180º,  no sucederá.

Desde el Ejecutivo del PP su portavoz Toni Costa no ha cesado de repetir esta semana que  «no aceptará chantajes» de Vox, y que el Govern de Prohens no aceptará la exigencia de Vox de eliminar el catalán como lengua vehicular ya que este tema provocaría «volver a la confrontación lingüística en las aulas».

Y para Vox es una condición «inamovible» que el español vuelva a ser lengua vehicular en la educación para apoyar las cuentas de 2025, como reiteró este jueves su portavoz, Manuela Cañadas.

La diputada de Abascal en la Cámara balear lamentaba a este respecto que el PP no mantenga lo que venía defendiendo estos años en materia lingüística, debate que no está sobre la mesa del Govern, y que ni tan siquiera quiere abrir el conseller de Educación, Antoni Vera.