Lunas rotas, luces fundidas y cero papeles: la Policía ‘caza’ a un conductor temerario de 17 años en Palma
El adolescente convirtió las calles de la capital balear en un auténtico circuito de carreras

Lo que podría haber sido una tranquila tarde en las calles de la capital balear se convirtió en un auténtico espectáculo digno de Hollywood, pero sin efectos especiales: un joven de tan solo 17 años decidió probar sus habilidades al volante sin haber sacado nunca el carné de conducir. Lunas rotas, luces fundidas y cero papeles: la Policía caza al joven conductor temerario.
El episodio ocurrió sobre las 19 horas del pasado 18 de noviembre en la calle Barranquilla, cuando agentes del Equipo Comunitario de Proximidad (ECOP) de Palma se toparon con un turismo que más parecía un coche abandonado de película de terror que un vehículo en circulación: la luna delantera fracturada, luces fundidas y, como guinda del pastel, un seguro obligatorio inexistente y la ITV caducada.
Según testigos, el joven no parecía preocupado por la situación. Cuando la Policía Local de Palma le solicitó sus datos, el adolescente optó por la estrategia más arriesgada de todas: dar información falsa. No tardaron en descubrir que detrás de la audacia se escondía un conductor menor de edad que había tomado prestado el vehículo.
El coche fue retirado al depósito municipal y los progenitores del intrépido joven fueron localizados para recibir la noticia de que su hijo había protagonizado lo que podría considerarse la versión real de Rápidos y Furiosos: edición escolar.
La Policía Local ha remitido el atestado a la Fiscalía de Menores, que ahora tendrá que decidir si este joven talento de la conducción merece más clases de educación vial o un papel en la próxima película de acción adolescente.
«Siempre decimos que los adolescentes viven al límite, pero esto supera todo lo imaginable. La próxima vez, esperamos que al menos lo haga con casco, paracaídas y un seguro en regla», declaró un vecino que prefirió mantenerse en el anonimato, mientras revisaba que sus propias ventanas no fueran el próximo obstáculo.