Montero planta al Congreso y no acudira a la comisión de Presupuestos pese a estar convocada

María Jesús Montero
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero este jueves en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no acudirá mañana a la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados pese a estar convocada, después de alegar que la fecha se había fijado sin considerar su agenda.

Montero alegó en un escrito que recibió la solicitud de comparecencia con solo seis días de margen y que tenía problemas de agenda por la elaboración del Presupuesto, al tiempo que se ofreció al presidente de la Comisión, Francisco de la Torre (Ciudadanos), a acudir en el mes de diciembre, algo que finalmente ocurrirá el día 20 de ese mes.

Alega problemas de agenda

La ministra añadió que para entonces será «mucho más productivo», ya que la elaboración del Presupuesto estará en su fase final y podrá ofrecer novedades.

Ante las críticas de De la Torre, que consideró que se había declarado «en rebeldía ante el Congreso», fuentes de Hacienda aseguraron que la ministra no se había negado a comparecer, sino que había trasladado su comparecencia a un momento en que pudiera contar con avances.

Por su parte la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, ha insistido hoy en que el Ejecutivo sigue «trabajando con mucha determinación» para sacar adelante sus presupuestos para 2019, porque «España necesita disciplina presupuestaria», reduciendo el déficit y la deuda.

Las cuentas públicas en el aire

«En los últimos años la reducción del déficit ha sido por el ciclo económico e, incluso, se ha deteriorado el saldo estructural, y no podemos seguir así, no sabemos cuánto tiempo vamos a tener estas tasas de crecimiento y por eso éste es el momento de tomar medidas estructurales», ha defendido la ministra.

Durante su intervención en el foro «Spain Summit» organizado por The Economist, ha explicado que si finalmente no salen adelante habría que prolongar los presupuestos actuales y no se podrían acometer ajustes de ingresos, por lo que se acabaría con un déficit mayor.

«Nuestro plan A es impulsar estos presupuestos, que combinan la reducción de la deuda con el énfasis en las políticas sociales que ayudan a reducir la desigualdad», ha explicado, tras reconocer que «habrá que ver cómo mantener ese equilibrio con un escenario macroeconómico distinto».

En su opinión, «las alternativas -a la aprobación de sus presupuestos- no son deseables desde la perspectiva de la disciplina fiscal».

La ministra ha descartado que sea necesario volver a revisar a la baja las previsiones de crecimiento del Gobierno para el próximo año y ha insistido en que lo que se avecina es una desaceleración económica que pondrá fin a un ciclo económico.

En cualquier caso, considera que «España tiene elementos que la hacen más fuerte hoy que en 2007», entre ellos la gran internacionalización de sus empresas, que ha permitido que el sector exterior no esté siendo un lastre para el crecimiento, como ocurrió en la reciente crisis, que llegó a restar diez puntos del PIB, mientras que ahora aporta en torno al 1 %.

Además, ahora se ha reducido enormemente la deuda del sector privado y también ha cambiado el modelo de crecimiento, con un importante aumento de la inversión, sin que la construcción tenga una «dimensión excesiva».

De cara a los próximos meses, la ministra ha defendido la necesidad de que el Gobierno no se paralice por la necesidad de negociar en el Parlamento, ya que en su opinión hay que aprovechar el momento actual de crecimiento económico para impulsar reformas estructurales.

A la luz de lo que está ocurriendo también en otros países del entorno, a su juicio «es poco realista» pensar en que en el futuro se vayan a poder constituir gobiernos que no tengan necesidad de negociar con otras fuerzas políticas.

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