Cargos del PP y díscolos de Cs sospechan de un pacto de Arrimadas con Ferraz para Andalucía
El socialista imputado Francisco Cuenca, nuevo alcalde de Granada gracias al apoyo de Ciudadanos y Podemos
Arrimadas expulsa a Salvador 8 días después de ratificarlo por entregar Granada a un imputado del PSOE
Crecen las bajas en Ciudadanos por sus pactos con el PSOE tras el indultazo a los golpistas
La ‘vía murciana’ seguida por la dirección de Ciudadanos en el caso del Ayuntamiento de Granada, donde evitó actuar contra su ex alcalde Luis Salvador hasta que entregó este miércoles el bastón de mando al socialista imputado Francisco Cuenca, ha extendido la sospecha de un pacto soterrado entre la dirección de Inés Arrimadas y Ferraz en relación al futuro de Andalucía.
Así lo señalan en privado tanto dirigentes del PP, socio de Cs en la Junta de Andalucía, como cargos díscolos de la formación naranja en esta región. Una sospecha que vienen manteniendo desde hace semanas y que se ha visto acrecentada en las últimas horas con la forma en que Salvador y el otro edil de Cs que había roto con el PP, José Antonio Huerta, han entregado la alcaldía de Granada al procesado Cuenca, que ha contado igualmente con los votos de Podemos.
La presencia del ministro y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, el candidato del PSOE a la Junta de Andalucía, Juan Espadas, y el vicepresidente segundo del Congreso de los Diputados y hombre fuerte de Pedro Sánchez en esta comunidad, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, en el Pleno del Ayuntamiento de Granada que invistió este miércoles a Cuenca ha terminado de levantar suspicacias sobre un posible acuerdo estratégico entre los naranjas y los socialistas, pilotado a nivel autonómico y avalado por las direcciones nacionales de sendos partidos.
El coordinador provincial de Cs, Luis Salvador, expulsado ahora por la formación de Inés Arrimadas, presentó el pasado jueves su renuncia como alcalde de Granada a raíz de la crisis municipal que se abría el pasado 8 de junio con la salida del PP y de dos concejales naranjas del equipo de Gobierno local, donde se quedó desde entonces con el único apoyo de su teniente de alcalde, José Antonio Huertas.
Esta salida se debió a la negativa de Salvador a permitir que los ‘populares’ gobernaran los dos años restantes, como el propio Luis Salvador acordó con el entonces presidente del PP, Sebastián Pérez, en la misma mañana de su investidura, según fuentes conocedoras de aquella negociación. Conforme a ello, se realizó el reparto de competencias en el Ayuntamiento. Sin embargo, llegado al ecuador de la legislatura y en el momento de tener que entregar la alcaldía al PP, cambió de postura y se aferró a lo que inicialmente pactaron las direcciones nacionales de Cs y PP, esto es, que la Alcaldía sería los cuatros años de color naranja.
Uno de esos dos concejales de Cs que rompió con Salvador y que se dio de baja del partido, Manuel Olivares, reaccionó este miércoles así sobre la entrega de la Alcaldía al PSOE: «Ciudadanos ha permitido que el sanchismo llegue a Granada con una compra (veremos el precio) a un traidor», escribió en las redes sociales sobre la gestión de Inés Arrimadas.
«No tiene que afectar»
Por su parte, la presidenta del Parlamento de Andalucía, Marta Bosquet, de Ciudadanos, se pronunció este miércoles sobre la repercusión en el Gobierno andaluz de la crisis abierta en el Ayuntamiento de Granada, que, según dijo, «no tiene que afectar al pacto de gobierno y a la estabilidad».
En una entrevista con el programa Mesa de Análisis de Canal Sur Televisión, Bosquet recordó pronunciamientos anteriores tanto del presidente de la Junta, Juanma Moreno (PP), como del vicepresidente Juan Marín (Cs), sobre «encapsular Andalucía de disputas ajenas», según informó Ep. Además, remarcó que «Andalucía camina por la buena senda pese al lastre del Covid», un hecho que ha sustentado en «la estabilidad del Gobierno, que genera confianza y seguridad».