Los mineros meterán una cámara a través de una roca en el tramo final de la excavación para ver el interior del pozo

Los TEDAX han tenido que hacer dos microvoladuras en la galería horizontal por la presencia de rocas duras durante la excavación

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Joan Guirado

Llegados a los dos metros de excavación de la galería horizontal que conecta el pozo vertical por el que descienden los mineros con el pozo en el que se encuentra el pequeño Julen, los rescatadores optan ahora por introducir una cámara a través de un agujero de dos metros en la roca para poder ver el interior del agujero en el que se encuentra el menor.

Cuando se cumplen dieciocho horas del descenso de los mineros asturianos a la cota menos sesenta de la montaña, los expertos han conseguido abrir paso hasta los dos metros. El ritmo de excavación está siendo más lento de lo previsto, ya que la aparición de rocas duras ha obligado a actuar a los TEDAX de la Guardia Civil que han tenido que hacer microvoladuras para romper la dureza del terreno.

Estos nuevos contratiempos ha ralentizado la operación, que ya de por sí sola es complicada. Cualquier paso en falso de los expertos mineros podría llegar a poner en riesgo su vida y lo más importante es asegurar su integridad. Las dificultad para respirar que hay en la cota donde están trabajando obliga a que los mineros bajen de dos en dos, en periodos de media hora, para realizar las tareas de excavación.

Si se cumplen las previsiones actuales, a última hora de la tarde de este viernes o por la noche, la galería horizontal que conecta los dos pocos estaría completamente finalizada y se podría llegar hasta donde está el niño. No obstante, uno de los responsables del operativo, Paco Delgado, recuerda que “hay que ir paso a paso, porque lo más importante es garantizar la seguridad”.

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