El preocupante aviso de los veterinarios: la nueva plaga que pone en riesgo a nuestras mascotas
La irritación y la salivación excesiva son los primeros signos de alerta
Confirmado: los perros saben quién es el humano más débil y así se aprovechan
Soy veterinario y éstas son las 5 razas de perros que jamás tendría
La oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) ha adelantado su ciclo biológico en España, apareciendo inusualmente en octubre en lugar de febrero o marzo, lo que ha alarmado a expertos y autoridades. Este cambio se atribuye a las temperaturas inusualmente cálidas y a la sequía prolongada en la Península Ibérica, ambos efectos del cambio climático. Las lluvias de las últimas semanas, después de meses de sequía, han alterado el ciclo de estas orugas, que ahora descienden al suelo en pleno otoño, lo cual aumenta el riesgo para personas y mascotas, especialmente en zonas donde hay muchos pinos.
La procesionaria es especialmente peligrosa para los perros, ya que sus pelos urticantes pueden causarles reacciones alérgicas graves, vómitos e incluso la pérdida de tejido en la lengua si entran en contacto directo con las orugas. En los casos más graves, la falta de tratamiento podría llevar a la muerte de la mascota. También los niños están en riesgo, ya que la exposición a estos pelos puede provocar problemas respiratorios y alergias. Los municipios afectados han comenzado a tomar medidas, aplicando tratamientos preventivos y alertando a la población para evitar posibles encuentros en zonas de pinos.
Alerta por la oruga procesionaria del pino
En los últimos años, la oruga procesionaria del pino ha aumentado su presencia en los bosques de pinos y zonas verdes de nuestro país, volviéndose un problema crítico para la salud de nuestras mascotas, especialmente perros. Esta plaga es conocida por su comportamiento en «procesión», un desplazamiento en fila que la caracteriza, de ahí su nombre. Pero, más allá de su peculiar aspecto, es peligrosa por sus pelos urticantes, que pueden causar serias reacciones alérgicas y, en casos graves, la muerte de las mascotas que entren en contacto con ellas. Este año, el ciclo de la procesionaria se ha adelantado, y los veterinarios advierten sobre la necesidad de extremar las precauciones.
Signos de alerta
La procesionaria del pino representa un peligro significativo para las mascotas debido a sus pelos urticantes, que contienen una toxina llamada thaumatopina. Al entrar en contacto con estos pelos, ya sea olfateando o masticando el suelo donde han estado estas orugas, los perros pueden sufrir reacciones de carácter grave. Esto ocurre porque los pelos urticantes pueden quedar adheridos a sus patas, hocico o lengua, provocando una serie de síntomas que, sin atención veterinaria urgente, se pueden agravar seriamente.
Entre los efectos iniciales se encuentran la irritación y el enrojecimiento en las zonas de contacto, principalmente en la boca y la lengua. En casos de reacción alérgica intensa, el animal puede presentar dificultades para respirar, y la exposición prolongada puede llevar incluso a la pérdida de tejido en la lengua. Además, los síntomas comunes de intoxicación incluyen vómitos, fiebre y apatía. En casos graves, el contacto sin atención veterinaria puede ser letal para la mascota.
Detectar rápidamente los síntomas es clave. Las señales de alerta incluyen la salivación excesiva, la irritación o hinchazón en la boca y lengua, el rascado insistente en la cara o patas, y fiebre o cambios en el comportamiento. Ante cualquiera de estos signos, es importante lavar las zonas afectadas con abundante agua y llevar al animal al veterinario para un tratamiento adecuado, que podría incluir antihistamínicos, antiinflamatorios y, en casos graves, cirugía. Los veterinarios insisten en evitar remedios caseros, ya que estos pueden agravar la reacción y no neutralizan la toxina de forma efectiva.
Para prevenir el contacto con la procesionaria, veterinarios y autoridades locales sugieren varias medidas. La primera es evitar los paseos en zonas de pinos durante los meses de actividad de la oruga, que ahora, debido al cambio climático, pueden extenderse desde octubre hasta abril. Además, se recomienda supervisar de cerca las zonas de juego, como parques y jardines, y revisar las patas y el hocico del animal al finalizar el paseo, lavando cualquier área sospechosa de contacto. En caso de detectar pelos urticantes, es importante mantener la calma y actuar rápidamente para mitigar los efectos de la toxina.
Cómo actuar
Si se sospecha que una mascota ha estado en contacto con la procesionaria, actuar con rapidez es crucial. Se recomienda evitar que el animal lama o toque la zona afectada y lavar cuidadosamente la zona con agua fría o templada, ya que el agua caliente puede liberar más toxinas. También es fundamental evitar remedios caseros y llevar a la mascota al veterinario para un tratamiento adecuado.
La procesionaria del pino se ha convertido en una amenaza muy seria para las mascotas, destacando el impacto del cambio climático en su ciclo biológico. Este adelanto en su aparición ha elevado el riesgo para los animales, haciendo esencial la prevención y el control de la plaga. Con la ayuda de las autoridades y la responsabilidad de los dueños, es posible reducir los riesgos y proteger a nuestros compañeros de cuatro patas.