Los cánticos de la manifestación del 25N en Sevilla: «¡Hay que quemar la Conferencia Episcopal!»
Las Plataformas 8 de marzo decían abogar este viernes por la igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida como única vía para terminar con la violencia de género. Sin embargo, esa supuesta «unión» feminista y ese teórico «pacifismo» del movimiento brilló por su ausencia en Sevilla donde, además de agredir manifestantes de Podemos y del PCE a un reportero de este medio, cantaron proclamas como «tú, machista, estás en nuestra lista» al periodista de OKDIARIO Andalucía que cubría el acto o cánticos violentos como «hay que quemar la Conferencia Episcopal por machista y patriarcal».
Además, llama la atención el hecho de que, como sucedió en Madrid, fueron varias las voces del movimiento feminista que pedían la dimisión de la ministra de Igualdad, Irene Montero, tras su chapuza judicial que ya ha provocado beneficios penitenciarios para al menos 36 agresores sexuales.
Plataforma 8M
La portavoz de la Plataforma 8 de marzo, Charo López Gálvez, explicaba sin embargo que «evidentemente» con una manifestación no se va a terminar con la «violencia patriarcal» porque se trata de un trabajo que hay que hacerlo «en el día a día», aunque añadía que es fundamental que en esta jornada «la sociedad vea en la calle» a las organizaciones de mujeres y a los movimientos feministas «diciendo basta ya de la violencia contra las mujeres». Sin embargo, lo que se vio fueron violentos cánticos contra todo aquello que no case con el pensamiento único de la izquierda.
Pero desde la plataforma dicen que lo que persiguen sobre todo es, presuntamente, «la lucha contra una sociedad que sitúa a las mujeres en situación de desigualdad y, por lo tanto, a los hombres en superioridad» porque «las mujeres asesinadas desgraciadamente son el resultado final de la violencia contra ellas». Su lucha, sin embargo, desde luego no es pacífica. O al menos de buena parte de quienes les apoyan.
Aboga esta plataforma por concienciar a la sociedad desde la educación, «enseñando a los niños y niñas que son iguales y que los hombres no tienen poder sobre las mujeres, nadie es superior a nadie». Así, considera fundamental «luchar contra la desigualdad salarial, contra los matrimonios forzados, contra las violaciones y contra todas las formas de violencia» hacia la mujer.
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