La expareja de Juana Rivas quiere que evite la cárcel aunque discrepa del indulto del Gobierno

Francesco Arcuri, expareja de Juana Rivas.
Francesco Arcuri, expareja de Juana Rivas.

Francesco Arcuri, expareja de Juana Rivas y padre de sus hijos, no se opone a la suspensión de la pena de prisión a esta madre de Maracena (Granada), tal y como ha trasladado la defensa del italiano en España al Juzgado de lo Penal 1 de Granada.

Cabe recordar que el Gobierno de Sánchez concedió el indulto parcial a Rivas el pasado 16 de noviembre en Consejo de Ministros, una medida de gracia que implicaba también la restitución de la patria potestad sobre sus dos hijos, extremo éste sobre el que sí discrepa su defensa y por el que han recurrido el indulto ante el Tribunal Supremo.

Juana Rivas fue condenada a cinco años y dos meses de prisión por un delito de sustracción de menores tras desaparecer con los pequeños durante el verano de 2017 y rehusar entregárselos a su progenitor. Una pena que posteriormente el Tribunal Supremo rebajó a la mitad -dos años y seis meses- y que el indulto parcial del Ejecutivo ha dejado en un año y tres meses.

Los argumentos de la defensa

En el escrito presentado ante el juzgado, al que ha tenido acceso Europa Press, el letrado de Arcuri en España, Enrique Zambrano, se pronuncia así sobre la solicitud que los abogados de Juana Rivas han hecho al juez para que suspenda la ejecución de los diez meses de prisión que le restan de condena tras el indulto, pues ya ha cumplido cinco en el CIS Matilde Cantos de Granada, donde continúa por el momento con un régimen que le permite disponer de dos días de permiso para salidas laborales durante la semana.

La defensa de Francesco Arcuri entiende concretamente que se puede conceder la suspensión de la pena de prisión, pero sometida a condiciones, principalmente la vinculada a «un plan de parentalidad positiva que no sea impartido por el Centro de la Mujer de Maracena».

En su escrito lamenta que Rivas «insiste en arrogarse una posición de víctima, cuando las verdaderas víctimas, pero de ella, son sus propios hijos y el señor Arcuri» y se remite a este respecto a «las sucesivas resoluciones de todas las actuaciones de las que proviene la ejecutoria que pretende suspender» y «a las que en Italia se han tramitado y se están tramitando».

«Si tan segura estaba de su inocencia, no entendemos cómo no ha llevado hasta las últimas instancias judiciales, Constitucional y Tribunal Europeo de Derechos Humanos su asunto, y sin embargo, ha tenido que recurrir al indulto parcial que le concede por motivos exclusivamente adscritos a la política, que rompiendo los esquemas jurídicos de cualquier persona letrada, la rehabilita en el derecho a decidir sobre sus víctimas (hijos)», agrega el escrito.

Junto a ello, la defensa de Arcuri solicita al juzgado aclaración sobre la rehabilitación de la patria potestad en la medida en que el indulto conmuta la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad por la pena de 180 días de trabajos en beneficio de la comunidad, a condición de que no cometa el mismo delito por el que fue condenada en el plazo de cuatro años desde la publicación del real decreto.

Rivas: «Ya he pagado bastante el error»

Por su parte, Juana Rivas ha asegurado este jueves que ya ha «pagado bastante» por la «parte de error» que pudo cometer en el pasado y ha recordado que buscó «una salida» para que sus hijos no siguieran «sufriendo».

La madre de Maracena se ha pronunciado así en una entrevista en La Sexta, recogida por Europa Press, 15 días después de que el Gobierno le concediera el indulto parcial. Rivas ha señalado que, lo que hizo, «en el siglo XXI todavía es un error», aunque se ha mostrado segura de que sus nietos «se van a poner las manos en la cabeza» por su condena. «Acepto que en 2021 es un delito lo que he hecho, pero sólo he estado protegiendo a mis hijos», ha aseverado, al tiempo que ha reiterado que por encima «del nivel legal», su «mayor derecho y protección» es el de defender a sus descendientes.

Rivas ha explicado que, pese a que no hay una condena que demuestre que sus hijos sean víctimas de su padre, ha puesto en manos de las instituciones y de la Guardia Civil «fotografías y relatos» de sus hijos. «Los recibía el fin de semana y se me caía el mundo encima. Los acompañaba a ducharse y los veía llenos de golpes. Sentía que nadie nos estaba escuchando», ha denunciado.

Así, ha lamentado que el proceso judicial en Italia sea por lo civil y no «hayan querido entrar en lo penal». «Mi abogada penal nunca ha sido escuchada. Ha aportado escritos intentando abrir una investigación sobre el maltrato y nunca se ha querido entrar. El fiscal no ha escuchado; se está tratando un tema de custodia en una situación normal», ha subrayado.

Juana Rivas ha defendido durante este tiempo que se fue en 2016 con sus dos hijos de Italia -donde tenían fijada su residencia habitual- sin el consentimiento paterno para huir de los malos tratos de los que acusa a su expareja y padre de los menores, quien en 2009 fue condenado por un delito de lesiones en el ámbito doméstico.

Ya en verano de 2017 , Rivas pasó un mes con los niños en paradero desconocido incumpliendo las resoluciones judiciales que le obligaban a entregarlos al padre, lo que motivó el proceso judicial que supuso su condena por sustracción de menores.

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