Gritos de «¡puta España!», banderas de la URSS y diputados del PSOE en la protesta contra Le Senne
Se han escuchado gritos como "Le Senne puto nazi", "Sin el PP no sería presidente" y "Prohens y Le Senne son lo mismo"
Ha acudido a la protesta el ex presidente del Govern, Francesc Antich, y se han sumado diputados socialistas y de Més
Ambiente tenso el que se ha vivido este jueves a las puertas del Parlament de Baleares. Al grito de «¡puto nazi!», «¡fascista cabrón!» y «¡puta España!», alrededor de 450 personas se han manifestado para exigir la dimisión del presidente de la Cámara balear, Gabriel Le Senne (Vox), que el pasado martes arrancó fotos de víctimas del franquismo que exhibía una diputada del PSOE durante del debate de la derogación de la ley de Memoria Democrática.
A la protesta en la calle se han sumado los diputados del PSOE y Més, a excepción de los portavoces, tras abandonar el pleno que se estaba celebrando en el Parlament y dejar plantada a la presidenta balear, Marga Prohens.
Muchos de los asistentes a la protesta portaban fotografías y libros de Aurora Picornell, militante comunista que fue represaliada por la dictadura franquista. Tampoco han faltado las banderas republicanas e incluso comunistas, que han estado acompañadas de una gran pancarta que encabezaba la protesta con el lema Sin memoria no hay democracia.
Entre los asistentes se encontraban el ex presidente del Govern balear, el socialista Francesc Antich, así como el presidente de la separatista Obra Cultural Balear (OCB), Antoni Llabrés, la ex presidenta del Consell de Mallorca Catalina Cladera (PSOE), el senador socialista Cosme Bonet, el podemita Jesús Jurado y reconocidos sindicalistas.
Convocados por la asociación Memòria de Mallorca, durante la mañana de este jueves, los manifestantes han proferido algunos gritos ofensivos contra Le Senne como «¡puto nazi!» o «¡fascista cabrón!» y otras proclamas dirigidas al PP y a Marga Prohens, a pesar de las disculpas del Ejecutivo, como «¡sin el PP no sería presidente!» y «¡Prohens y Le Senne son lo mismo!». También se han soltado vivas a la República y lemas de apoyo a Aurora Picornell.
De hecho, algunas personas se han presentado en la calle Palau Reial con camisetas con el rostro de Aurora Picornell, entre ellas la vicepresidenta segunda de la Mesa del Parlament, Mercedes Garrido, y la secretaria segunda, Pilar Costa, las diputadas socialistas que exhibieron fotografías de represaliados por el franquismo y que fueron llamada al orden hasta tres veces y finalmente expulsadas del pleno.
Tensión con diputados de Vox Baleares
La crispación ha llegado a su punto más alto cuando algunos diputados de Vox Baleares como Sergio Rodríguez han salido del Parlament balear para fumar un cigarro, momento en el que los asistentes a la protesta han aprovechado para insultarle, lanzarle improperios y silbarle.
En unas declaraciones a los medios, Miquel Vidal, representante de las fundaciones Darder Mascaró y portavoz de la Plataforma por la Memoria Democrática, ha asegurado, en referencia a Le Senne, que «la única solución es su dimisión o su destitución por una mayoría parlamentaria que debería implicar al PP, que también es responsable de estos sucesos».
Además, ha indicado que «las imágenes son muy claras, él sabe perfectamente que son imágenes de víctimas, las coge y las arranca sin ningún pudor. A quien debería pedir disculpas es a Aurora Picornell, a su memoria y sus familiares y a todas las víctimas de la dictadura y, como no lo ha hecho, sólo le queda la dimisión».
Cabe recordar que el Parlament emitió este miércoles un comunicado en el que niega que el presidente, Gabriel Le Senne (Vox), tuviera intención de romper la fotografía de Aurora Picornell, y en el que justifican la expulsión de la vicepresidenta y secretaria segunda del Parlament, Mercedes Garrido y Pilar Costa (PSOE), de la sala de plenos por su «actitud provocadora».
En el comunicado, la institución enumera las distintas razones que llevaron a esta reacción, explicando que, «al negarse Garrido a retirar el cartel y abandonar la sala, el presidente cerró él mismo el ordenador de Garrido a fin de terminar con la flagrante infracción».