Cortes de luz, ascensores averiados y pésima refrigeración en un hospital de Mallorca para paliativos

Cortes de luz, ascensores averiados y pésima refrigeración en un hospital de Mallorca para enfermos en cuidados paliativos, en concreto, el centro público Joan March, cuyo estado de abandono y deficiente mantenimiento es toda una demostración de la herencia envenenada que deja tras ocho años en el cargo la ex consellera socialista de Salud, Patricia Gómez, al nuevo Govern del PP liderado por Marga Prohens.

Si el pasado martes Gómez entregaba a su sucesora al frente de la Conselleria de Salud y Consumo, Manuela García Romero, la cartera símbolo del cargo, que incluía un manual sobre la memoria de la gestión que ha llevado a cabo desde 2015, el apartado referente al Hospital Joan March ocupará las páginas más grises de ese memorándum.

Y con el agravante añadido de que la situación no es nueva, ni la degradación se ha alcanzado de un día para otro: es fruto de la dejadez en la que se halla un centro público hospitalario por la pasividad de una Conselleria de Salud, que ni tan siquiera lo ha dotado de un servicio de mantenimiento propio.

Además de los cortes de luz constantes que pacientes, familiares y profesionales están padeciendo este tórrido verano dentro de un hospital con un más que deficiente sistema de climatización y refrigeración, hay ascensores averiados cada dos por tres y falsos techos caídos.

El centro hospitalario, inaugurado en 1945, está especializado en enfermedades respiratorias y su degradación transmite una pésima imagen exterior porque este panorama ha sido frecuente a lo largo de estas últimas dos legislaturas con la socialista Gómez, que sin embargo ha defendido su gestión en el Joan March, pese a las evidencias gráficas que dicen lo contrario.

Una de las últimas ocasiones en que lo hizo fue un mes antes de disolverse el Parlament para la convocatoria de las pasadas elecciones autonómicas del 28 de mayo. Gómez fue interpelada en una sesión de control al anterior Govern por la hoy portavoz del Grupo Parlamentario Vox, Idoia Ribas. Era en relación de una información publicada por OKDIARIO en la que se denunciaba el pésimo estado de estas instalaciones.

La noticia estaba ilustrada con imágenes de techos agrietados y destrozados, paredes desconchadas con humedades, decenas de bolsas de basura amontonadas, multitud de excrementos de pájaros sin recoger en ventanas y terrazas, y enfermos que estuvieron en pleno invierno tres días sin poderse asear por no disponer de agua caliente en plena ola de frío.

La consellera Gómez, en su respuesta, no entró tan siquiera a valorar los hechos, ni las imágenes. Se limitó a asegurar que el Govern había invertido tres millones de euros en el Hospital Joan March, reconociendo que es un edificio antiguo donde hay averías, «pero también un servicio de mantenimiento que las arregla, probablemente debe pasar un tiempo pero la voluntad es arreglarlas», dijo, asegurando que «en la atención a los pacientes, siempre son cartas de agradecimiento de los familiares».