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La Policía busca en Extremadura más víctimas del entrenador de Huelva acusado de agresión sexual

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La Policía busca en Extremadura más víctimas del entrenador de Huelva acusado de agresión sexual

La Policía busca en Extremadura más víctimas del entrenador de Huelva acusado de agresión sexual. Una de las mujeres presuntamente agredidas por el entrenador de fútbol femenino ha puesto a la Policía en la pista de nuevas víctimas, esta vez en Extremadura. El entrenador acusado, ahora en prisión provisional, desempeñó su trabajo en un club de fútbol de Badajoz antes de recalar en Huelva donde supuestamente llevaría cometiendo las agresiones desde hace más de seis años.

En la comunidad extremeña los agentes intentarán seguir los pasos de Francisco Manuel L., al que ya han descrito como un auténtico depredador en su atestado. Un hombre que seguía un «patrón claro» de actuación según los especialistas de la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) de la Brigada de Policía Judicial de Huelva.

El escalofriante relato de las víctimas que han reunido el valor suficiente para denunciar los hechos, e impedir que más niñas corran la misma suerte, describe a un presunto agresor sexual muy activo que aprovechaba cualquier ocasión para actuar.

Así, las víctimas han relatado «tocamientos lúbricos» en campos de fútbol, en los vestuarios, en las duchas, durante los entrenamientos, en los viajes para disputar torneos fuera de la ciudad, en el teatro o en la vía pública. Sin embargo, las agresiones más graves tenían lugar en el despacho de enfermería que el presunto pederasta tenía en la Universidad de Huelva. Allí, con la excusa de darles masajes a las jugadoras, el entrenador presuntamente las agredía sexualmente.

Si las jugadoras se resistían a los masajes, las acosaba por las redes y las aplicaciones de mensajería con mensajes como este: «Hoy te tengo que dar un masaje sí o sí, yo te recojo y le dices a tu madre que te vas con las amigas». También obligaba a las niñas a desnudarse en su despacho para probarse prendas deportivas, algunas de 13 ó 14 años, arrebatándoles o robando sus prendas íntimas mientras se probaban las nuevas.

Estos hechos sólo constituyen una pequeña parte de lo que han relatado las víctimas a la Policía y el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Huelva concede plena veracidad al testimonio de los menores.

El juez considera que hay indicios suficientes para creer responsable de los hechos al entrenador de Huelva, debido al testimonio sólido y con alto grado de detalle de las cuatro menores que denunciaron en primer lugar. También por los mensajes telefónicos aportados por las víctimas, que reflejan los intentos de acercamiento del entrenador a las niñas a través de esta vía. Por último, los efectos requisados por los policías en los registros del despacho del acusado, como son unas cuchillas de afeitar con las que se ofrecía a rasurar a las menores y varias bragas que arrebató a las víctimas, también le señalan directamente.

La letrada de las víctimas, Patricia Catalina, solicitó el ingreso del presunto pederasta en prisión provisional para evitar que coaccionara a las menores que ya han denunciado y a las que se presume que restan por hacerlo. Los investigadores advertían en sus informes, y el juez instructor lo refrenda, que el acusado supuestamente se valía de su posición de superioridad y amistad con el entorno de las víctimas para cometer los hechos y presionar para que las menores no denunciaran.

Hasta el momento ya hay 19 menores que han dado el paso de denunciar, aunque los agentes animan a muchas otras a que lo hagan con la ayuda del trato atento de los profesionales de la UFAM de la Policía.

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