Nuevo reto

El último desafío de J. K. Rowling, autora de la saga de Harry Potter: «Que me detengan»

La creadora Harry Potter ha dado unas declaraciones que se han convertido en tendencia

J.K. Rowling
J.K. Rowling posando. / Gtres

Una vez más, J.K. Rowling ha vuelto a protagonizar una polémica en redes sociales que ha terminado con la paciencia de gran parte del público. Le acusan de haber puesto en circulación unos comentarios «transfóbicos» que han puesto en peligro su buena reputación. Ahora tiene un reto muy importante por delante: demostrar que todo ha sido una confusión y que no quería ofender a ningún colectivo. No obstante, ella sigue manteniendo su postura. «Que me detengan», afirma mientras se niega a utilizar ciertos pronombres para dar una visión más inclusiva al lenguaje.

La creadora de ‘Harry Potter’ considera que es una artista de la palabra, por eso no quiere cumplir unas normas impuestas por los escoceses. Las autoridades del citado país consideran un delito de odio no incluir a las personas trans en ciertas formas de hablar, pero J.K. Rowling no está dispuesta a pasar por el aro y exige plena libertad a la hora de escribir. «La libertad de expresión y de creencias llega a su fin en Escocia si la descripción precisa del sexo biológico se considera criminal», ha comentado al respecto.

La madre literaria de Harry Potter puso varios mensajes donde usó los pronombres incorrectos para referirse a mujeres transgénero e invitó a las autoridades a arrestarla si creen que cometió un delito. Este conflicto se remonta a 2019, cuando la autora declaró públicamente que solo puede ser mujer la persona que nace con ese género, pensamiento que fue cancelado de forma inmediata, incluso por parte de sus seguidores.

La ley sobre delitos de odio y orden público de Escocia ya ha entrado en vigor. De este modo, llamar «hombre» a una mujer trans se considera una «agresión verbal» y ojo porque la pena máxima prevista en la ley es de siete años de prisión. Esta nueva norma ha terminado con la paciencia de J.K. Rowling, quien está dispuesta a recibir una condena, pues no quiere que le obliguen a escribir ni hablar de una manera que ella considera que no es procedente, siempre siguiendo su postura.

El error que ha cometido J.K. Rowling

J.K. Rowling ha cometido un error al hablar tan abiertamente de un tema sensible. Le han acusado de estar desarrollando un discurso que va en contra de la igualdad, pero ella sigue manteniendo su postura. Por eso ha abierto un hilo en su cuenta de X (antiguo Twitter) y se ha referido a varias mujeres trans como hombres.

Aprovechando que el foco de atención estaba puesto en ella, ha criticado la nueva legislación porque favorece «el abuso por parte de activistas que desean silenciar a quienes hablamos sobre los peligros de eliminar los espacios diferenciados para mujeres y niñas, el sinsentido de que las agresiones violentas y sexuales cometidas por hombres se acaben registrando como crímenes femeninos, la grotesca injusticia de permitir que los hombres compitan en deportes femeninos, la injusticia de que los trabajos, honores y oportunidades de las mujeres acaben en manos de hombres identificados como trans, y la realidad y la inmutabilidad del sexo biológico».

A pesar de las críticas que ha recibido por hablar en un tono tan tajante, Rowling no piensa cambiar su opinión y ha expuesto sus argumentos en la citada red social. «Desde hace varios años, las mujeres escocesas han sido presionadas por su gobierno y miembros de la policía para negar la evidencia de sus ojos y oídos, repudiar los hechos biológicos y abrazar un concepto neorreligioso de género que no se puede demostrar ni comprobar».

Las palabras más polémicas de la escritora

J.K Rowling recalca que es «imposible» definir «de forma precisa la realidad de la violencia sexual y la cometida en contra de las mujeres y niñas, o combatir el actual asalto a los derechos de mujeres y niñas, si no está permitido llamar ‘hombre’ a un hombre». Y continúa diciendo: «La libertad de expresión y de creencias llega a su fin en Escocia si la descripción precisa del sexo biológico se considera criminal».

Tal y como hemos explicado en líneas anteriores, la creadora de la saga ‘Harry Potter’ no tiene ningún miedo y ha desafiado a la legislación de Escocia, donde ha establecido su residencia habitual. «Estoy actualmente fuera del país, pero si lo que he escrito aquí se clasifica como una ofensa bajo los términos de la nueva legislación espero que me arresten cuando vuelva al lugar de nacimiento de la Ilustración Escocesa», escribe sin ningún tipo de miedo.

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