Los científicos no dan crédito: descubren un ‘tercer estado’ entre la vida y la muerte

La biología de la vida parece, a simple vista, relativamente sencilla: nacemos, vivimos y morimos. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja y fascinante. Cada ser humano está compuesto por aproximadamente 30 billones de células, y, junto con los microbios que habitan el cuerpo, forman un organismo colectivo que nos define como individuos. La creencia generalizada es que la muerte representa el final absoluto. Pero recientes investigaciones sugieren que, al menos para algunas células, la muerte podría ser el inicio de algo inesperado y sorprendente.
En septiembre de 2024, Peter Noble, microbiólogo de la Universidad de Alabama en Birmingham, y Alex Pozhitkov, investigador de bioinformática del City of Hope Cancer Center, presentaron sus hallazgos sobre los xenobots en la plataforma The Conversation. Los xenobots son : organismos multicelulares diseñados mediante inteligencia artificial que muestran comportamientos autónomos y asumen roles distintos a su función biológica original. Esta capacidad de reconfiguración ha llevado a los científicos a proponer que los xenobots representan un «tercer estado» de la vida: un estado en el que las células pueden reorganizarse tras la muerte de un organismo para formar nuevas estructuras funcionales.
El ‘tercer estado’ entre la vida y la muerte
Los xenobots, al parecer, muestran que las células tienen una capacidad sorprendente de adaptación ante cambios en su entorno, algo que no necesariamente se observa en la naturaleza. Experimentos similares con células humanas, denominadas «anthrobots», han mostrado comportamientos equivalentes. Según los autore, estos hallazgos desafían la visión tradicional de la biología que sostiene que la evolución de los organismos y sus células sigue caminos predeterminados.
William Miller, biólogo evolutivo y coautor del libro» The Sentient Cell», defiende que los xenobots son un ejemplo más de cómo las células, lejos de ser simples autómatas genéticos, pueden mostrar capacidades cognitivas y de decisión. Según Miller, incluso cuando un organismo deja de funcionar como un todo, las células siguen activas, resolviendo problemas y tomando decisiones.
Conciencia celular
La noción de conciencia celular desafía conceptos clásicos de la biología. Tradicionalmente, la conciencia se ha definido como una característica asociada a organismos con sistemas nerviosos complejos y cerebro. Sin embargo, la teoría de la Conciencia Celular Básica (CBC, por sus siglas en inglés) sugiere que las células individuales podrían tener una forma rudimentaria de conciencia.
Michael Levin, biólogo del desarrollo y de biología sintética de la Universidad Tufts, ha señalado que los humanos solemos subestimar la inteligencia de objetos extremadamente pequeños o grandes, y que la actividad de los xenobots es un claro ejemplo de esto.
Para Miller, aceptar que las células pueden tener conciencia implica replantear principios fundamentales de la biología, incluyendo la idea neo-darwinista de la «supervivencia del más apto».
A pesar de estas ideas revolucionarias, muchos científicos se muestran escépticos. En 2024, un artículo publicado en EMBO Reports calificó la teoría CBC como «un ejercicio intelectual sin evidencia empírica sólida». Lincoln Taiz, botánico de la Universidad de California en Santa Cruz, argumenta que las células pueden desarrollarse de manera diferente cuando se sacan de su contexto natural, pero esto no constituye evidencia de conciencia.
Aunque algunos expertos consideran exageradas las afirmaciones sobre conciencia celular, la investigación en xenobots ha revelado propiedades inesperadas de las células. Por ejemplo, pueden autoensamblarse, reparar daños parciales y cooperar para lograr objetivos que ninguna célula podría alcanzar individualmente. Incluso si no se acepta que las células sean conscientes, el estudio de xenobots y anthrobots muestra que las células no son simples unidades programadas para reproducirse y morir, sino agentes activos con potencial de reorganización y adaptación.
Peter Noble y Alex Pozhitkov señalan que «estos
estos hallazgos desafían la idea de que las células y los organismos solo pueden evolucionar de maneras predeterminadas. El tercer estado sugiere que la muerte de un organismo puede jugar un papel significativo en cómo la vida se transforma con el tiempo».
El concepto de un «tercer estado» entre la vida y la muerte plantea algunas cuestiones sobre la naturaleza de la existencia. Si la muerte de un organismo no es el fin absoluto para todas sus células, entonces la vida se convierte en un proceso más dinámico y resiliente de lo que jamás habíamos imaginado. Comprender estos procesos podría transformar la medicina, la biotecnología y nuestra percepción de lo que significa estar vivo.
Peter Noble y Alex Pozhitkov, autores del estudio sobre xenobots, han destacado la sorprendente capacidad de adaptación de las células más allá de sus funciones originales. Según ellos, «los xenobots muestran que las células tienen una sorprendente capacidad de adaptarse a cambios en su entorno. Estas formas probablemente no aparecerían de manera natural, pero muestran que las células pueden reorganizarse después de la muerte de un organismo para formar algo nuevo». Y añaden que «los xenobots forman un tipo de ‘tercer estado’ de vida, donde los organismos pueden reorganizarse y asumir nuevas funciones, lo que abre posibilidades fascinantes para la biología y la medicina futura».
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