La ESPN suelta la bomba y tacha a Sarver de «racista y misógino»

«Es una conducta que Sarver ha mantenido desde que compró los Suns en 2004», afirman las fuentes consultadas por la ESPN. Las acusaciones son muy graves: racismo y machismo. Pueden suponer la inhabilitación del banquero de Arizona como propietario del equipo de baloncesto NBA de Phoenix, además de una fuerte sanción económica y, por supuesto, un estigma de por vida. Sarver y su equipo de abonados lo niegan todo y anuncian acciones legales.

El reportaje, firmado por Baxter Holmes,  arranca con un episodio en el que Sarver llamó «nigger» -«negrata»- en repetidas ocasiones al jugador de los Golden State Warriors Draymond Green en presencia de los entrenadores de los Suns, tras un partido que les había enfrentado contra la franquicia de San Francisco.

Holmes lo cita «como una anécdota», pero afirma que refleja «el comportamiento habitual de Sarver», descrito a través de una serie de entrevistas realizadas a los trabajadores de los Suns, que califican de «ambiente tóxico» su etapa en el club, además de insistir en que el banquero «utilizaba lenguaje racista de forma repetida en la oficina».

«Una vez nos pasó a todos una foto de su esposa en bikini y nos contó la forma en la que practicaba sexo oral con ella. Algunos empleados sentíamos que éramos de su propiedad, incluso una vez él le preguntó a una chica si era de su posesión para determinar si estaba trabajando o no para los Suns», agregaron los entrevistados, aunque en ningún momento el reportaje aporta nombre alguno. Se limita a hablar de «fuentes».

Sarver, que tuvo la oportunidad de leer el reportaje junto a sus abogados antes de que fuera publicado, y que incluye su réplica en diferentes apartados del mismo, niega las acusaciones y, en cuanto al incidente con Draymond Green, afirma que «nunca utilicé esa palabra, jamás salió de mis labios».

«Llegué a pensar en el suicidio. Él arruinó mi vida», dijo a ESPN una ex-empleada de Sarver cuyo nombrer tampoco se cita, mientras otros testimonios afirman que el banquero se jactaba en público de que necesitaba usar condones extra-grandes. «Sólo estaba interesado en conocer nuestra destreza sexual», afirman otros testimonios.

Según esas mismas fuentes, ninguno de los afectados por los abusos de Sarver presentó denuncia alguna «porque fueron muy bien pagados, y en el contrato final se incluyeron cláusulas de confidencialidad muy estrictas».

El reportaje, que también explica de manera detallada la forma en la que Sarver se inmiscuía en el trabajo de los entrenadores «tomando atribuciones que no eran suyas», es por otro lado muy explícito cuando el portavoz de la NBA Mike Bass afirma que «no tenemos constancia de ninguna denuncia por el comportamiento del señor Sarver, ni a través de los conductos habituales ni tampoco a través de los canales que tenemos habilitados para acusaciones confidenciales».

De momento se desconoce el rumbo que pueden tomar ahora los acontecimientos, así como si va a afectar de algún modo al Mallorca, club del que Sarver detenta la mayoría accionarial desde enero de 2016.