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El alcalde Hila castiga a Playa de Palma: cinco años con el plan de reforma de su mayor plaza en un cajón

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Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El alcalde socialista de la capital balear, José Hila, castiga a Playa de Palma, la mayor zona turística de Baleares con un centenar de hoteles y 30.000 plazas. Desde hace nada menos que cinco años tiene el plan de reforma de la plaza más emblemática del barrio del Arenal, la plaza dels Nins, guardado en un cajón pese a las promesas realizadas a lo largo de estas dos legislaturas.

Se trata de un proyecto aprobado por la Junta de Gobierno, ya diseñado y con el dinero de las obras -550.000 euros- reservado desde 2019, cuya ejecución tendría que correr a cargo del área de Modelo de Ciudad que dirige la edil independentista de Més, Neus Truyol, y que duerme el sueño de los justos pese a las múltiples promesas del gobierno municipal y las notables deficiencias y carencias de todo tipo que presenta este espacio libre.

Años de promesas y nada más, que arrancaron la pasada legislatura, en concreto en 2017, con un proceso participativo, que un año después culminó con el encargo a la UTE Amor Llorente, formada por Pablo Amor y Cristina Llorente, del proyecto de reordenación de la plaza por un importe de 22.421,18 euros.

El entonces concejal de Modelo de Ciudad, Urbanismo y Vivienda Digna, y hoy alcalde, José Hila, destacó el hecho de que el proyecto, que después se encargó de dejar en la estacada por tiempo indefinido, «se puso en marcha por un proceso participativo que nos mostró que la gente quería no una plaza separada por una calle, como hay ahora. Recuperaremos este espacio en un barrio que lo necesita», dijo entonces.

El hoy alto cargo independentista de Més en el Consistorio palmesano y coordinador general del área de Cultura, y entonces asesor del Distrito Playa de Palma, Miguel Ángel Contreras, afirmaba que las demandas que le trasladaron los vecinos pasaban por conseguir «un espacio más pacífico, seguro para los niños, verde, sostenible y autosuficiente».

Palabras y promesas, que como en tantas otras cuestiones desde que gobierna hace siete años la coalición de socialistas, independentistas de Més y Podemos, no calaron más allá del papel y del proyecto arquitectónico de Llorente y Amor. En 2019 incluso fue aprobada la reserva presupuestaria de más de medio millón de euros para su ejecución y ahí quedó la cosa.

La remodelación de este espacio fue vendida a bombo y platillo por el gobierno de Hila e incluía, entre otros detalles, la reordenación de los perímetros de la plaza, la liberación de la zona central, integrando la zona infantil con juegos adaptados para niños con movilidad reducida, prometiendo incluso bancos, un quiosco o un pequeño escenario para lograr lo que calificaron como «una plaza autosuficiente y autónoma, además de accesible».

Cinco años después allí sigue la plaza, más abandonada y degradada que nunca, el proyecto guardado en un cajón y, eso sí, el alcalde socialista Hila en la plaza de Cort, en su despacho.

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