Condenada una mujer a 6 años de prisión por apuñalar a un anciano que rechazó sus servicios sexuales

Inmigrante Mali
Audiencia de Sevilla

Tamara B.R., con antecedentes penales previos por delitos de robo con violencia e intimidación, ha sido condenada a seis años de prisión por apuñalar a un anciano de 85 años con unas tijeras e intentar robarle después de que el hombre rechazara sus servicios sexuales. El suceso tuvo lugar en febrero de 2020 en Sevilla.

«No tenía conciencia. Perdí el norte al tomar alcohol y drogas. Si ustedes lo dicen, será verdad», ha manifestado la acusada al tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla, que ha resuelto el caso mediante un acuerdo de conformidad entre las partes.

La mujer, que ha reconocido los hechos, estaba acusada de presuntos delitos de homicidio en grado de tentativa, robo con violencia también en grado de tentativa y lesiones, si bien la Fiscalía ha retirado finalmente de su acusación el primero de los delitos por no observar verdadera «intención» de matar al anciano, rebajando su petición de condena de 15 a seis años de prisión.

Ataque con una tijera

En su escrito de acusación, recogido por Europa Press, la Fiscalía detalla que los hechos tuvieron lugar sobre las 11:30 horas del 18 de febrero de 2020, cuando el anciano se encontraba junto a la puerta de su vivienda, en la avenida de los Trabajadores Inmigrantes de Sevilla capital, contexto en el cual «se le aproximó la procesada para ofrecerle favores de tipo sexual, a lo que aquel se negó, pidiéndole entonces ella diez euros».

Después de que el anciano declinase también tal petición y se girase para acceder a su hogar, la encartada, «molesta por no haber conseguido sus propósitos, le rodeó el cuello con su brazo por la espalda, al tiempo que con una tijera pequeña de punta roma le lanzaba un violento golpe dirigido al pecho y cuello con pleno conocimiento de la zona vital a la que se dirigía», según el Ministerio Público.

No obstante, y siempre según el relato inicial de los hechos de la Fiscalía, el anciano habría logrado «evitar el fatal impacto» de las tijeras, algo que «podría haber comprometido su vida», si bien después la acusada habría «propinado un violento empujón» al varón provocando que el mismo cayese al suelo.

En busca de su cartera

Según la Fiscalía, la encartada se habría colocado encima del anciano, quien yacía entonces en el suelo, reclamándole la entrega de su cartera mientras «le asestaba repetidos golpes con la tijera en la parte inferior del tronco y los muslos» e «intentaba meter sus manos en los bolsillos del pantalón» del varón víctima de la agresión. La inculpada, según el escrito de acusación, habría huido sin botín alguno al intervenir un vecino en defensa del anciano.

Dado el caso, la Fiscalía achacaba inicialmente a la acusada un presunto delito de homicidio en grado de tentativa, otro delito intentado de robo con violencia con la agravante de reincidencia y un delito de lesiones, reclamando en principio para ella un total de 15 años de cárcel y 12 años de prohibición de acercarse a la víctima o comunicarse con él.

En el juicio, la encartada ha alegado que no recordaba los hechos porque había tomado «un bote entero» de Trankimazin para intentar quitarse la vida, así como una «mezcla de alcohol y drogas» fruto de la cual no recuerda «nada» de lo acontecido. «No tenía conciencia. Perdí el norte al tomar alcohol y drogas», ha manifestado, reconociendo no obstante los hechos que se le atribuyen y pidiendo «disculpas». «Si ustedes lo dicen, será verdad», ha declarado al tribunal respecto a los hechos.

Sin verdadera «intención» de matar

Ante ello, la fiscal del caso ha anunciado una modificación de sus conclusiones, al no apreciar finalmente que la acusada albergase verdadera «intención» de matar al anciano, señalando además el carácter no idóneo del medio usado para la agresión y considerando además que no hubo «riesgo vital» para la víctima.

Por eso, ha retirado de su acusación el delito de homicidio en grado de tentativa, manteniendo los cargos por un delito intentado de robo con violencia con la agravante de reincidencia y un delito de lesiones, que suman seis años de prisión que ha asumido la inculpada, quien ha insistido en que no actuaba dominando sus «cinco sentidos».

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