La impunidad de los ladrones en Madrid: «Sí, somos carteristas, te robo y no te das cuenta»
La Policía tiene fichados a más de 400 carteristas en Madrid, muchas son mujeres
La inmensa mayoría son extranjeros, el 90% de Europa del Este.
Ella se hace llamar Cristina, nació en el Este de Euoropa, es miembro de una banda de carteristas en Madrid y no oculta su «trabajo». Un grupo de Patrulla Ciudadana Madrid ha sorprendido a la jauría de presuntas ladronas que se muestran molestas pero sinceras ante la cámara del teléfono: «Sí somos carteristas, te robo y no te das cuenta». En Madrid, la Policía Nacional tiene fichados a más de 400 carteristas, casi todos son extranjeros de Europa del Este.
El grupo de Patrulla Ciudadana, las ha sorprendido en el centro de la ciudad acechando a sus víctimas, ésta vez se trata de un grupo de turistas asiáticos. Los voluntarios siguen los pasos de las carteristas y avisan a las posibles víctimas para frustrar los robos que puedan sufrir. «Sí, somos carteristas, no somos agresivas, ni malas», se justifican.
Esta vez, Cristina y sus compinches se enfadan y muestra su verdadera cara. «No soy criminal, somos carteristas», grita la mujer para espantar a los voluntarios. Luego les insulta: «Qué tonto eres» y terminan, qué paradoja, llamando a gritos a la Policía para que los voluntarios anti-carteristas dejen de seguirlas y grabarlas.
La escena tiene lugar en pleno centro de Madrid. Son las zonas céntricas de Madrid, las de mayor afluencia de público, las elegidas por las carteristas. Los puntos calientes son la Gran Vía, la zona junto al Palacio Real o la Plaza Mayor.
Más de 400 carteristas fichados
El metro de Madrid es otro de sus cotos de caza favoritos. los carteristas pululan en las líneas 10 y 8, una lleva a la aeropuerto, la otra es un cruce de las líneas que llegan al centro de la ciudad.
Como Cristina, que se declara abiertamente «una carterista», la Policía Nacional tiene fichados a otros 400 carteristas. Todos son extranjeros y reincidentes. La mayoría rumanos, bosnios y otras nacionalidades de Europa del Este. El resto son de origen suramericano y magrebí.
Entre todos, son responsables de decenas de hurtos al día en el centro de Madrid. Se aprovechan de una ley excesivamente condescendiente con esta tipología delictiva. La Policía se esfuerza en atraparles con las manos en la masa pero es muy difícil. Cuando lo logran, la justicia lo salda con una multa.
Escandalosamente reincidentes
A los carteristas escandalosamente reincidente se les condena a una orden de alejamiento del metro o del centro de la ciudad. Es el caso del llamado clan de las Bosnias que resolvieron la medida trasladándose temporalmente de zona o de ciudad.
Hartos de la situación y como ha ocurrido en otras capitales, un grupo de voluntarios relacionados con la hostelería se agruparon bajo el nombre de Patrullamadrid.
Son voluntarios que patrullan Madrid para denunciar públicamente a los carteristas y desenmascararlos antes de que roben a los turistas. No quieren protagonismo, tampoco aceptan donativos, Son cerca de 50 personas que forman una red de contacto directo entre comercios locales, policías, Ayuntamiento de Madrid y colaboradores anónimos.
Todos se conocen y tienen más que identificados a los carteristas que deambulan por Madrid. Están hartos de verlos y de hacer sonar sus silbatos con fuerza para alertar a las víctimas.
Se les puede encontrar en las redes sociales donde tienen miles de seguidores y colaboran con los pioneros en España de Patrulla Ciudadana Barcelona.
Saben que Madrid está entre las ciudades más seguras de Europa y no quieren que aquí ocurra lo que ha sucedido en Barcelona, donde los carteristas ya son una plaga insostenible.
También saben que su trabajo es difícil y que los carteristas que infectan Madrid son «mafias criminales organizadas, con su estructura jerárquica. No son carteristas al uso, se reparten y viajan por toda Europa y ganan miles de euros al día». Saben hasta los perfiles de los carteristas en los que cuelgan sus vídeos contando la montañas de billetes que ganan robando a turistas, ancianos o a cualquiera que se le cruce en el camino. Principalmente son búlgaros, bosnias, rumanas, todos son jóvenes de menos de 40 años, entrenados en su país por los clanes familiares y han venido aquí exclusivamente para robar.
Los carteristas de Madrid generalmente no son violentos. Saben que un robo con fuerza sí está penado razonablemente y que si llaman mucho la atención se les acaba el chollo. Siempre prefieren robar menos de 400 euros porque saben que eso sólo significa una multa, eso si les cogen y la víctima les denuncia, cosa que no suele ocurrir porque muchos son turistas que regresan a sus países de origen.
Esa inmunidad, descarada como en el caso de Cristina, es la que intentan combatir los voluntarios de Patrulla Ciudadana Madrid en las redes. La Policía no ve con simpatía su trabajo y aconseja que en caso de descubrir a una carterista se les avise de inmediato.