Un instituto de Mallorca pregunta a sus alumnos por su ideología política y su género

El instituto Can Peu Blanc, de la localidad mallorquina de Sa Pobla, ha preguntado por escrito a sus alumnos en la recta final del recién finalizado curso escolar por su ideología política y su género. Este centro sostenido con fondos públicos realizó esta encuesta telemática que los alumnos tenían que contestar desde su correo de estudiante a los alumnos de 4º de ESO y 1º y 2º de Bachillerato.

Eran dos preguntas muy concretas. La primera de ellas buscaba conocer el género del alumno. Se daban cinco opciones a los encuestados: hombre, mujer, mujer transexual, hombre transexual y, por último, no binario.

La segunda pregunta era en relación a la ideología política de los jóvenes. En este caso, se ofrecían otras cinco posibilidades al respecto: la primera de ellas, extrema izquierda, izquierda, centro, derecha y, por último, extrema derecha.

Una vez contestadas estas preguntas en horario lectivo, se tenían que remitir por correo a la dirección electrónica del instituto, que aunque les aseguró por escrito a los participantes que los resultados serían anónimos, lógicamente la dirección del correo del remitente daba fe de la identidad del encuestado y dejaba constancia de sus respuestas.

Este sondeo demoscópico fue justificado previamente en un correo que los alumnos recibieron con una pregunta en concreto: «¿Hay relación entre el género y la ideología política?». Tras la interrogante, el instituto público de Sa Pobla indicaba que «en el Financial Times se publicó un estudio que relaciona el género con la ideología política».

Un estudio en el que se apuntaba que las mujeres de la generación más joven se desplazan (ideológicamente) mucho más a la izquierda, mientras que los hombres de la misma generación se desplazan mucho a la derecha.

En vistas a estas conclusiones del rotativo británico, el centro apuntaba en su correo que «nos gustaría estudiar la realidad de nuestro instituto» y por ello iba a realizarse esta encuesta en la que «se pide el correo para evitar duplicidades pero las respuestas serán anónimas».

Tanto el comunicado como la encuesta estaban íntegramente sólo en catalán, dado que en este centro de enseñanza, como sigue sucediendo en la práctica totalidad de los colegios públicos de Baleares, el 100% de las clases se imparten en esta lengua.

Unos proyectos educativos que en el caso de este instituto, además de incluir contenidos como esta polémica encuesta, pasan por una defensa a ultranza de la erradicación del español en la enseñanza.

De hecho, este pasado otoño la dirección del instituto y gran parte del profesorado hizo públicas sus críticas a las medidas a favor del bilingüismo del actual Govern de Marga Prohens y se fotografiaron vestidos de negro a las puertas del centro, acompañados de una bandera cuatribarrada y unas letras donde se leía La lengua no se toca.

La comunidad docente aseguraba en un comunicado posterior estar «en desacuerdo con las decisiones tomadas por parte del Gobierno en materia lingüística, que segregan al alumnado, hacen retroceder el modelo lingüístico vigente hasta ahora, atacan la Ley de Normalización Lingüística y rompen el consenso educativo».

Curiosamente, esta polémica encuesta tuvo como escenario un instituto cuyos docentes se posicionaron contra la dirección de Vox en Baleares la pasada legislatura.

Fue en enero de 2020 cuando la denominada asamblea del Instituto Can Peu Blanc expresó su rechazo a la visita de diputados de este partido al centro que querían comprobar si se hacía adoctrinamiento político e ideológico en las aulas. En un comunicado, la citada asamblea de docentes acusaba a Vox de «generar crispación y enfrentamiento entre la comunidad educativa e intentar invalidar contenidos de nuestros diferentes proyectos educativos».

«Es inaudita, indignante e inconcebible la presencia de la extrema derecha y del fascismo en las aulas, así como la fiscalización que se quiere ejercer» para «poner en duda nuestra profesionalidad y dedicación».

Finalmente, Vox descartó visitar el instituto, ya que el entonces conseller socialista de Educación del Govern, Martí March, sólo lo permitía, en horario de tarde y fuera del horario lectivo, con lo que no tenía sentido alguno la visita al mismo.