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Adiós a la vitrocerámica: en esta aldea de Asturias se cocina así y sabe mucho mejor

La cocina de leña en Asturias
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En pleno corazón de Asturias, en una aldea pequeña y rodeada de montañas, la cocina de leña sigue marcando el ritmo de la vida cotidiana. Allí, la cocina es el corazón del hogar, símbolo de la memoria ancestral y de la paciencia y el cariño de generaciones pasadas. Ahora, gracias a las redes sociales, su encanto está conquistando a un público mucho más amplio.

Alfonso C. Suárez, periodista gastronómico que vive en Madrid, compartió una fotografía de la cocina de leña de su suegro, ubicada en la zona de Cangas del Narcea, en una pequeña aldea asturiana. La imagen, que muestra una «Gergom Cantabria» en negro con detalles dorados, muestra objeto cargado de historia y tradición. En los comentarios, los usuarios destacaron la belleza, el cuidado y la perfección de la cocina: «Está impoluta»; «Guarda lo que ningún acero puede dar: memoria, paciencia y fuego que enseña», o «Allí el sabor no se cocina, se cría».

Una experiencia que va más allá de la comida

Para muchos asturianos, estos fogones evocan recuerdos de la infancia, del olor del pote al «chup chup» desde primera hora de la mañana, y de los sabores que sólo se obtienen con paciencia y cariño. En todos los hogares,  estas cocinas son testigos de anécdotas familiares que se transmiten de generación en generación. Algunos recuerdan cómo subirse a la cocina de leña era casi un «rito de iniciación»: «Mi tía la sigue conservando. Esa cocina lleva en esa casa desde hace por lo menos 70 años. Mi padre me contaba que cuando era pequeñito se subió a la cocina y se quemó el culete».

Para quienes han pasado tiempo en una aldea asturiana, saben muy bien que la cocina de leña es el corazón de la casa. No es raro que toda la familia se reúna alrededor del fuego, compartiendo historias, jugando o simplemente disfrutando del calor en los fríos días de invierno. Muchos  usuarios han confesado que, durante sus vacaciones, pasaban más tiempo alrededor de la cocina que en cualquier otra habitación. «Pasé dos semanas en una casona en una aldea de Asturias (Las Bárzanas) y la cocina era igual. Allí pasábamos el tiempo cuando estábamos en casa, bien calentitos. Y sí, la comida sabe mejor».

Estética y funcionalidad

El sabor de los alimentos cocinados en una cocina de leña es otro de los aspectos que fascinan. Platos tradicionales como el pote asturiano, fabada, guisos de carne o verduras adquieren matices únicos que dependen del calor uniforme y del lento proceso de cocción.

Los ingredientes se mezclan de manera natural y, a diferencia de los hornos eléctricos, la cocción a leña permite que los sabores se desarrollen de manera más intensa y auténtica. Asimismo, el fuego contribuye a que los platos mantengan mejor su textura y aroma

Además de su funcionalidad, la cocina de leña destaca por su estética. Modelos como la Gergom Cantabria, con acabados en negro y detalles dorados, combinan robustez y elegancia. Su diseño permite cocinar diferentes platos simultáneamente, calienta la casa y ofrece un espacio donde cada objeto tiene su lugar, desde ollas de cobre hasta utensilios de hierro.

Aunque la vida urbana y la tecnología moderna han reducido la presencia de cocinas de leña en muchas casas, su esencia se mantiene intacta. Para los asturianos que viven en ciudades como Madrid, volver a utilizar estos aparatos en visitas al pueblo es una forma de reconectar con sus raíces.

Conservación y mantenimiento

Mantener una cocina de leña en perfecto estado requiere dedicación. Es necesario limpiar regularmente la chimenea, retirar cenizas, cuidar la leña y mantener los herrajes en buen estado. Sin embargo, los propietarios consideran que el esfuerzo merece la pena. Una cocina bien cuidada puede durar décadas, e incluso siglos, convirtiéndose en un legado familiar que se transmite de generación en generación.

La cocina de leña de una pequeña aldea asturiana no es solo un recuerdo del pasado; es una invitación a redescubrir sabores, valores y experiencias que la vida moderna no puede reemplazar.

  • «Yo he comido cordero hecho ahí y sabe mucho mejor.»
  • «Muchos valores enseñan esos fogones, qué bonita y bien cuidada.»
  • «Son más que cocinas, son lugares en los que se forman los hogares.»
  • «La nuestra sigue dando guerra desde 1984, es un pelín más grande. No solo cocinas sino que calienta la casa y da agua caliente. Un lujazo.»
  • «Veo eso y huelo a cocido y a sopa, sabor ahumado y delicioso.»
  • «El mejor olor que existe.»
  • «Qué bonitas son y qué útiles. Horno fantástico, fuego buenísimo y calor en toda la casa.»
  • «Mi siguiente casa, tengo claro que tendrá una de estas.»
  • «Es una cosa increíble, además de ser bonita es que se cocina muy bien.»

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