El Festival Chopin de Valldemossa estrena nuevos escenarios
El estado del claustro de la Cartuja de Valldemossa ahora mismo no es el idóneo para la realización del Festival
Se han buscado escenarios alternativos como el Castillo de Bellver, la Celda nº 2 de la Cartuja y el Teatro Principal

Ya tocaba hablar un poquito del Festival Chopin de Valldemosa, cuyo inicio se anuncia para el 26 de julio en Bellver. Sí, he dicho bien: Bellver. Parece ser que el estado del claustro de la Cartuja de Valldemossa ahora mismo no es el idóneo para la realización del Festival, de manera que este 2025 se han buscado escenarios alternativos bien envueltos en un aterciopelado eslogan: Edición especial en escenarios únicos. Y lo son: el Castillo de Bellver, la Celda nº 2 de la Cartuja de Valldemossa y el Teatro Principal de Palma.
Durante muchas décadas la Celda nº 2 ha jugado el papel de icono por todo lo alto, hasta que estalló la batalla judicial para esclarecer cuál fue la celda que en realidad ocuparon Frédéric Chopin y George Sand, aquel invierno a caballo entre 1838 y 1839, el celebrado invierno en Mallorca. Después de un minucioso peritaje, finalmente se le dio la razón a los propietarios de la Celda nº 4, donde en la actualidad se celebra el Festival Pianino.
Sea como fuere, la Celda nº 2 siempre estará vinculada al Festival Chopin de Valldemossa, primero en el mundo de sus características, puesto que es el lugar de nacimiento o más bien la sede escogida cuando en 1930 se crea el Comité pro-Chopin a iniciativa del músico Joan Maria Thomàs, apoyado por la familia Boutroux-Ferrà, propietaria de la Celda nº 2. Atendiendo a los nombres propios que figuraban tanto en el comité organizador como en el comité de honor, en las primeras ediciones, de 1931 a 1936, el Festival contaría con el apoyo entusiasta de Manuel de Falla, Joaquín Turina, Oscar Esplà, Baltasar Samper, Ernesto Halffter, Frederic Mompou, Jaume Mas Porcel, Igor Stravinsky, Maurice Ravel, y así sucesivamente.
Del imán que ejercía la Cartuja de Valldemossa da buena cuenta la visita de la clavecinista polaca Wanda Landowska, invitada el año 1911 a ofrecer dos recitales de clavecín y piano en el Teatro Principal de Palma. Pidió acudir a la Cartuja, para visitar la Celda nº 2 –hay testimonio gráfico-, acompañada precisamente por personalidades claves de la época. Faltaban todavía dos décadas para el nacimiento del Festival Chopin de Valldemossa.
El providencial descubrimiento de manuscritos de Landowska en Varsovia animó al Festival Pianino a ofrecer la repetición del programa de 1911 con parlamentos de la musicóloga Inés Artola (descubrió los manuscritos) y el recital del clavecinista Diego Ares, fiel continuador de las técnicas al clave de Wanda Landowska. Ocurrió en junio del año pasado.
La Guerra Civil española fue el motivo del cese de actividades, acabando con el sueño de una generación de músicos de élite. Tengo entendido que en los años 60 del siglo pasado hubo un intento de recuperar el Festival si bien a ciencia cierta no será hasta 1983 que se den las circunstancias para reflotar el proyecto, por supuesto liderado por la descendencia de la familia Boutroux-Ferrà y, como no, con la Celda nº 2 como referente. El comité organizador volvió a reunir a influyentes personalidades como el entrañable pianista, ya fallecido, Joan Moll.
Me permito poner en duda que la sociedad mallorquina, su élite económica, supiera el gran valor que entrañaba tener esos maravillosos festivales de la Serra de Tramuntana: 64 años en Pollença, 47 años en Deià o esos 41 años que ahora cumple Valldemossa refundada. Sin olvidar las Serenates d’Estiu de Joventuts Musicals de Palma y motor de la apertura a la música del Castillo de Bellver los años 60 del siglo XX.
Los recitales de piano tenían lugar en el Claustro y de su carácter único da cuenta el hecho de que incluso se vendieran entradas para el jardín, desde donde sólo se podía escuchar la música. Desde el año 1983 no ha cesado de acudir a su cita el Festival Chopin de Valldemossa, exceptuando el parón que produjo la pandemia del Covid 19 que tantas cosas se llevó por delante.
Total, que aquí les dejo la programación del 41 Festival Chopin: primera cita 26 de julio en Bellver con el israelita nacido en Moscú Boris Giltburg; segunda cita 9 de agosto en la Celda nº 2 de la búlgara Dina Nedeltcheva; tercera cita 23 de agosto también en la Celda nº 2 con el polaco Mateusz Dubiel y la clausura 17 de septiembre en el Teatro Principal de Palma con la lituana Muza Rubackyte. Debido a su limitación de aforo los recitales en la Celda nº 2 tendrán repetición: 9 y 10 el primero, 23 y 24 el segundo.
Hasta aquí el Cuaderno y ahora a descansar hasta el mes de septiembre, exceptuando las críticas del 64 Festival de Pollença.