internet

Qué pasa realmente cuando aceptas todas las cookies sin leer

aceptar cookies
Nacho Grosso
  • Nacho Grosso
  • Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios de difusión y blogs en español.

La escena es familiar: entras en una web, salta el aviso de cookies, y sin pensarlo haces clic en “Aceptar todo”. Ni te molestas en ver qué estás consintiendo. Es un gesto automático que repetimos varias veces al día. Pero aceptar cookies sin leer puede tener un impacto mayor del que creemos en nuestra privacidad y experiencia online.

Aunque muchas cookies son necesarias para que una web funcione bien, otras tienen como objetivo rastrear tu comportamiento para personalizar anuncios, construir perfiles de usuario o compartir tus datos con terceros. En otras palabras, muchas veces estás regalando tu información a cambio de una navegación más rápida.

Cookies funcionales, de análisis y de marketing

Existen varios tipos de cookies, y no todas son malas. Las funcionales, por ejemplo, son las que recuerdan tus preferencias, el idioma que usas o el contenido de tu carrito de compra. Sin ellas, tendrías que configurarlo todo cada vez que vuelves a una web.

Las de análisis o rendimiento recogen datos de uso anónimos, como cuántas veces se visita una página o desde qué dispositivos. Ayudan a mejorar la web, pero también pueden usarse para identificar patrones.

Y luego están las cookies de marketing o personalización, las más invasivas. Son las que siguen tu rastro de una web a otra, permitiendo mostrarte anuncios dirigidos. Si has buscado zapatillas una vez, seguro que luego te han perseguido durante días. Esas cookies han hecho su trabajo.

Aceptar todo es compartir más de lo necesario

Cuando haces clic en “Aceptar todas las cookies” estás dando permiso a la web para recopilar y procesar toda esta información, incluso la que no es estrictamente necesaria para que funcione el sitio. En muchos casos, tu comportamiento se comparte con decenas de empresas, algunas de las cuales ni siquiera conoces.

Esto no solo tiene implicaciones publicitarias. También afecta a cómo se te muestra el contenido, los precios que ves, sí, incluso pueden variar, y a qué ritmo se construye un perfil sobre ti con base en tu historial de navegación.

Por qué lo hacemos sin pensar

La mayoría de los usuarios acepta sin leer porque configurar las cookies suele implicar varios pasos, menús confusos y tecnicismos legales. Es más rápido decir que sí y seguir navegando. Además, el diseño de muchos de estos avisos está hecho para llevarte justo ahí: botones grandes, colores llamativos, y las opciones de “Rechazar” o “Configurar” escondidas o menos visibles.

Este tipo de diseño persuasivo se llama dark pattern, y busca influir en tu decisión. En este caso, para que aceptes sin cuestionarlo.

¿Se puede navegar sin aceptar todo?

Sí, y deberías hacerlo más a menudo. Casi todas las webs deben ofrecer por ley la opción de configurar las cookies. Lo ideal es aceptar solo las esenciales (funcionales) y rechazar las de marketing o terceros. Aunque tardes unos segundos más, estarás protegiendo mejor tu privacidad.

Además, puedes gestionar tus preferencias desde el navegador. Todos los navegadores actuales permiten bloquear cookies de terceros o limpiar las ya almacenadas. También existen extensiones que eliminan avisos o configuran automáticamente las cookies según tus preferencias.

Tus datos valen mucho más de lo que crees

Aceptar cookies sin leer puede parecer una tontería, pero es uno de los pequeños gestos diarios que marcan cómo se construye tu huella digital. No es paranoia: en la práctica estás dando permiso para que analicen lo que ves, cuánto tiempo pasas en cada cosa, desde qué dispositivo entras y mucho más. Todo eso se convierte en un activo comercial. Tus datos se venden y se cruzan con los de otras plataformas para crear perfiles hipersegmentados.

Lo último en Tecnología

Últimas noticias