La voz de los empresarios de los polígonos de Son Castelló y Can Valero

Metalúrgicas Torrens, una empresa centenaria que equipa las cocinas de los hoteles de medio mundo

El libro 'Empresarios con Valor II', de ASIMA, recoge 26 experiencias personales de empresarios mallorquines

Los hermanos José y Javier Torrens capitanean esta compañía que empezó fabricando ollas de latón y ha dado el salto internacional

torrens
Los hermanos Javier y José Torrens, dueños de Metalúrgicas Torrens. ASIMA

Metalúrgicas Torrens es una de las pocas empresas familiares de Baleares que atesora la categoría de centenaria sin perder su esencia y su apuesta por la internacionalización.

La compañía, que actualmente capitanean los hermanos José y Javier Torrens y que equipa las cocinas de los hoteles mallorquines en medio mundo, cumplió 100 años en 2021 y su extensa trayectoria queda plasmada en el libro Empresarios con Valor II. Este segundo volumen recoge 26 experiencias personales de empresarios de los polígonos de Son Castelló y Can Valero.

El abuelo de José y Javier, José Torrens, empezó en 1921 a fabricar ollas de latón en un «tallercito pequeño en la calle Víctor Pradera de Palma, en la zona del Polígono de Levante», explica su nieto José Torrens en el libro. «Luego mi padre (Guillermo Torrens) hizo lo típico: compró el taller de al lado y el solarcito de detrás», apostilla.

Pero llegó la Guerra Civil y el taller familiar fue expropiado para fabricar armamento militar puesto que contaba con fundición de metal para latón y cobre. Pasado un tiempo, Guillermo compró en el polígono «cuando estaba prácticamente vacío» y fue el responsable de que el acero inoxidable llegara a las cocinas profesionales de Mallorca. «No se conocía para nada. Hace más de 40 años que lo introdujimos, justo cuando empezaba el boom turístico y se estaban construyendo multitud de hoteles. Era un material nuevo, que apenas se había visto, y que él lo expandió en cocinas y en muebles de acero para hoteles», cuenta su hijo.

Y es que ese boom hizo aflorar toda una industria auxiliar que debía atender a ese nuevo sector turístico y ahí entran los equipamientos de cocinas. «La empresa familiar deja el latón y comienza la fabricación a pequeña escala de mobiliario de acero inoxidable», relata Torrens en el libro.

Guillermo Torrens fue el responsable de equipar las cocinas de los establecimientos del Arenal, Illetes, Palmanova y Magaluf cuando eran solo un proyecto de destino turístico. «El taller ya contaba con muchos empleados y trajeron la primera máquina de cortar plancha de acero, que era muy cara. Y sigue siéndolo. En aquel entonces muchos herreros de otros talleres venían a cortar planchas. Era la primera máquina cortadora de Mallorca», recuerda su hijo.

Su padre estuvo trabajando hasta los 65 y se negaba a jubilarse. Finalmente, Guillermo murió con 77 años.

«Empecé siendo peón y no el hijo del jefe»

José Torrens entró a trabajar en Metalúrgicas Torrens a los 21 años. Había terminado COU pero no le interesaba ninguna carrera porque le gustaba mucho el taller. Y empezó desde abajo, siendo peón y no el hijo del jefe: «Fue lo mejor que hice porque en una empresa como ésta hay que conocer el oficio», asegura.

Su hermano Javier también entró en el taller para conocer el oficio de montador. En aquel momento, explica «había 25 personas en el taller. Hoy somos 95 solo aquí porque tenemos delegaciones”.

Metalúrgicas Torrens tiene fábricas en Cancún (México) y República
Dominicana, a las que hay que sumar la delegación de Jamaica donde llevan a cabo postventa y venta de recambios. La empresa ha seguido el camino marcado por las grandes compañías hoteleras mallorquinas, que primero expandieron su modelo vacacional por el Caribe y luego al resto del mundo.

torrens
El empresario José Torrens. ASIMA

«Nuestro cliente estrella es una compañía hotelera importante. La obra más lejana fue en Maldivas. Fue muy complicado porque son dos pequeñas islas en medio del mar. Sin poder salir, las 24 horas del día en una isla que de punta a punta te la haces en un cuarto de hora. Y estuvimos varios
meses. Había chinos, japoneses, hindúes… Los únicos españoles éramos nosotros y unos carpinteros de Manacor», señala Torrens.

Además, también son los responsables de las cocinas del majestuoso hotel RIU Plaza España de Madrid, en pleno corazón de la capital. Todo un desafío para esta empresa familiar al tratarse de un edificio protegido.

«Muchas horas de trabajo, sacrificio y riesgo»

Los hermanos José y Javier Torrens tienen claro el secreto del éxito de su expansión internacional: «Muchas horas de trabajo, sacrificio y riesgo. Cuando nos fuimos a Dominicana, lo hicimos con toda la caballería. Compramos solares, compramos naves y entramos de lleno. Nuestra actividad requiere espacio y entramos fuerte. Había riesgo si nos iba mal. Y al final fue todo un acierto ir hasta allí».

En México se dieron cuenta de que no podían traer y llevar equipos de profesionales desde Mallorca, así que crearon allí una delegación. En ese país y en República Dominicana participaron en una decena de grandes proyectos de hoteleros mallorquines, pero también han trabajado con hoteleras americanas, dominicanas y mexicanas. «Lo difícil es empezar allí», sostiene Torrens.

Estos proveedores mallorquines han conquistado América de la mano de las hoteleras y ahora sus ojos están puestos en nuevos destinos. «Tener delegaciones en América te quita el sueño. Estás 24 horas conectado. Cada noche antes de dormir miro el teléfono, que es algo que no debería hacer…», reflexiona en el libro. Porque es consciente de que “la empresa te da muchas alegrías, pero también te quita el sueño».

torrens
José Torrens en el taller de la compañía. ASIMA

«Mi padre estaría orgulloso, pero mi abuelo más»

Con dos hijos de 18 y 21 años, a los que se suman los dos de su hermano Javier, de 18 y 20, la cuarta generación está asegurada: estudian ingeniería y ADE. Javier y José Torrens son inseparables, el secreto está en tener un carácter complementario. «No me puedo imaginar trabajar sin mi hermano», dice Torrens, que además siempre está en el taller.

La crisis derivada de la pandemia de coronavirus ha supuesto un gran desafío para esta empresa familiar. «Es un duro golpe. Para nosotros no ha sido un frenazo en seco porque ya teníamos obras en Cabo Verde, México y Jamaica. Teníamos pulmón, pero a final de 2020 se paró todo. Gracias a Dios, nuestros clientes hoteleros no han parado las obras en el extranjero», asegura.

Finalmente, José Torrens reflexiona sobre el gran salto internacional que ha experimentado la compañía: «Mi padre estaría orgulloso, pero mi abuelo más», apostilla el representante de la tercera generación de Metalúrgicas Torrens.

 

 

Lo último en OkBaleares

Últimas noticias