Cuatro años del cambio

De la corrupción al éxito: los cuatro años que han cambiado Andalucía

Andalucía empleo
De izquierda a derecha, José Antonio Griñán, Manuel Chaves y Susana Díaz, del PSOE, y Juanma Moreno, Elías Bendodo y Antonio Sanz, del PP.
Borja Jiménez

Este viernes, 2 de diciembre, se cumplían cuatro años de las históricas elecciones andaluzas de 2018 que pusieron fin a los 37 años de corrupción socialista. El PSOE de Susana Díaz dejaba San Telmo tras casi cuatro décadas en las que el socialismo manejó su cortijo andaluz sin responsabilidad alguna. Con dos de los tres últimos presidentes socialistas de Andalucía condenados, Juanma Moreno ha logrado lavar la cara a una comunidad que hoy lidera indicadores económicos tan importantes como la creación de empleo, la recaudación de impuestos, el crecimiento económico, la inversión extranjera o las exportaciones. Entretanto, el PSOE hace frente en los tribunales a más de 130 casos de corrupción que, lamentablemente, aún hoy siguen pagando los andaluces.

El PSOE de Andalucía (PSOE-A) ganó las elecciones del 2 de diciembre de 2018, pero sólo con 33 escaños, 14 menos de los que obtuvo en los comicios de 2015, sin posibilidad de sumar con Adelante Andalucía -que obtuvo 17 parlamentarios- para alcanzar la mayoría absoluta (55 diputados). De este modo, la mayoría absoluta se conformaba con un acuerdo de coalición de gobierno entre el PP andaluz (PP-A) y Ciudadanos (Cs), con 26 y 21 escaños, respectivamente, y el apoyo parlamentario de Vox, que entró por primera vez en la Cámara autonómica con 12 parlamentarios, algo que no auguró ninguna encuesta electoral.

Sea como fuere, Juanma Moreno cogió las riendas de una Andalucía desnortada y hoy, cuatro años más tarde, los andaluces lideran indicadores económicos que nunca antes habían ni siquiera pensado que podrían liderar. Y es que sacar las manos de los bolsillos de los ciudadanos ha sido el santo y seña del Ejecutivo de Moreno: por un lado, en el sentido corrupto; por otro, en el fiscal.

Y es que las bajadas de impuestos con las que el PP ha lavado la cara de la comunidad ha propiciado una mayor recaudación (cifras históricas) que los andaluces han sabido valorar hasta el punto de que el pasado 19 de junio otorgaron a los de Moreno Bonilla una mayoría absoluta histórica.

Más recaudación, menos impuestos… y un mejor entorno de confianza que propicia, también, que Andalucía lidere cifras de creación de trabajadores autónomos y empresas y, como consecuencia, del empleo. En sólo cuatro años, Andalucía ha pasado de estar a la cola de España a ser el motor de un país gobernado por un Pedro Sánchez que no perdona a los andaluces el castigo. Un rencor, que se refleja en multitud de hechos con los que el Ejecutivo socialcomunista penaliza a Andalucía. Sin ir más lejos, y por poner un único ejemplo y no pasarnos el artículo hablando de ello, Andalucía es la comunidad en la que el Gobierno de Sánchez tiene una menor ejecución presupuestaria. A eso, por supuesto, hay que sumar la infrafinanciación que sufre, y que desde el Ejecutivo no parecen dispuestos a corregir.

Cuatro años de la debacle socialista

El Partido Socialista, con Susana Díaz como candidata a la reelección como presidenta de la Junta, logró aquel 2D de hace cuatro años su peor resultado en elecciones autonómicas y se dejó 14 escaños y siete puntos de apoyo respecto a marzo de 2015, cuando logró el 35,4% de los votos.

Así, contra todo pronóstico y sin que ninguna encuesta anticipase este batacazo, los socialistas se hundieron bajando de 47 a 33 escaños pese a la ser la fuerza más votada en siete de las ocho provincias, todas menos Almería, y se dejaban en el camino más de 400.000 votos con respecto a los anteriores comicios.

El PP-A de Juanma Moreno mantuvo el segundo puesto pese a perder siete de los 33 escaños que logró en las pasadas autonómicas, igualando el peor resultado del partido desde 1990, cuando obtuvo 26 parlamentarios con un apoyo del 22,2%, pero se abrió por primera vez la posibilidad de alcanzar el Gobierno andaluz si sumaba el apoyo de Ciudadanos y Vox, como finalmente ocurrió, el primero entrando en el Gobierno y el segundo con el apoyo parlamentario en virtud de un acuerdo de investidura.

Los ‘populares’, que sólo consiguieron ser la fuerza más votada en Almería y perdían más de 300.000 votos respecto a marzo de 2015, veían mucho más cerca la posibilidad de llegar al Palacio de San Telmo pese a quedarse muy lejos de los 50 escaños que obtuvo Javier Arenas en 2012, única vez hasta el momento en que el PP consiguió ganar al PSOE-A en las urnas en Andalucía.

Al margen de la sorpresiva irrupción de Vox, que se estrenaba con 12 parlamentarios, Ciudadanos fue la fuerza que experimentó el mayor crecimiento en relación a marzo de 2015, ya que duplicó el nivel de apoyo hasta alcanzar el 18,2% de los votos y 21 escaños frente a los nueve obtenidos tres años y medio antes. Duplicando el apoyo en las urnas de marzo de 2015 y logrando cerca de 660.000 votos, se convirtió en un factor clave para un posible cambio de gobierno tras 37 años de gobierno ininterrumpido del PSOE en Andalucía de la mano de PP y Vox.

Ciudadanos fue precisamente socio de investidura del PSOE-A de Susana Díaz hasta unos tres meses antes de la celebración de las elecciones. En los comicios de marzo de 2015, el PSOE-A obtuvo 47 escaños y Cs 9, lo que permitía sumar mayoría absoluta (55 parlamentarios). Cs optó por un acuerdo de investidura con el PSOE-A sin llegar a entrar en el Ejecutivo andaluz.

Adiós a Susana Díaz

Tras su salida de la presidencia del Gobierno andaluz, la entonces secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, decidió seguir al frente de la federación socialista andaluza para liderar la oposición en el Parlamento autonómico al nuevo Gobierno de Juanma Moreno.

Sin embargo, coincidiendo con la celebración anticipada de elecciones en la Comunidad de Madrid el 4 de mayo de 2021, que se saldaron con una amplia victoria de la presidenta de la región, Isabel Díaz Ayuso (PP), el PSOE adelantó su proceso de primarias en Andalucía para elegir a su cabeza de cartel para las siguientes elecciones autonómicas, previstas para finales de 2022 si se agotaba la legislatura.

Así, el 6 de mayo de 2021, y después de que trascendiera que la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE iba a activar el proceso de dichas primarias, fue la propia Susana Díaz quien solicitó a la Comisión Ejecutiva Regional de su partido que, a su vez, pidiera a la dirección federal que adelantase y activase dichas primarias, que finalmente se celebraron el 13 de junio de 2021, a las que concurrió ella misma y en las que se impuso el por entonces alcalde de Sevilla, Juan Espadas, con un 55% de apoyos.

Apenas un mes y medio después, Juan Espadas fue proclamado también como nuevo secretario general del PSOE-A en sustitución de Susana Díaz tras otro proceso de primarias que se abrió de manera exprés y al que fue el único precandidato en concurrir, por lo que no fue necesario que la militancia volviese a votar. La transición en el liderazgo del PSOE-A se completó con el Congreso Regional que el partido celebró en noviembre de 2021 en Torremolinos (Málaga).

Y ahora… mayoría absoluta

Tras una XI legislatura marcada por la pandemia del Covid-19, Juanma Moreno decidió adelantar las elecciones andaluzas al 19 de junio de 2022, sin llegar a romper ni siquiera el pacto de gobierno con Cs, mientras que las relaciones con Vox sí quedaron deterioradas tras la decisión de este partido de impedir, junto a PSOE-A y Adelante Andalucía, la aprobación de los Presupuestos de la comunidad para 2022, lo que obligó a prorrogar los de 2021.

Esas elecciones arrojaron un resultado histórico para el PP-A: 58 escaños, lo que suponía contar con la mayoría absoluta en el Parlamento. Fueron también los comicios de la desaparición de Cs de la Cámara autonómica, ya que de 21 escaños en la anterior legislatura, se quedó en cero.

El Parlamento andaluz de la actual duodécima legislatura celebró su sesión constitutiva el pasado 14 de julio bajo la presidencia de Jesús Aguirre y con cinco grupos representados en el mismo, al igual que en la legislatura anterior, aunque en esta ocasión con el PP-A como primera fuerza con más de la mitad de los escaños (58), seguida por el PSOE-A, con 30 diputados; Vox, con 14 representantes; Por Andalucía -grupo que representa a la confluencia de IU, Más País y Podemos, entre otras fuerzas de la izquierda radical-, con cinco, y el Grupo Mixto-Adelante Andalucía -los de Teresa Rodríguez-, con dos parlamentarias.

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