La OCB avisa a Prohens de que la sostenibilidad turística pasa por imponer el catalán
Exigen tener voz en la Mesa para el pacto sobre el modelo económico para "garantizar la continuidad de nuestra lengua"
Afirman que no tendría sentido pensar en el futuro ambiental de las Islas si no se sigue imponiendo el catalán
En pleno debate político en Baleares sobre los límites al turismo y el modelo económico futuro de las Islas, los separatistas de la Obra Cultural Balear (OCB) no pierden ocasión para arrimar el ascua a su sardina y en un manifiesto han avisado a la presidenta del Govern del PP, Marga Prohens, de que la sostenibilidad turística y ambiental en la comunidad pasa también por imponer el catalán.
Tras constituirse hace una semana la denominada Mesa para el Pacto Político y Social para la Sostenibilidad Económica, Social y Ambiental de las Islas Baleares, que debe impulsar medidas para un turismo sostenible y de calidad y de la que forman parte representantes del mundo empresarial, económico, académico, cultura y político, los independentistas de la OCB primero clamaron contra su exclusión y ahora han iniciado una campaña de recogida de firmas para defender lo que califican como «sostenibilidad lingüística y cultural».
Un eufemismo con el que exigen al Govern de Prohens que mantenga la imposición del catalán en todos los ámbitos y terrenos y la exclusión del español.
En este manifiesto la OCB reclama al Govern incorporar a la Mesa para la Sostenibilidad Económica, Social y Ambiental «representaciones calificadas de los sectores culturales y lingüísticos y, sobre todo, que también incluya entre los objetivos de sostenibilidad, la sostenibilidad lingüística y cultural y asegure las actuaciones necesarias para garantizar la plenitud y la continuidad futura de la lengua y la cultura propias de nuestras Islas, en estos momentos en declive y en un estado evidente de progresiva minoría».
Mientras mantienen su guerra particular contra el Ejecutivo de Prohens, que, por otro lado, no ha cumplido en su primer año de legislatura su compromiso de poder elegir la lengua en la que los alumnos pueden estudiar en Baleares, la OCB quiere también imponer el catalán en el debate ambiental, social y económico de la industria turística.
A juicio de la entidad encabezada por el profesor de Derecho de la Universidad balear, Antoni Llabrés, «la demanda de participación de los sectores culturales y lingüísticos no es ninguna pretensión extraña».
De hecho, según Llabrés, «lo extraño e injustificable es que no estén presentes, tanto por la estrecha relación que existe entre la sostenibilidad, la cohesión social intercultural y la normalización lingüística, así como por las implicaciones mutuas entre la actividad turística y la realidad cultural».
Para esta entidad mallorquina, hermanada con la catalana Òmnium que respaldó a los golpistas de la Generalitat en octubre de 2017, excluirlos a ellos y otras entidades de similar perfil, «puede tener efectos especialmente graves, por la situación crítica en la que se encuentran la lengua y la cultura propias».
Y culpa de que el catalán cada vez pierda más peso a pie de calle en Baleares, en especial, entre una población joven a la que se le impide poder elegir la lengua en la que quiere estudiar, al «modelo insostenible de crecimiento de nuestra economía, del todo subordinada al turismo de masas, con el impacto creciente que ha tenido en las últimas décadas sobre todas las formas de vida de nuestra sociedad, con el gran aumento de población muy heterogénea que se ha producido últimamente».
Por ello, considera la OCB que «no tendría sentido pensar en una sostenibilidad económica, social y ambiental que consumara un proceso de subordinación, arrinconamiento y erosión de la lengua y la cultura propias de estas Islas», que para esta entidad pasa por mantener la imposición de una de las dos lenguas oficiales de Baleares.
Finalmente, precisan que hablar de la sostenibilidad lingüística y cultural en las Islas Baleares «estamos hablando de la justa y necesaria conservación y uso en plenitud de la lengua catalana y de la cultura que se expresa en todos los ámbitos de la vida social y en todos los registros comunicativos, en coherencia con su condición de lengua histórica, propia y oficial».