Autoridad Portuaria condena a la ruina a los negocios del Paseo Marítimo por unas obras donde nadie trabaja
La falta de operarios trabajando está provocando que las obras de remodelación avancen lentamente
Empresarios y restauradores denuncian que la zona se ha convertido en un desierto
Restaurantes de un Paseo Marítimo de Palma ‘patas arriba’ exigen al Govern que no les cobre las terrazas
Los empresarios del Paseo Marítimo de Palma están desesperados y sumidos en la ruina absoluta por la pérdida masiva de clientes que están sufriendo a consecuencia de unas obras que empezaron hace ya ocho meses y en las que apenas hay operarios trabajando en el día a día.
Bares, restaurantes, cafeterías y demás establecimientos denuncian que la zona se ha convertido en un desierto. Son casi cuatro kilómetros de un paseo sin vida, sin gente y con la mayoría de negocios que han tenido que bajar la persiana. En concreto, la situación actual con las obras ha provocado que la clientela del bar Aperitime haya descendido un 60% respecto al año pasado.
El propietario del establecimiento asegura que el año pasado tenían clientes todo el tiempo. «Trabajábamos sin parar mañana, tarde y noche. Este año, al contrario que el verano anterior apenas ha habido temporada de verano», lamenta. Además, señala que la Autoridad Portuaria no les ha perdonado el precio del alquiler de las terrazas. El empresario explica que les han reducido la tarifa, aunque «no sale rentable usarla». «Ya no es sólo el polvo que te comes, es que nadie pasa por aquí y los que pasan no les apetece sentarse», explica.
Por otro lado, los empresarios de los establecimientos lamentan la lentitud con la que avanzan las obras. Una trabajadora de la empresa Attractioncatamarans afirma que «no hay obreros la mayoría de los días. Las obras no avanzan, van con cuentagotas». Asimismo, cuenta que a pesar de los perjuicios que están causando las obras, «nadie del Ayuntamiento o del Govern ha venido a darnos explicaciones».
Lo mismo explica el presidente de Restauración CAEB Mallorca, Alfonso Robledo, que asegura que las obras se están complicando demasiado, «no vemos la luz al final del túnel, no se ve gente trabajando». Por su parte, Robledo piensa que la solución al caos actual es que «el Govern balear dé ayudas a los establecimientos que lo están pasando mal».
La situación se ha complicado para algunos restaurantes como Sa Cranca, que no pueden montar su terraza porque las obras se han comido todo el espacio. El propietario de Aperitime señala que la normativa en relación a las terrazas es abusiva. «A las 00.00 tenemos que retirar las mesas de fuera. Esto nos perjudica mucho. El interior del local es pequeñito, si no podemos explotar el uso de nuestra terraza apaga y vámonos», denuncia.
Como consecuencia del proyecto de semipeatonalización del Paseo Marítimo se eliminará casi un millar de plazas de aparcamiento y la restricción a dos carriles de ida y vuelta, por lo que añade incertidumbre a los locales de restauración de la zona en un futuro cercano.
Ante este panorama, Robledo valora positivamente la intención del alcalde popular de Palma, Jaime Martínez, de montar parkings subterráneos en el nuevo Paseo Marítimo. «No es una zona de paso, está lejos del centro. Nos parece bien que se monten aparcamientos», indica el presidente de Restauración CAEB Mallorca.
El presupuesto total de las obras del nuevo paseo es de 40 millones de euros y se prevé que finalicen en noviembre del año 2024, si bien visto el ritmo actual de los trabajos y la escasez de trabajadores, se antoja una previsión poco realista.