‘La mano en el fuego’: estupendo documental sobre la mujer que asesinó al violador de su hija
Mari Carmen García quemó vivo a Antonio Cosme en el 2005
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Ya se puede ver en Max (plataforma antes conocida como HBO Max) La mano en el fuego, un estupendo true crime sobre uno de los casos más polémicos de nuestro país. La serie de tres capítulos narra la historia de los sucesos acaecidos en la Vega Baja en 1998, cuando Antonio Cosme violó a una joven de Benejúzar, y en 2005, cuando la madre de esta roció de gasolina y quemó al condenado de la violación después de cumplir su condena. La docuserie, dirigida por Elena Molina y producida por Bulldog TV, reflexiona, no sólo sobre la venganza y el sentido de la justicia, sino sobre una sociedad que condenó, en un primer momento, a la víctima menor de edad y defendió al agresor. Tanto la madre como la hija cuentan su historia ante las cámaras en un relato bien construido, adictivo y realizado con gusto.
1998. Nada volverá a ser lo mismo en el pequeño pueblo español de Benejúzar cuando Verónica Rodríguez García, de 13 años, acusa a su vecino, Antonio Cosme, conocido en el pueblo como el Pincelito, de 63 años, de violación. Pese a las numerosas pruebas existentes de que el crimen ocurrió, los residentes cuestionan la versión de Verónica y apoyan a Pincelito. Todo ello lleva a su madre, Mari Carmen García, a tomar cartas en el asunto. La mano en el fuego es un relato escalofriante que trata sobre las secuelas duraderas de culpar a las víctimas y plantea varios interrogantes sobre cómo la sociedad afronta los actos de violencia sexual y cómo las acciones de un hombre sacudieron a una familia, a un pueblo y a un país.
La mano en el fuego está dirigida por Elena Molina y producida por Bulldog TV con Alfredo Ereño, Angelo Rocca e Inmaculada García como productores ejecutivos por parte de la productora y Miguel Salvat, Hanka Kastelicová y Antonio Trashorras por parte de Max.
¿Justicia o venganza?
«Buenos días, señora. ¿Qué tal su hija?», fue la frase que espetó en 2005 Antonio Cosme a Mari Carmen García y que desató la tragedia y un debate social que dividió a España. Y es que Cosme, conocido en el pueblo de Benejúzar (Alicante), acaba de salir de prisión ( le condenaron a 9 años y cumplió 6) por haber violado a Verónica Rodríguez García, hija de Mari Carmen. Al ver cómo el hombre que había destrozado sus vidas estaba allí plantado, tomándose algo en un bar como si no hubiese pasado nada, la mujer enloqueció, fue a una gasolinera, se hizo con un bidón de gasolina y quemó vivo a Cosme.
¿Madre coraje o asesina despiadada? ¿Nos podemos tomar la justicia por nuestra mano cuando el sistema nos falla? Estas preguntas desataron una controversia enorme en la sociedad patria. Mari Carmen fue condenada inicialmente a nueve años y medio de prisión por la Audiencia de Alicante, pero el Tribunal Supremo rebajó su pena a cinco años y medio. Salió de la cárcel el 8 de mayo de 2014. Muchos en el lugar de esta mujer hubiésemos hecho lo mismo pero, ¿la ley tiene que ser mejor que nosotros y cuidar del bienestar social? Si este es el caso, tal vez habría que exigirle a la justicia condenas más justas y protocolos más efectivos. Por ejemplo, en el documental se explica claramente que ni la víctima ni la familia de ésta recibieron notificación alguna de la salida en prisión del violador. Que durante el primer juicio, la menor estaba desprotegida durante su comparecencia, viendo cara a cara a su agresor y soportando insinuaciones capciosas y machistas (como no se había roto el himen, la defensa alegó que no había habido violación, sólo tocamientos).
Esta historia llegó a oídos de la masa una vez se produjo la venganza pero lo que nos descubre La mano en el fuego es mucho más. Durante el primer episodio, centrado en la violación de la niña, se nos presenta una sociedad misógina que condenaba a la víctima. «Me llamaban puta», narra Verónica ante la cámara. Ella y su madre, lo dicen claramente, han querido participar en el documental para, según Mari Carmen, «que se sepa la verdad». «Pero la verdad ya la sabe todo el mundo”, responde la hija. En realidad, lo que quieren las dos es exponer, por primera vez, su punto de vista.
Cierto es que el documental se centra en testimonios de ambas mujeres y aunque hay voces contrarias (el abogado de Antonio Cosme y un testigo del asesinato en el bar) pero se echa de menos conocer el ambiente vecinal y ver otras versiones, y no por cuestionar a la víctima, sino por tener más perspectiva.
A nivel audiovisual se utilizan varios recursos con mayor o menor suerte. El emitir lo que pasa tras las cámaras, el cómo madre e hija atienden a las preguntas de la directora o cómo se preparan para hablar a cámara, hace que se amplíe la historia criminal a algo más humano. Sin embargo, se abusa demasiado de imágenes efectistas y metáforas torpes, como el fuego, la paloma que quiere volar y no puede o ( sobre todo) ese caballo desbocado que corre por la calle. Aún con todo, La mano en el fuego es un producto muy digno que plantea muchas incógnitas e investiga sobre un caso tan apasionante como reconocible.