Sánchez y los Sanchopanzas del Sanchismo

El abatimiento de Pedro Sánchez por parte de su propio partido ha sido tan obscenamente evidente que ya ni siquiera sus francotiradores se molestan en encapucharse. Desde la última bala de despecho disparada por Felipe en la rotativa de Rubalcaba y Cebrián, a las declaraciones de Susana apuntando al kamikaze Sánchez que, hasta ayer mismo, pretendía estrellar a Ferraz contra La Motorizada de los anticonstitucionalistas que le esperaban con la dinamita en la mano. Así que finalmente se escenificó lo inevitable: la comparecencia de Antonio Pradas como portavoz espontáneo de los críticos de Sánchez para explicar, con deleite dramático, la dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva Federal como parte de la conjura que los susanistas llevaban cocinando desde el martes para acabar con el secretario general, al que el tertulianismo patrio ya había bautizado desde hace un año como “de hoy no pasas, Sánchez Castejón”.

Y honestamente, sorprende que algunos detractores y dimitidos de la Ejecutiva Federal sean, a su vez, ‘El Botones Sacarino’ del hospicio moral en el que se ha convertido el PSOE. Vara, presidente de la Junta de Extremadura gracias a los votos de Podemos. Puig, presidente de la Generalidad valenciana que ha traficado con los nacionalistas la educación valenciana tras obtener, como Pedro Sánchez, los peores resultados de su historia. Cada aula valenciana convertida en un incentivo perverso para que Compromís, la ERC levantina barata, le auspiciara hasta su silla de Molt Honorable. Lambán, presidente de la Diputación General de Aragón investido por Podemos y comisionista en la educación de sus segundos socios, los nacionalistas. Emiliano García-Page, el presidente de Castilla-La Mancha tomado y abandonado a antojo de Podemos. O Carmona, quien antes de lloriquear por los ciberataques de sus compañeros del PSC, hacía de El Risitas para entregar la alcaldía de Madrid a Manuela Carmena.

Todos ellos insignes socialistas que, tras repartir cargos entre los antisistema, ya no pueden llamarse constitucionalistas. Todos ellos son los artífices de este PSOE podemizado. Sanchopanzas del sanchismo. Aunque quieran hacernos olvidar que son ellos quienes han escrito el mismo drama de Sánchez con sus propias manos por un trato con los radicales para convertirles en pudientes ex presidentes autonómicos en pocos años. No hay riesgo ni altruismo en nombre del interés general por parte de las actuales baronías socialistas, sino vendettas personales y empeño por desmarcarse de la vergüenza nacional y la purga que ya está ejerciendo el nuevo liderazgo.

En cualquier caso, el destierro de Sánchez y su núcleo duro no será la solución de los problemas de Ferraz, sino otra evidencia de que Sánchez era parte de la hipoteca dejada por Zapatero a todos los españoles y de que ésta era de pago aplazado. Sorprendentemente, y de forma paralela al nombre de Javier Pérez, líder socialista asturiano, la intención de los socialistas es la de encargar la reedificación del socialismo a Zapatero, la misma persona que lo convirtió en pasto de radicales. Facultar al expresidente para el liderazgo de la nueva gestora que comandará al PSOE resulta tan coherente como nombrar a una prostituta maestra de novicias postulantes en un convento de ursulinas. Será que, recién llegado de Caracas, José Luis cree que el de los socialistas es mejor bodrio que el venezolano.