Puigdemont aclara las cosas: el nuevo PDC se pondrá «al servicio del independentismo»
No había pasado ni una hora desde que los militantes de CDC habían hecho el harakiri a su partido de toda la vida, bautizándolo de nuevo como Partit Demòcrata Català (PDC) y el presidente de la Generalitat ha aclarado las cosas: si en el nombre no pone ni nacionalista, ni soberanista ni nada parecido ya ha llegado él para apuntalar el ideario: Carles Puigdemont ha hecho un llamamiento este mismo domingo para poner al recién creado PDC, la Convergència refundada, «a disposición» de su Govern, del Parlament –dominado por la extraña alianza con la izquierda republicana y los antisistema de la CUP– y de la sociedad catalana –ésa que nunca se ha mostrado mayoritariamente secesionista– para llevar a cabo el compromiso «insobornable» de la independencia.
En la clausura del congreso fundacional del Partit Demòcrata Català, Puigdemont ha contrastado la «radicalidad democrática» del catalanismo con la «cultura política» española, donde «se abusa del poder», y los recursos públicos «son puestos al servicio de un combate ilícito contra las ideas de los otros».
El discurso olvidaba conscientemente la herencia de Jordi Pujol, cuya familia al completo está imputada en diversos casos de blanqueo y evasión fiscal; los casos de corrupción de su propio partido, por los que tiene las sedes embargadas por la Justicia; o incluso el famoso 3%, cuando no más, que miembros de CDC y afines cobraban presuntamente a las empresas adjudicatarias de contratos públicos.
En primera fila, como invitados a la clausura del congreso, se encontraban representantes de las distintas formaciones del arco parlamentario catalán, como Lluís Salvadó (ERC), Miquel Iceta (PSC), Josep Vendrell (Catalunya Sí que es Pot), Santi Rodríguez (PPC), además de Antoni Castellà y Titón Laïlla, de Demòcrates de Catalunya, que en las últimas horas han expresado su malestar por la elección del nombre de Partit Demòcrata Català.
También estaban presentes en la clausura la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, el expresidente de la cámara catalana Joan Rigol, diversos consellers del Govern, Andoni Ortuzar (PNV), Jordi Sànchez (ANC) y Jordi Cuixart (Òmnium Cultural).