El padre de Rosa Peral critica al cómplice de su hija por salir de prisión: «Miente más que habla»

El padre de Rosa Peral condenada a 25 años de cárcel por el crimen de la Guardia Urbana, ha cargado con dureza contra el cómplice de su hija y sentenciado a 20 años de prisión como coautor del asesinato de la pareja de Rosa: «Mienten más que hablan», sostiene Paco Peral sobre Albert y su abogado, tras conocer que Albert podrá salir de prisión disfrutando de permisos penitenciarios tras admitir el crimen y seguir los preceptivos cursos de adaptación en la cárcel, mientras su hija seguirá entre rejas porque no admite su responsabilidad en el asesinato.

Según el padre de Rosa Peral, durante un encuentro casual en un centro penitenciario catalán, el abogado de Albert llegó incluso a pedirle disculpas por la estrategia de defensa del ex policía de la Guardia Urbana de Barcelona durante el juicio en el que ambos resultaron condenados por asesinato. Paco Peral sostiene que «Albert perjudicó a su hija inocente», la arrastró a una pena de prisión desmesurada y ahora vuelve a perjudicarla para conseguir los ansiados permisos de salida de la cárcel.

A la vez, el padre de Rosa Peral anuncia que presentarán ante el Tribunal Supremo un recurso de anulación de la sentencia que la condenó por asesinar a su pareja. La defensa y la familia de Rosa Peral mantienen que si Albert López ha admitido ahora su participación en el crimen, significa que mintió en el proceso y ello debería anular la sentencia en lo que ha Rosa se refiere ya que ella siempre ha mantenido que es inocente y el asesinato lo cometió Albert.

Rosa Peral lleva 7 años y 10 meses en prisión desde su detención en 2017. Siempre ha defendido su inocencia, ha acusado a Albert López de la autoría del asesinato de su pareja, Pedro Rodríguez, y jamás se ha declarado culpable del caso conocido como el crimen de la Guardia Urbana.

El ‘crimen de la Guardia Urbana’

El caso arrancó en con el hallazgo del cadáver de Pedro Rodríguez, un policía de la Guardia Urbana de Barcelona, en el maletero de un coche calcinado en el pantano de Foix el 4 de mayo de 2017. Meses después, los investigadores de los Mossos d’Esquadra descubrieron el triángulo amoroso que mantenían la víctima, su pareja Rosa Peral y el amante de ella, Albert López. Los tres, agentes del mismo cuerpo policial.

Los Mossos tardaron poco más de una semana en detener a los policías Rosa y Albert. Sus teléfonos móviles les delataron: Rosa y Albert hablaron por teléfono, con una tarjeta prepago, la noche del crimen, y a partir de ahí durmieron juntos en la casa en la que vivía Rosa y sus dos hijas con la víctima, hasta que se descubrió el cadáver.

Rosa dijo que la noche del asesinato de Pedro su novio Albert llegó a casa encapuchado y con un hacha. Sostuvo que la encerró en el piso de arriba junto con sus hijas y sólo escuchó una serie de golpes. Cuando Albert la dejó salir, la obligó a limpiar con lejía toda la planta baja y la amenazó con matarla a ella y a sus hijas si contaba lo que había pasado. Rosa insistió en que por ese motivo nunca denunció a Albert, aunque los Mossos descubrieron que pudo huir y denunciarlo en los periodos de tiempo en que Albert no estaba en casa tras el crimen.

Los Mossos también descubrieron que ambos no pararon de mandarse mensajes y llamarse, además de convivir bajo el mismo techo tras el asesinato. Albert por su parte, dijo que fue Rosa quien le llamó para que le ayudara a deshacerse del cuerpo de Pedro.

Los dos condenados nunca explicaron el móvil del crimen. Los investigadores tienen varias hipótesis. La principal es que Pedro había descubierto la enésima infidelidad de Rosa con Albert, esa noche iba a abandonarla y discutieron. La otra hipótesis se resume en que Albert, sólo o de acuerdo con Rosa, quería matar a Pedro para convivir con la mujer.