Un informe alerta de la pretensión de Marruecos de anexionarse a Ceuta y Melilla sin forzar la guerra
Un informe advierte de la "amenaza militar" de Marruecos al Estrecho: prepara 20.000 millones en armamento
Expertos en Inteligencia revelan el plan militar de Marruecos: Ceuta y Melilla, objetivos a largo plazo
El 20% de los españoles cree que Ceuta y Melilla serán ciudades marroquíes de aquí a 20 años
Un nuevo informe del Instituto de Seguridad y Cultura publicado bajo el título Las pretensiones de Marruecos sobre Ceuta y Melilla desde la perspectiva de la zona gris -puede leerlo aquí- alerta de la creciente presión marroquí en ambas ciudades y la posibilidad de que el país vecino esté «desplegando una estrategia híbrida» con el fin de hacerse «con la soberanía de Ceuta y Melilla sin forzar una guerra abierta».
El estudio recoge «la preocupación» por los últimos acontecimientos, que han alterado el tablero geoestratégico entre ambos países. Las políticas de Rabat han provocado el germen de una «zona gris», esto es, el espacio intermedio existente entre «una auténtica guerra» y «una paz basada en la buena fe y la confianza». Pero «la paz no es sinónimo de armonía» y la zona gris pretende alcanzar fines similares a los de una guerra, pero sin guerra», afirman.
Según la investigación -publicada por el Observatorio de Ceuta y Melilla-, con los pasos dados en los últimos año, Rabat «procura influir» sobre España utilizando diferentes «herramientas de presión y moneda de cambio». La «hipótesis razonable» que lanza el documento señala que la estrategia marroquí buscaría la anexión de Ceuta y Melilla, satisfaciendo así sus «ansias revisionistas».
Y lo haría ejecutando una maniobra híbrida que combina «medios civiles y militares, armados y no armados, legales e ilegales, así como políticos y económicos». Un juego «impulsado» por la Unión Soviética y copiado por otras autocracias como China, Irán o Venezuela, en el «que hay mucho que ganar y poco que perder».
Todo ello desde la «paciencia estratégica» y en base a la ambigüedad y la gradualidad de sus acciones. «Marruecos insiste en su soberanía sobre ambas ciudades españolas, así como sobre los demás territorios adyacentes, incluyendo islas, peñones y sus aguas territoriales. Lo viene haciendo desde tiempo atrás. Sin prisas, asumiendo que factores como el demográfico pueden jugar cada vez más a su favor», recalca el informe.
La invasión de Ceuta y otros desplantes
Además, la citada zona gris puede poner en el epicentro del conflicto a la población y terminar jugando con la vida de sus propios civiles, tal y como ocurrió con el «empleo de un aluvión de menores en la crisis migratoria de Ceuta» del pasado mes de mayo, un «hostigamiento» en respuesta a la acogida en un hospital de Logroño del secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali.
La investigación alude también a la Marcha Verde de 1975 y a la crisis del islote Perejil en 2002 como ejemplos de la zona gris en la que se mueve el país vecino desde tiempo atrás, si bien el listado de políticas destinadas a influir en las ciudades españolas del norte de África acumula más ejemplos. Algunos de los recogidos por el estudio son los siguientes:
- En 2007, el Gobierno marroquí llamó a consultas a su embajador en Madrid como expresión de «rechazo» a la visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla.
- En 2010, se detectaron pasaportes marroquíes de personas nacidas en Ceuta o Melilla que atribuían a Marruecos la posesión de ambas ciudades.
- A lo largo de la década de 2010 se ha incrementado sustancialmente el número de inmigrantes que entran de forma ilegal en Ceuta y Melilla por vía terrestre y marítima.
- En 2018 las autoridades marroquíes cerraron unilateralmente la frontera comercial entre Melilla y Marruecos con «severas consecuencias» para la economía local.
- En febrero de 2020 las autoridades aduaneras alauítas vetaron sin notificación previa la entrada de pescado fresco en Ceuta.
Cabe añadir que actualmente, y desde el 14 de marzo de 2020, Marruecos mantiene cerradas las fronteras de Ceuta y Melilla, decisión unilateral adoptada por el país vecino para frenar la expansión del Covid-19. Además, la embajadora marroquí en Madrid, Karima Benyaich, permanece en Rabat desde mayo pasado y las conexiones marítimas siguen también suspendidas.
Ceuta y Melilla, objetivos
La investigación señala que «Marruecos reclama abiertamente la posesión de ambas ciudades, convirtiéndose así en el único Estado que desafía la integridad del territorio español. Esta postura también repercute en la delimitación de los espacios marítimos en la zona del Estrecho de Gibraltar, pues Marruecos no reconoce las aguas territoriales de Ceuta ni, más al este, las de Melilla y los peñones de soberanía española».
Cabe recordar que en diciembre de 2020, y «tras el reconocimiento por parte de la Administración Trump de la soberanía marroquí del Sáhara Occidental, el exprimer ministro Saadeddine El Othmani afirmó que Ceuta y Melilla son también marroquíes y que una vez resuelto el conflicto del Sáhara Occidental se tendrá que abordar el de ambas ciudades».
«Resulta lógico pensar que, si Marruecos decide vehicular sus reivindicaciones territoriales sobre las ciudades de Ceuta y Melilla bajo la forma de un conflicto en la zona gris, también adopte una metodología que complementa y potencia otras intervenciones agresivas como las que ya ha llevado a cabo en la esfera de la presión económica, migratoria y diplomática», concluyen.
20.000 millones en rearmarse
Un informe reciente -puede leerlo aquí- advertía ya del ambicioso programa armamentístico que Marruecos está llevando a cabo en los últimos años y que incluye la adquisición de material militar por valor de más de 20.000 millones de dólares, unos costes «llamativamente elevados» en relación con el PIB del país.
Esta dinámica «arroja poco optimismo» y «reduce la brecha militar entre Marruecos y España», sin olvidar que «las carreras de armamentos son una variable fundamental en la estabilidad estratégica mundial y pueden servir para predecir conflictos armados».
Concretamente, en 2020 el gasto en defensa se situó en 4.800 millones de dólares, un 29% mayor que en 2019 y un 54% más alto que el de 2011, por lo que «cabe preguntarse hasta qué punto podrá mantener esta espiral ascendente, incluso asumiendo que parte de este ciclo modernizador pueda estar cofinanciado por Arabia Saudí y recibir asistencia militar estadounidense».
Entre las adquisiciones de país vecino para el plan 2017-22 destacan «los carros de combate M1A1 Abrams, los helicópteros de combate AH-64 Apache, los cazas F-16 Block 70/72 y una amplia panoplia de armamento anticarro y aire-superficie». Además, a lo largo del presente año, Marruecos ha cerrado la compra de drones turcos Bayraktar TB-2, ha firmado acuerdos con Israel de «cooperación en materia de ciberseguridad» y se especula que el país podría estar interesado en adquirir dos nuevas fragatas multipropósito FREMM a Italia para sumarse a la Mohammed VI ya en servicio en la Armada marroquí.
Un significativo rearme orientado en un principio «al equilibrio de fuerzas con Argelia» para ostentar la supremacía militar en la región y a «un recrudecimiento del conflicto del Sáhara», pero que también podría «cerrar el círculo de una hipotética zona gris en Ceuta y Melilla», advierten.
El estudio ha sido elaborado por Josep Baqués, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Barcelona; Javier Jordán, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Granada; Manuel R. Torres, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla; y Guillem Colom, profesor de Ciencia Política en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Éste es el cuarto informe producido por el Observatorio de Ceuta y Melilla, que desde su fundación de la mano del Instituto de Seguridad y Cultura se ocupa específicamente de los territorios españoles del norte de África, incluyendo las Islas Chafarinas y los Peñones de Vélez de la Gomera y de Alhucemas.