Ha estallado

El motivo por el que Natalia estalla y manda un mensaje a sus haters: «Mira, hago lo que me da la gana»

La cantante no entiende por qué tiene que dar tantas explicaciones sobre su vida

Natalia
Natalia, posando en un evento. (Foto: Gtres)

La reconocida cantante Natalia ha respondido con determinación a las críticas que ha recibido últimamente por su elección de vestuario a sus 41 años. En una de sus últimas entrevistas se ha enfrentado a sus detractores con una rotunda declaración, afirmando que seguirá usando minifaldas sin importar lo que piensen de ella.

No podemos olvidar que la intérprete ganó mucha repercusión a raíz de su paso por ‘Operación Triunfo’ y en la actualidad es una de las estrellas más destacadas de nuestra crónica social, por eso sus palabras están generando tanto impacto.

Con firmeza y seguridad en sí misma, Natalia ha reivindicado su derecho a vestirse como desee, desafiando las expectativas sociales sobre la vestimenta apropiada para su edad. Ante las críticas que ha recibido por su estilo, no ha dudado en dejar claro que su forma de vestir es una expresión de su personalidad y libertad individual. Este golpe en la mesa su actitud de empoderamiento y autoaceptación, transmitiendo un mensaje inspirador sobre la importancia de ser auténtico y no dejar que las opiniones externas dicten cómo debe vivir su vida.

«No sabía si decirlo o no, pero lo voy a decir. Hay una cosa que sí me está molestando últimamente y no lo entiendo», ha empezado diciendo durante su intervención en el podcast ‘Eh!’ La artista insiste en que nadie puede decirle lo que debe hacer, a pesar de que su profesión es pública. Reconoce que de alguna forma depende de la sociedad, pues se dedica a entretener a los espectadores con su voz, pero no admite ciertas cosas. Es como es y si alguien no quiere consumir su producto simplemente tiene que darse la vuelta.

Natalia, sin miedo: «Yo lo estoy sufriendo»

Las declaraciones de Natalia han llamado mucho la atención porque normalmente suele mantenerse al margen de estas polémicas. Quiere que el público hable de ella por su talento encima de los escenarios y no está dispuesta a dar ciertas explicaciones sobre su esfera personal, por eso es tan prudente y tiene un comportamiento tan plano. El problema es que su paciencia ha llegado al límite, sobre todo porque no quiere que ninguna mujer sufra lo mismo que está pasando ella.

«Parece que cuando cumples 40 años, sobre todo mujeres, empiezan a darte mucha caña. Y hombres también. Empiezan a darte caña con el edadismo. Hay mucho edadismo y yo lo estoy sufriendo», ha comentado al respecto. Afortunadamente ella se encuentra en una posición privilegiada y puede denunciar lo que está sucediendo. Su relato ha servido de altavoz para denunciar una injusticia que afecta a demasiada gente.

La artista ha dado ejemplos de comentarios que le hacen últimamente: «¿Qué haces con una minifalda? ¿Qué haces con eso? ¿Qué te crees?». No quiere callarse, por eso ha declarado: «Mira, hago lo que me da la gana, me pongo lo que me sale del coño». E insiste: «Así de claro te lo digo. Y me voy a poner la ropa que me dé la gana hasta que yo quiera y sienta que puedo. Me visto para mí. ¿Me vas a venir tú a criticar?»

Así soluciona sus problemas

Natalia ha encontrado soluciones a sus problemas a través de los viajes. Durante su intervención en el podcast citado anteriormente, ha desvelado cómo una experiencia viajera transformó su vida después de una agotadora gira musical. «Yo estaba destrozada, pero destrozada a todos los niveles», confesó sobre su estado después de hacer frente a sus compromisos laborales.

Natalia admitió que, tras la gira, se había sumergido en actividades sociales como una forma de evitar enfrentarse a su realidad emocional. Reconoció que estaba aplicando «muchas tiritas» para ocultar sus problemas en lugar de abordarlos de frente. Sin embargo, este enfoque superficial no resolvía sus verdaderos desafíos internos. A partir de ese momento se dio cuenta de que necesitaba tiempo para estar consigo misma.

Fue entonces cuando decidió tomar un nuevo rumbo y embarcarse en una experiencia de viaje significativa. Viajar sola no solo fue una pausa necesaria en su ajetreada agenda, también le permitió reflexionar y confrontar las emociones que había estado evitando. Para Natalia, esta escapada fue una catapulta hacia un cambio personal profundo y transformador. «Hice mi primer viaje sola, me cogí un avión sola, que me da pánico volar. No me tomé ninguna pastilla para volar para que me tranquilizara. Y dije lo voy a enfrentar todo, pero al 100%».

Al hablar sobre su experiencia, resalta la importancia de tomarse el tiempo necesario para cuidar la salud mental y emocional, reconociendo que no siempre es fácil enfrentar las dificultades internas, pero es fundamental para el crecimiento personal y la sanación. Para que todo el mundo entienda su punto de vista, explica: «Volé sola, cogí el avión sola, cogí un barco de Ibiza a Formentera sola, me monté en mi maleta, en mi moto, cogí mi hotel y hubo momentos en los que me dieron ganas de llorar porque decía me voy a cagar en esta isla sola y tal. Pero luego me empezó a gustar y dije qué guay. Medité, pensé».

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