La empresa informática municipal de Palma provoca un desaguisado en unas oposiciones al Ayuntamiento
El examen de informática de auxiliares administrativos estaba en un programa diferente al aprobado en la convocatoria
Los ordenadores estaban programados en inglés y no en español por lo que las respuestas daban error
El PP exige responsabilidades políticas en la empresa municipal por lo sucedido
20 días de caos informático en el Ayuntamiento de Palma y los técnicos, de libranza y sin arreglarlo
El caos en el que vive inmersa toda la legislatura la empresa informática municipal del Ayuntamiento de Palma, el denominado Instituto Municipal de innovación (IMI), se ha trasladado hoy a unas oposiciones de auxiliares administrativos municipales a las que se han presentado más de 700 aspirantes.
La prueba de informática cuya confección corría a cargo de este ente público municipal ha sido todo un despropósito, empezando por el sistema informático para contestar a las preguntas formuladas (Office 365) que no se correspondía con el que estaba previsto en la convocatoria, pasando por la configuración errónea del idioma utilizado en el examen (inglés en vez de español) y sin que coincidieran las respuestas formuladas con las preguntas realizadas.
Todo ello para estupor de unos opositores que llevan meses preparando la prueba de informática, y que todo apunta que impugnarán el examen, por lo que se quedara en el aire la nueva fecha para su realización, en caso de que el tribunal admita la impugnación.
En redes sociales las quejas han sido múltiples y desde las filas del principal partido de la oposición (PP) el concejal David Díez ya ha exigido responsabilidades políticas por este desaguisado al presidente del IMI, el concejal socialista de Hacienda, Adrián García.
Además Díez ha denunciado que esta misma semana, medio Consistorio ha estado cuatro días sin teléfono fijo por los problemas del gobierno municipal presidido por el alcalde, José Hila, con el concesionario del servicio.
Desde el pasado lunes se han registrado fallos intermitentes en los certificados de residencia y en el registro municipal, lo que afecta a la tramitación y ralentización de todos los expedientes, muchos de ellos, en el departamento de Urbanismo. Muchos funcionarios están resignados con el pésimo servicio informático de un Consistorio que el año pasado cerró sus cuentas con un superávit récord de 48 millones de euros.