Obsolescencia programada digital: el hardware aguanta, el software se rinde


La obsolescencia programada digital es un fenómeno cada vez más habitual en la tecnología de consumo. A diferencia de la obsolescencia tradicional, ligada al desgaste físico de un producto, aquí el hardware puede seguir funcionando perfectamente, pero queda limitado porque el software deja de ser compatible o no recibe actualizaciones.
Mi caso particular
Un ejemplo claro es el de mi portátil, un modelo de 13 pulgadas de principios de 2015 que utilizo para escribir cuando no puedo hacerlo desde casa. En mi domicilio trabajo con un equipo más moderno y potente, pero este sigue siendo ligero, cómodo y con todo lo que necesito cuando estoy fuera. Por eso no me compensa invertir en otro dispositivo más eficiente para este uso concreto.
Por qué sigo en macOS Mojave
En mi caso, el portátil está en macOS Mojave, concretamente en la versión 10.14.6, porque es la más estable para su hardware. Si lo actualizara a macOS Catalina, es probable que el rendimiento se resintiera y el equipo dejara de ser tan ágil para lo que necesito: escribir, conectarme a internet, gestionar mis notas. y perder el tiempo en redes sociales. Este equilibrio entre rendimiento y funcionalidad es la razón por la que lo mantengo así.
Cuando el navegador te cierra la puerta
La limitación más evidente no es del hardware, sino del software. Por ejemplo, Google Drive muestra un aviso claro: “ya no se admite esta versión del navegador” y pide actualizar a una más reciente, algo que no puedo hacer con este sistema operativo. Esto demuestra que, aunque la máquina siga operativa, determinados servicios y aplicaciones terminan dejándote fuera.
Un problema que afecta a todas las marcas
Aunque mi caso sea con un portátil Apple, no es algo exclusivo de la marca. Pasa con ordenadores con Windows, dispositivos Android… La falta de soporte para versiones antiguas del sistema operativo es una tendencia generalizada en un ámbito que avanza muy rápido y que prioriza las actualizaciones para modelos recientes. El resultado es que deja a los antiguos sin acceso a nuevas funciones o parches de seguridad.
Cómo seguir aprovechando un equipo “obsoleto”
Mientras las tareas que realizas no requieran el software más nuevo, un equipo así puede seguir siendo útil durante años. Existen opciones como instalar sistemas operativos alternativos como Linux, o buscar versiones web ligeras de los servicios, aunque no siempre ofrecen las mismas prestaciones. En mi caso, como el uso es específico y limitado, no necesito más. Lo de Google Drive no es más que un molesto aviso.
Un recordatorio de que el software decide la vida útil
La obsolescencia programada digital no solo limita la comodidad del usuario, también tiene un impacto medioambiental, ya que fomenta la sustitución prematura de equipos que aún funcionan. En última instancia, es un recordatorio de que no siempre es el hardware el que nos obliga a cambiar de dispositivo, sino las barreras impuestas por el software que lo acompaña.
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