El PSOE exige a Sánchez una respuesta inmediata tras la hecatombe en Andalucía
Los ánimos en el PSOE serán difíciles de remontar. Hacía días que tanto en Ferraz como en San Vicente eran conscientes de que las encuestas eran difícilmente revertibles. Y ninguna de las dos cosas que esperaban se ha cumplido: no han superado los 30 escaños y Juanma Moreno podrá gobernar en solitario al haber obtenido una mayoría absoluta cuando Moncloa quería que tuviera que gobernar con Vox.
Pedro Sánchez ha convocado a su Ejecutiva Federal socialista en Ferraz pasada la medianoche, de este domingo, para primera hora de este lunes. Pero ni en su propio equipo cierran filas con él. Juan Espadas “fue apuesta personal suya” y eso pocos lo pasan por alto. Y sobre todo, “el susanismo no olvida”. Nadie se atreve a aventurar lo que puede ocurrir. “Le salva la derrota de Podemos y de Yolanda”, apuntan. Nada más. A partir de ahí todo es imprevisible. Los barones y dirigentes le van a exigir una respuesta inmediata a lo ocurrido.
Aunque en los últimos días fiaban a la abstención y a los indecisos una remontada, o como mínimo que la debacle no fuese tan importante, lo cierto es que lo ocurrido este domingo no ha agradado en las filas socialistas. Espadas e incluso Sánchez están en entredicho. El primero por las presiones de los susanistas y el segundo por la de los barones. Y porque el jefe del Ejecutivo pretendía marcar unas distancias con Unidas Podemos que no ha logrado.
El resultado es todo un aldabonazo para los socialistas y muchos de ellos lo saben. De hecho, fuentes cercanas a uno de los barones socialistas destacan que esto es «un aviso a navegantes para las generales».
Esta noche electoral se recordará como una de las más tristes del PSOE andaluz, que ha visto cómo el PP conseguía su primer triunfo absoluto en una comunidad suya. Ese socialismo que ve atemorizado cómo Andalucía ha dado un correctivo al sanchismo. El que se cargó al susanismo, el que quitó a Espadas de una alcaldía más o menos segura, la de Sevilla, y el que pude ser devorado por la deriva inflacionista.