Armengol sugiere ilegalizar a Vox «para salvar la democracia» pero pacta con los secesionistas
La ponencia del 14 congreso considera las elecciones de 2023 como una amenaza para las instituciones
Según el PSOE balear, la ultraderecha socava el sistema y hay en juego dos modelos, uno excluyente
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Los socialistas de Baleares ponen en su diana la ilegalización de Vox en la ponencia del 14 Congreso que la formación celebrará este fin de semana en la localidad mallorquina de Inca y retoman el discurso del frente populismo.
Aunque sin citar expresamente al partido liderado en Baleares por Jorge Campos, el PSOE balear asegura que “el modelo de gobernanza en las Islas Baleares ya está en juego”.
Para el partido que en Baleares gobierna con los separatistas de Més per Mallorca, formación que ha defendido siempre el golpe contra la Constitución de los secesionistas catalanes, “la democracia es frágil y los valores democráticos están en peligro”.
Por ello, dejan claro que laselecciones de 2023 “suponen una amenaza clara para nuestras instituciones, puesto que partidos no democráticos han sido legitimados por una parte de la sociedad y tienen la capacidad de conformar gobierno”, se recoge en el documento que será votado por la militancia el próximo sábado.
En este sentido, ponen el acento, en “la defensa de los derechos y nuestros valores”, como “una acción diaria que se gana mediante políticas socialdemócratas. No es una amenaza, es una realidad. Los valores universales no son permanentes, y las fuerzas progresistas debemos trabajar para seguir avanzando con políticas para la mayoría”.
En la misma línea, advierten que “frente a esto, existe un riesgo nuevo” como es, según el documento, “que la extrema derecha, que tiene una larga lista de enemigos, pueda condicionar un gobierno conservador y dejar sin efecto años de progresos en materia económica, social, territorial y económica”. Para los socialistas no es un debate banal, «son políticas para el futuro que tendrán que elegir los ciudadanos, para el 2023 entre dos modelos, donde uno, excluye al otro».
Y es que para los socialistas, en Baleares, la derecha y ultraderecha están presentes en el Parlament, consells insulares y ayuntamientos «como consecuencia de la desafección política, el malestar social y el miedo hacia un futuro incierto que ha hecho que muchas capas de la sociedad se sientan invisibles, cultural, política, social, económica y territorialmente».
Sobre este particular, apunta el documento, que la guerra cultural ejercida por la ultraderecha «también socava nuestras instituciones». «De forma continuada es cuestionado el sistema que nos hemos dado. Estamos viendo cómo se ponen entredicho los agentes sociales que representan a la ciudadanía y los diversos sectores económicos». Para los socialistas de Baleares «la ultraderecha busca deslegitimar el marco institucional, las mesas de consenso y diálogo y colectivos sociales, tercer sector, el mundo feminista, las cuestiones de género, la educación en valores no tradicionales», etcétera.
Según el PSOE de Francina Armengol, la receta para salir de esta situación es, mantener los principios de justicia social y de la intervención del Estado, para garantizar el mantenimiento de toda una serie de servicios públicos que aseguren una educación, una sanidad, unos servicios sociales fuertes. Todo ello basado en unos servicios públicos, reforzados y potentes, que hagan de almohada amortiguador, entre el capitalismo globalizador y más liberal, y las necesidades básicas de las personas.
Y junto a ello una perspectiva fiscal redistributiva, que genere y permita calidad en la vida de la ciudadanía, con una clara voluntad de quien más tiene más contribuya. En este sentido proponen que los grandes ganadores de la globalización, «formen parte de esta redistribución por un mundo socialmente más justo y que ayude a la creación de valor desde lo público».