Explosión en Carabanchel

Las hipótesis que maneja la Policía en la explosión de Carabanchel apuntan a un incendio por encargo

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Luis Miguel Montero

La madrugada del martes pasado una fuerte explosión en un bar ubicado en el número 1 de la calle Cuevas del Altamira estremecía al madrileño barrio de Carabanchel. Era la 1.30 cuando una explosión arrasaba el interior del bar «La oficina 28», dejando tras de sí una víctima, Daniela, de 23 años, con el 90% de su cuerpo abrasado y su novio Tito, de 19 años, con quemaduras muy graves también. Al principio se pensaba que eran víctimas colaterales de la explosión ocurrida tras el incendio, pero los dos acabaron siendo detenidos como presuntos autores del mismo.

Ahora la Policía maneja dos hipótesis sin descartar futuros giros de la investigación. Por una parte estaría el incendio intencionado encargado por un tercero como venganza contra la dueña del bar y la segunda hipótesis sería la del incendio intencionado encargado por la propia dueña del establecimiento, Laura, para cobrar el seguro por su mala situación económica.

La primera de las hipótesis estaría reforzada por el hecho de que Laura denunció hasta en cinco ocasiones en una comisaría de Policía las amenazas e incluso daños en su local a un hombre, anterior pareja de una empleada, que no aceptaba que la mujer le hubiese dejado.

En este caso, el incendio estaría motivado por un caso de violencia de género y un posterior intento de venganza en el que este hombre habría realizado el encargo de quemar el bar de Laura a los dos jóvenes, quienes por cierto poseen antecedentes policiales en Colombia, su país de origen, aunque ambos poseen la nacionalidad española y viven en el mismo barrio de Carabanchel. Parece descartado la posibilidad de un móvil propio de la pareja para incendiar el local.

La segunda hipótesis que se investiga es que la dueña del bar, Laura,  habría manifestado supuestamente en alguna ocasión a la familia de Daniela, ya que se conocían porque los familiares de esta tienen negocios de hostelería, su intención de «quemar el bar para cobrar el seguro», o así lo declaró Héctor, hermano de Daniela a las cámaras de Telemadrid durante la mañana del martes.

Esto quedaría reforzado por el hecho de que ambas mujeres se conocían, se relacionaban en el pasado e incluso, quien sabe, podrían haber cruzado mensajes previos entre ellas. Una de las preguntas que todavía no han resuelto los investigadores es cómo pudieron entrar Yolanda y su novio al bar a la 1.30 de la madrugada sin reventar la puerta de entrada del bar de Carabanchel. La Policía Científica ya ha tomado muestras en el lugar para tratar de encontrar el posible acelerante utilizado para provocar el supuesto incendio y los bomberos comprobaron la estructura del edificio para certificar su seguridad.

El abogado de Laura, el conocido penalista Víctor Salas, declaró anoche ante las cámaras de Cuatro que su clienta no tenía intención de reclamar el seguro por el momento, lo que entraría en contradicción con esta segunda hipótesis al desaparecer el posible móvil económico como causa para provocar un incendio.

Tercer escenario

Un tercer escenario que todavía no se contempla es que si finalmente Daniela, la joven quemada que se encuentra en estado extremadamente grave en el hospital de La Paz, falleciese todo cambiaría, ya que se contemplaría la posibilidad de un homicidio imprudente y no sólo de un delito de incendio. Estaríamos pues ante la escena de un crimen.

Daniela tiene el 90% de su cuerpo quemado y está en coma inducido luchando entre la vida y la muerte y por tanto sus únicas declaraciones han sido lo que dijo al médico del SUMA 112 que la atendió en el lugar de los hechos. Falta por saber si su novio, ingresado en la unidad de quemados del hospital de Getafe, será capaz de declarar en el futuro.

En la zona del suceso en Carabanchel llama también la atención de la ausencia, al menos hasta el martes a las nueve de la noche, de un cordón policial o de bomberos. Es más, muchas familias de la zona que se ganan la vida con la venta de chatarra se apostaban anoche a las puertas del bar a la espera de poder entrar en el mismo para extraer todo lo de valor que puedan encontrar. Incluso durante la tarde del martes algunas cámaras de televisión entraron en el local, contaminando aún más la escena de un posible homicidio.

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