Las cabinas telefónicas más ‘instagrameables’ del mundo
Llama la atención que viviendo en una época en la utilizamos el teléfono para todo, las cabinas telefónicas hayan caído en el olvido. Prácticamente han desaparecido de las ciudades, así que no podemos evitar cierta nostalgia cuando nos encontramos con una.
Sin embargo, en algunos lugares las cabinas telefónicas han sido convertidas en todo un reclamo turístico (¿quién no ha ido a Londres a fotografiarse con una de sus típicas cabinas telefónicas rojas?). Porque si por su diseño se salen de lo normal, es una buena excusa para hacerse un selfie y subirlo a las redes sociales.
Así que, tal y como nos recomiendan nuestros amigos de Rumbo, si viajas por el mundo y ves una de esas cabinas telefónicas, no dudes en fotografiarte con ellas. ¡Los ‘Me gusta’ están asegurados!
Berlín
Berlín es uno de los destinos favoritos de los viajeros más alternativos. Por eso no nos extraña que los berlineses hayan decidido convertir las cabinas telefónicas en pequeños espacios culturales: muchas son hoy en día librerías públicas, una buena opción para sumergirse en el ambiente de la ciudad con libro en mano.
Estambul
Las cabinas telefónicas de Estambul están dentro de las más llamativas del mundo. Las del distrito de Beyoğlu, situado en la parte europea de la ciudad, ¡tienen forma de delfín!
Dubái
Aunque en Emiratos Árabes Unidos destacan sobre todo por sus rascacielos y por su arquitectura futurista, todavía hay espacio para lo genuinamente árabe. En el casco viejo de la ciudad encontrarás estas cabinas telefónicas que recuerdan al Dubái más tradicional.
Estocolmo
El casco viejo de la ciudad está considrado como uno de los mejor conservados del mundo. En esa zona llamada ‘Gamla Stan’ por los locales hay calles adoquinadas, edificios del siglo XII y las cabinas telefónicas más vintage que has visto jamás. Sus puertas de estilo romántico y las cúpulas que se adaptan a la estética del barrio son lo que más llama la atención.
Tokio
Tokio es sinónimo de tecnología, pero los japoneses se sienten conectados con la naturaleza y suelen escaparse de vez en cuando a lugares como la isla de Yakishima. En su interior alberga un denso bosque conocido como ‘Sugi’ donde proliferan las coníferas. Y es precisamente en la vieja corteza de estos árboles donde algunos locales instalaron estas curiosas cabinas.